Juguetear a la oposición no alcanza para ganar(Por Guillermo Worman)

El hechizo de la oposición poniendo frenos al oficialismo en Tierra del Fuego termino en una elección en donde no se elegían candidatas ni candidatos. Allí, cuando el poder estaba lejos, Juntos por el Cambio acumuló mayor cantidad de votos que el Frente de Todos. 

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Pero en la votación del domingo se mostró que jugar a ser oposición no es lo mismo que serlo. 

El gobernador Gustavo Melella no tiene un foco opositor en la Legislatura Provincial. Sus hipotéticos adversarios políticos son más fieles y consecuentes que los legisladores de su propio partido. 

Algo similar sucede en los concejos deliberantes, donde los focos opositores a los tres intendentes no alcanzan a incomodar en términos políticos.

Aglomerados el gobierno provincial con las tres administraciones municipales, situación que desactivó el conflicto por las deudas de coparticipación, todo se volvió lo mismo (o casi). 

En contraste, en el plano nacional el escenario es el inverso: Allí existe oposición con verdadera vocación de construir poder político y actúa en consecuencia. 

Sino todos iguales, todos parecidos

Al electorado anti oficialista nacional le sobran dirigentes para elegir. Lo mismo para quienes están en frente del espacio político que lideró el ex presidente Mauricio Macri. 

Pero esto no sucede en Tierra del Fuego. 

¿Quiénes son la oposición legislativa al oficialismo provincial? ¿Pablo Villegas, que forma parte de la misma coalición y es legislador del partido político que puso a la vicegobernadora y presidenta de la Legislatura?

¿Quiénes interpelan a los intendentes desde sus cargos en los concejos deliberantes?

¿Dónde está la otra oposición y vocación de poder fuera del calendario electoral?

¿Son los legisladores de la UCR Federico Sciurano y Liliana Martínez Allende la oposición al gobernador Gustavo Melella, que se muestra cercano al gobierno nacional del Alberto Fernández y Cristina Fernández?

¿Los diputados y senadores nacionales de la oposición solo entienden que su rol es ser opositores en el allá, pero no en el acá?

Por esto mismo no alcanzan cuatro fotos, tres gacetillas, dos abrazos y un cartel. Ese mejunje no es hacer oposición política.

Tampoco es suficiente salir del ostracismo cada dos o cuatro años, en pleno oportunismo electoral. 

Mucho menos, ser distintos sin ser diferentes. 

Por méritos propios y por falta de vocación política ajena, el Frente de Todos dio vuelta el resultado de las PASO y se impuso con claridad en las elecciones del pasado domingo. Hubo un diferencial: tuvo ambición de ganar el domingo 14.

No vayamos muy lejos a buscar explicaciones. Están todas tan cercas, que hasta da vergüenza no distinguirlas. 

En todo caso, cuando la oposición tenga verdadera convicción de serla y confianza para jugar a la dinámica política real, los resultados electorales podrán ser distintos. 

Mientras tanto, jugar a la política de vestirnos de distintos para terminar siendo casi todos y todas iguales va a terminar por dando iguales resultados, y los mismos efectos que se vienen sucediendo. 

De esta forma, mientras no tengan ambición política seguirán en la senda de tratar de acercarse a figuras de peso nacional para tratar de parecer lo que en la practica no son: oposición y alternativa de poder. 

Como en muchos ordenes de la vida, hay que ser además de parecer. 

Sino, veamos que quedó en claro que en las urnas se muestran que las simulaciones no alcanzan para ganar: a lo sumo, alcanza para acercarse.