Especial para La Voz del Interior:El daño democrático que generan las noticias falsas (por Luis Castelli y Guillermo Worman)

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El principal diario corbobés publicó ayer un articulo de opinión firmado por el Director de la Consultora Vox Populi y el Director Participación Ciudadana. Analizaron la incidencia de las fakenews sobre el sistema democrático y la permeabilidad de la red social Facebook para promover campañas de odio.

Las noticias falsas corren a una velocidad que la cultura democrática no ha alcanzado a neutralizar. Son verdaderos aluviones de desinformación dañina que nada tienen que ver con uno de los superderechos democráticos: la libertad de expresión.

Si el acceso a la información pública es considerado un insumo fundamental para la participación democrática y la herramienta de mayor peso en la lucha contra la corrupción, debe asumirse que las acciones deliberadas de desinformación en base a las fake news son interferencias que atentan contra el ideario de sociedades democráticas abiertas y transparentes.

María Angelita Ressa recientemente recibió el Premio Nobel de la Paz por su compromiso con el periodismo independiente, la lucha contra la corrupción y la violencia. El trabajo de Ressa se focalizó en enfrentarse a gobiernos autoritarios desde su portal Rappler, y fue ensañadamente perseguida por las autoridades de Filipinas.

Incomodado por el trabajo de María Ressa, el gobierno filipino orquestó un ataque contra quien contrariaba su accionar. Así, Ressa fue intimidada por mecanismos institucionales y atacada con un arsenal de noticias falsas en su contra.

La flamante Premio Nobel de la Paz definió a las campañas de desinformación como una “sofisticada maquinaria” que utiliza cuentas falsas para intimidar y silenciar a los críticos.

Fue atacada simultáneamente con dos herramientas eficaces: una fuerte campaña de desprestigio en redes sociales, principalmente en Facebook, y mediante el acoso judicial.

Ressa alertó en más de una oportunidad que “la democracia está muriendo de a poco” y apuntó a la manipulación social que se instrumenta en redes sociales, haciendo particular mención a redes que permiten accionar desde el anonimato y la difusión de fake news, e hizo una puntual alerta hacia Facebook.

El mismo fenómeno a nivel global se repite en Argentina y se reproduce también principalmente a través de la tan cuestionada red social del norteamericano Mark Zuckerberg. El reciente estudio realizado por la consultora Vox Populi en articulación con la Asociación Civil Participación Ciudadana mostró datos alarmantes en términos de calidad democrática a nivel nacional.

El estudio reflejó que el 71,1% de quienes fueron encuestados identificaron que las noticias falsas malintencionadas se generan y circulan a través de las redes sociales, y dentro de ellas que las fake news se distribuyen mayormente a través de Facebook en un 73,5%, seguida de Twitter con el 53,9%.

La investigación de Vox Populli también reveló que el objetivo de las noticias falsas malintencionadas se hace “para perjudicar la imagen y la reputación de personas y organizaciones” en un 80,2%, seguido por “obtener un beneficio personal o para el colectivo al que pertenece” con un 55,3%.

LA OPINIÓN PÚBLICA LO SABE

La sociedad argentina sospecha también que son justamente las principales plataformas como Facebook las que más se utilizan para generar y propagar noticias falsas y/o engañosas, por un lado por ser las más populares (millones de personas las utilizan en el mundo), y por otro porque su estrategia comercial apunta a que se sigan generando (e impulsando publicitariamente) este tipo de contenidos, con regulaciones insuficientes por parte de la empresa.


Es decir, como en muchos otros territorios, la población sabe de estas prácticas, las conoce, sabe quiénes las generan y promueven, y aun así las consume, y en muchos casos las divulga.

EL NUEVO ENEMIGO SUTIL DE LAS DEMOCRACIAS

El impacto de la desinformación no es para subestimar. El informe elaborado por la ONG Avaaz.org en 2021 sobre Facebook indica que la principal red social tiene sistemas que facilitan la circulación de fake news y que no protege a sus usuarios contra la desinformación.

En el mismo sentido se pronunció Reporteros Sin Fronteras (RSF), que denunció a Facebook por practicas comerciales engañosas, además de alertar que la mayor red social “permite la difusión de la desinformación y el odio online”, junto con exponer que Facebook “viola sus condiciones de uso y sus promesas publicitarias”.

Vale como ejemplo para identificar los riesgos de la desinformación las palabras del presidente brasilero Jair Bolsonaro. Dijo recientemente en una ceremonia en relación a los cuestionamientos en su contra por atentar contra la Corte Suprema de Brasil: “Las noticias falsas forman parte de nuestra vida. ¿Quién no ha dicho nunca una mentira a su novia?”, dijo ironizando en un acto en Brasilia.

Las noticias falsas son una amenaza para las sociedades democráticas que confían en los sistemas de frenos y contrapesos para evitar las estructuras de poder autoritarias. De allí que la necesidad construir canales de información confiables y verídicos resulte ser una urgencia en estos momentos en donde, como en las épocas más oscuras del siglo pasado, se intentó manipular a la población para construir consensos sociales y políticos para cercenar las libertades y reducir la democracia a su mínima expresión.

De allí que el periodismo de calidad, el acceso a la información pública, el resguardo por la libertad de expresión y la activa participación comunitaria siguen siendo los caminos para fortalecer a nuestro sistema social y político.