EL PRESIDIO DE PRESOS POLÍTICOS. Oscar Fappiano reveló detalles del “falso cierre” del penal de Ushuaia
El abogado y veterano dirigente histórico del Justicialismo exhortó a la recuperación de la historia completa del Penal de Ushuaia, parte de la cual se insiste en ocultar. Son los períodos cuando, bajo dictadura primero y con Frondizi después, se reabrió sólo para alojar presos políticos peronistas.
El Dr. Oscar Fappiano, diputado nacional mandato cumplido durante los períodos 1983-1987 y 1987-1991, hoy Fiscal del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, se refirió en términos históricos al llamado “falso cierre”del penal de Ushuaia, cuando en cumplimiento de una orden del entonces presidente Juan Domingo Perón, el director de Asuntos Penitenciarios Roberto Pettinato (padre del conductor televisivo) lo clausuró, pero la posterior dictadura, la que surge de la revolución libertadora o fusiladora de 1955, lo reabrió ad hoc para alojar solamente presos políticos del peronismo.
“Muchos se fugaron y se fueron al Río Gallegos. Estaban William Cooke, Guillermo Patricio Kelly Héctor Cámpora, quien después también estuvo detenido en los ‘70 y se refugió en la embajada de México”rememoró Fappiano en el programa Noticia de Tapa Radio.
Además, dio cuenta de una segunda oleada de presos políticos de origen justicialista alojados en el presidio donde hoy está el museo, fruto del plan Conintes, instaurado por el presidente Arturo Frondizi. En ese período, recordó el encarcelamiento en la capital fueguina de integrantes de la organización Tacuara, “que apareció en los ‘60 que tuvo un cambio en el pensamiento político, porque eran católicos, ellos estuvieron presos acá también”.
Puntualizó en la anécdota de uno de esos presos peronistas, Alfredo Osorio, quien tras su paso por el Penal de Ushuaia “después se fue a México. Cuando volvió el orden constitucional, volvió a la Argentina y ocupó un cargo en la función pública. Un día vino a dar una serie de conferencias a Ushuaia y dijo que quería volver a recorrer el presidio donde había estado, para ver cómo estaba. Lo llevamos y el guía le explicaba cómo era el presidio adentro, fue todo muy gracioso”.
El Dr. Fappiano reveló que fue Ernesto Jauretche quien proyectó una declaración de la Cámara de Diputados “para que incorporen en el informe histórico no solamente los presos comunes, el Petiso Orejudo, Radowitsky y todos ellos, sino que también digan que acá se reabrió para meter presos políticos. Eso es historia también, una historia fuerte”.
“Por algo no está narrada”, aportó el entrevistador y Fappiano adhirió y confirmó: “Claro, se borraron de la historia oficial todos esos episodios”. Compartió el recuerdo de aquel entonces cuando siendo un abogado recién recibido “hablamos con Frondizi y con el presidente de la Cámara de Diputados, que era radical” para denunciar lo que estaba ocurriendo en Ushuaia con los internos peronistas del Penal. No obtuvieron ninguna respuesta.
Aquella época de proscripción y persecución la calificó como “tremenda. Estaba prohibido hablar de peronismo, la marcha, etc. La proscripción me tocó como soldado conscripto, que lo hacía en la Casa Rosada y fue cuando vino el bombardeo en la Plaza de Mayo. Yo estaba ahí, me aguanté el bombardeo y todo lo que siguió”.
El Dr. Oscar Fappiano concluyó su entrevista con el relato de una pequeña revancha que pudo cumplir, originada en aquel demencial septiembre de 1955, con resolución varios años después: “Cuando Perón se va, los militares entraron y empezaron a sacar toda la simbología peronista, entre ellos un cuadro enorme de Evita, precioso, que obviamente lo sacaron. Ya en este siglo, un día visito el Senado y justo iban a poner un cuadro de Evita en el bloque peronista. Les dije ‘no, lo pongo yo’. Me di el gusto de entronizarla de nuevo”.
