El ambiente degradado mata el relato de una ciudad de última generación, preocupada por acercarse a los mejores estándares del desarrollo sostenible. La formula ¨en la costa solo tiene que estar lo que precise estar en la costa¨ es un sueño urbano para otras comunidades, pero no para los vecinos de Ushuaia.
La costa de Ushuaia, un recurso natural invaluable y un tesoro para sus habitantes y visitantes, enfrenta actualmente una situación crítica que exige atención inmediata. La reciente noticia sobre el desarrollo irregular de una cantera con áridos en el estuario entre el canal Beagle y el Río Olivia es solo la punta del iceberg de un problema mucho mayor: el desapego público hacia la protección y preservación de nuestros espacios costeros.
El ambiente costero de Ushuaia es un tesoro natural de incalculable valor, no solo por su belleza escénica, sino también por su importancia como principal puerto turístico hacia la Antártida. Sin embargo, esta joya ambiental enfrenta amenazas cada vez más graves debido a la contaminación y el deterioro ambiental.
Como puerta de entrada a la Antártida, Ushuaia atrae a miles de visitantes cada año que buscan experimentar la belleza única de este destino polar. Sin embargo, la actividad turística se ve comprometida cuando el entorno costero está contaminado y seriamente dañado. La basura, espacios degradados y otros impactos ambientales no solo afectan la salud de los ecosistemas marinos, sino que también disminuyen la calidad de la experiencia turística.
Preservar el ambiente costero de Ushuaia es crucial no solo para proteger la biodiversidad y los ecosistemas marinos, sino también para garantizar la sostenibilidad de la industria turística. Un entorno natural limpio y saludable es un activo invaluable que atrae a turistas y contribuye al desarrollo económico de la región.
Es imperativo que las autoridades, las empresas y la comunidad en su conjunto trabajen juntos para proteger y preservar el ambiente costero de Ushuaia. Esto incluye medidas para reducir la contaminación, promover prácticas sostenibles y conservar los ecosistemas marinos y terrestres.
El futuro de Ushuaia como destino turístico de clase mundial depende en gran medida de la salud y la belleza de su ambiente costero. Es responsabilidad de todos nosotros tomar medidas concretas para garantizar que este preciado recurso natural se conserve para las generaciones futuras.
Pese a todo lo que se narra desde los estrados estatales, hace ya catorce años que se promulgó el Plan de Manejo Integrado Costero de la ciudad, una herramienta diseñada para guiar el desarrollo sostenible de nuestras costas y garantizar su conservación para las generaciones futuras. Sin embargo, lamentablemente, este plan ha quedado en gran medida en el papel, y la realidad en nuestras costas dista mucho de lo que se había proyectado.
Los espacios costeros, por su propia naturaleza, deben ser considerados como bienes públicos, accesibles para todos y destinados al disfrute y beneficio de la comunidad. Contrariamente, lo que vemos en Ushuaia es una triste imagen de abandono, degradación y deterioro ambiental.
Llamativamente, la reciente actividad de una cantera irregular es solo un ejemplo más de cómo se ha descuidado y maltratado nuestro entorno costero. La extracción de áridos en estas áreas sensibles no solo causa un daño irreparable al ecosistema marino y terrestre, sino que también socava el potencial turístico y económico de nuestra ciudad.
Es fundamental comprender que la remediación ambiental de nuestras costas no es una opción, sino una obligación moral y legal. Debemos actuar con urgencia para detener la degradación y restaurar estos espacios naturales a su estado original.
El desarrollo sostenible de Ushuaia depende en gran medida de la preservación de sus recursos naturales y la protección de sus paisajes costeros. Es hora de que como comunidad nos comprometamos a revertir esta tendencia y trabajar juntos para asegurar un futuro próspero y sostenible para nuestra ciudad y su entorno natural.
*Foto de portada corresponde a la obra CAGAR ACÁ de Santiago Pastorino Canéca