TODAS LAS DE GANAR. La oposición hizo todo lo posible para simplificar la victoria de los 4 oficialismos (Por Guillermo Worman) 

El escenario político en Tierra del Fuego presenta un panorama donde los oficialismos tienen altas posibilidades de obtener la victoria en las próximas elecciones. 

La oposición se ocupó de allanarle el camino a la reelección al gobernador Gustavo Melella con la fractura de Juntos por el Cambio en dos espacios que van a competir por el mismo electorado. Los votos que saquen Pablo Blanco y Héctor Stefani por separado irían a la misma boleta para el caso de haberse presentado en una formula consensuada. Además, cometieron la torpeza de excluir al actual legislador y ex intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, de la propuesta electoral para competir el 14M.

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En Río Grande, la situación es mucho más acentuada. Al punto que cuesta identificar contra quién va a competir el intendente Martín Pérez en la búsqueda de su segundo mandato. 

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Los intendentes Harrington, Vuoto y Pérez

Walter Vuoto va por una nueva gestión estrenando viceintendencia contra sectores opositores que tendrían fuertes chances de hacer una disputa palo a palo, en la medida en que hubieran concertado la construcción de un espacio tan amplio y diverso como en que lidera el actual intendente capitalino. Dentro de las listas de Vuoto confluyen sectores del MPF, sindicatos, diversas líneas del PJ y el último candidato de FORJA que compitió contra él en las pasadas elecciones para la intendencia.

En el frente de Vuoto entendieron que ir juntos era menor valor que estar de acuerdo. El PRO no presenta candidatura en Ushuaia, Juntos por el Cambio lo lleva a Tomás Bertotto y Liliana Fadul solo alcanzó a cerrar un acuerdo con el concejal Ricardo Garramuño para combatir electoralmente por la ciudad. Republicanos encabeza la fórmula con Ricardo Tibaudin y la izquierda lo lleva al cuasi desconocido Nicolás Quidel. 

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Reunión de Melella con los intendentes Vuoto y Harrington en Casa de Gobierno

Mientras Vuoto aglutinó, la oposición entendió que su mayor logró era presentarse en forma dispersa.

En Tolhuín el escenario es más convencional. Daniel Harrigton tiene como amenaza al ex intendente Claudio Queno, que lo intimida en términos electorales en un escenario polarizado:  quien no comparta los resultados del actual intendente tiene una clara opción para votar.

Pronósticos no tan reservados

Hay dos claves para entender la elección del próximo domingo:  falencias en el armado electoral de los sectores opositores y la desproporcionada influencia de los egos de los principales dirigentes opositores. Personalismos mata galanes y guapas en términos políticos. 

En primer lugar, es importante destacar las deficiencias en el armado electoral de los partidos opositores. La falta de una estrategia sólida, una unidad efectiva y propuestas conjuntas convincentes han debilitado su posición frente a los oficialismos. Estas falencias generan incertidumbre y desconfianza entre los votantes que no quieren acompañar a quienes están en los ejecutivos, lo que ha beneficiado a los partidos en el poder que cuentan con una estructura más consolidada y una propuesta más clara para presentarle al electorado. 

La relación entre Melella, Vuoto y Pérez no es un lecho de rosas. Pero sus diferencias (por momentos extremas) no les impidió presentar una propuesta conjunta. Acá primó la fórmula que indica que estar juntos puede ser más importante que estar de acuerdo.  

Lo segundo: la desproporcionada influencia de los egos de los principales dirigentes de la oposición, que ha generado divisiones y conflictos internos hasta el último día de la campaña que termina con las últimas horas del jueves 11. 

En lugar de enfocarse en construir una alternativa electoral seria y competitiva, una parte central de ellos se ha diluido en disputas personales y luchas de poder intestinas que han debilitado la imagen de quienes compiten por desplazar a los oficialistas.

Sin embargo, hay que recordar que en política nada está definido hasta que se cuentan los votos. 

Aunque las condiciones parezcan beneficiar a los oficialismos, los resultados finales serán la voluntad del electorado. Y, si bien hay margen para alguna sorpresa, las probabilidades son insuficientes para vencer desde la fragmentación.

Hay un elemento cercano que explica todo esto. El Vuotismo no ganó las elecciones estatuyentes, pero logró todas las mayorías que necesitó al momento de aprobar los artículos centrales de la Carta Orgánica reformada. Perdió en 2022 por 9 contra 5; pero ganó la Convención. 

El gobierno logró 6 (4 de FORJA y 2 del MPF) sobre 15 bancas en la Legislatura en 2019. Al poco tiempo, sino todas, la enorme mayoría de las leyes salieron aprobadas 15 a 0 o 14 a 1. ¿Es mérito del oficialismo o culpa de la oposición que tenía las restantes 9 bancas?

Más allá de todo análisis, la verdadera determinación del resultado estará en manos de los votantes, que tendrán la última palabra el próximo domingo.