Elogio a la dignidad (Editorial)

En un libro imprescindible para estos tiempos –“La peste”-, uno de los más lúcidos pensadores del siglo XX, reconocía que aún en los tiempos más difíciles, siempre hay en los hombres cosas más dignas de admiración que de desprecio. Simplemente, el ejercicio de la dignidad.

Tierra del Fuego vive uno de los peores momentos institucionales que se tenga memoria. No solo por la verdadera decadencia institucional en la que se encuentra sumergida. Sino principalmente porque no se reconoce en el horizonte, de un modo claro, una perspectiva de cambio, o nítidamente quién pueda liderarlo.

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Por cierto, como todo escenario político, no es natural. Se construye y propicia activamente. Ya sea con cooptaciones o con silencios.

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Lista Celeste y Blanca, ganadora de la elecciones de los judiciales provinciales

Estos últimos, voluntarios o forzados. La invisibilización de voces críticas, o aún peor, la persecución o difamación de quienes intentan controvertir o debatir, tiene ribetes de una pedagogía mafiosa que todos entienden.

Quizá una de las síntesis de ese proceso de extracción institucional, en donde se confunden los intereses personales con los públicos; es la actual situación del poder judicial provincial.

El último desafío era asumir el doble rol de ser empleador y sindicato al mismo tiempo. Para ello no dudaron en afiliar a magistrados y funcionarios para intervenir en una elección interna gremial, en contravención de toda normativa que guía la integridad que, lejos de acá, dicen aplicar. 

En una remake del adagio de la mujer del César, no les bastó con ser arbitrarios, necesitaban mostrarse como tales. Exteriorizar los límites que se atreven a traspasar es lo que genera temor, pues cualquiera puede advertir hasta donde pueden llegar.

Es el escenario más elevado de la impunidad: ya ni se oculta. En ese marco, en la elección del mayor sindicato en el ámbito judicial, se combinó la abierta falta de ética judicial, que llevó a integrantes del STJ a difundir y propiciar la adhesión a determinada lista -incluyendo la propia afiliación de los patrones-, con noticias falsas, operaciones políticas a la línea sindical con quien confrontaban, y hasta dejaron entrever la posibilidad del armado de causas si resultaba necesario.

Por eso, el resultado de la elección tiene una lectura mayor a la derrota del Gran Hermano. Es la primera expresión concreta de lucha por la independencia del poder judicial desde que se amplió el STJ.

Un elogio a la dignidad.