PILOSELLA: Una maleza exótica que amenaza los campos fueguinos de pastoreo

La pilosella es una maleza exótica proveniente de Europa, cuya presencia fue registrada en los campos al Norte de la isla Grande de Tierra del Fuego, en la década del ’90 del siglo pasado.

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Un experto del INTA explicó cómo la maleza originaria de Europa se diseminó por toda la isla a partir de su detección a principios de la década del ’90. Es resistente e invasiva, y compite con los pastos autóctonos, base alimentaria del ganado local.

De las dos o tres plantas detectadas en aquel entonces, hoy la pilosella ya está presente en las costas del canal Beagle, ocupando vastos sectores a lo largo de todo el territorio insular y binacional de Tierra del Fuego.

Como toda maleza, hace estragos en los campos de pastoreo para el ganado fueguino. Con un agravante: su adaptación a la sequía, que cada vez es más notoria a raíz del calentamiento global, es mucho mejor que las plantas autóctonas.

Enrique Livraghi es un ingeniero agrónomo que trabaja en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA, de nuestra provincia, desde 1990, desde la misma época de la detección de las primeras pilosellas. De hecho, fue su primer trabajo en la institución monitorear e investigar acerca de esa indeseada presencia.

“En el INTA, a partir de detectarla, hicimos una visita a la isla sur de Nueva Zelanda, done vimos el problema con sistemas ganaderos parecidos” informó el profesional.

A medida que se constataba cómo se diseminaba velozmente por la isla, se hizo una campaña de concientización que involucró a productores, gobierno, SENASA y distintos organismos. A partir de mediados de los ‘90 junto con el CONICET, los productores y la provincia, se empezaron a efectuar una serie de estudios para ver en qué zonas se encontraba presente, y evaluar qué mecanismos de control se podrían aplicar.

El fin de semana pasado, se realizó una jornada en la estancia Cullen, en el extremo norte de la isla, para dar a conocer toda la información y apreciar las acciones que ese establecimiento viene haciendo en cuanto a control.

“Las malezas generan perjuicios económicos porque compiten con otras plantas que son la base alimentaria del ganado. Reduce la capacidad de los campos y en algún momento, si esto sigue progresando, va a haber menor producción de carne y lana. Además, genera un montón de gastos en su control” definió el ingeniero Livraghi.

De momento, se está ensayando con distintos tipos de control como el uso de productos químicos como herbicidas o la modificación de la forma de utilizar los pastizales.

Por estos días se prepara un viaje a la ciudad chilena de Punta Arenas, para conocer lo que está haciendo al respecto el Servicio Agrícola Ganadero (SAG). “Vamos con autoridades del Gobierno provincial y el SENASA porque otra posibilidad es el control biológico, algún patógeno que puede ser un insecto, un hongo o una bacteria, que pueda afectarla y evitar el uso de otro tipo de productos” según describió el proceso que se está utilizando en Chile.

“Estamos preocupados y tratando de ver las distintas formas de control en este estadío inicial” manifestó luego. Si bien hay áreas seriamente comprometidas, observando el total de la superficie que ocupa la ganadería en la isla, de un millón de hectáreas, todavía no es una situación grave. “Pero hay que adelantarse a los hechos” consideró el experto.

En Tierra del Fuego hay por supuesto otro tipo de malezas, pero ninguna es tan agresiva y resistente como la pilosella. La planta tiene una capacidad de sobrevivencia notable. Mientras en toda la Patagonia a raíz del cambio climático se sufre un desecamiento, la planta está más adaptada a condiciones de sequía que los propios pastos naturales, con mecanismos de diseminación a través del viento y sistema vegetativo similar a la frutilla.

(Ph: Larry L. Jackson)