TRAS LA QUIEBRA. Los trabajadores de Ambassador siguen esperando la reactivación

Recientemente decretada la quiebra, los trabajadores esperan la decisión del Juez interviniente, por remate o licitación. Confían en que aparezca algún inversor, o bien afrontar la producción a través de la cooperativa que conformaron.

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Sandra Raguza, representante de los trabajadores de Ambassador Fueguina, sin producción desde hace bastante tiempo y recientemente decretada en quiebra por el Juzgado Comercial N° 16 de la ciudad de Buenos Aires, en el programa Noticia de Tapa Radio hizo un repaso de la situación desde 2019 hasta el presente, mientras espera junto a los 59 trabajadores alguna solución a su angustiante situación.

El conflicto comenzó en 2019 cuando los 59 trabajadores efectivos de la firma comenzaron a producir en forma intermitente y a percibir sus sueldos a destiempo, para luego sufrir una baja a un 70%: “Nadie daba la cara, porque los inversores, los dueños, se habían ido hacía cuatro o cinco años de la provincia y creo que del país. Quedó un apoderado, un abogado de Buenos Aires, que manejaba la situación de Ambassador, pero a través de la Unión Obrera Metalúrgica”

Recordó que, en aquel momento, sobre el final de la producción, “propusimos dejar 2.000 televisiones en garantía para que a principios de 2020 nos pagaron los sueldos”. No sucedió, vino la pandemia y los televisores desaparecieron de la fábrica. 

El destino “solo lo sabe Tapia”, en referencia al titular de la UOM local, “Tapia y todos los secuaces de él. Tenemos compañeros ex delegados que nos comentaron que los habían sido sacados de la fábrica a las 3 de la mañana en camiones camuflados para que nosotros no nos enteráramos” denunció Raguza.

Al interrumpirse la producción durante la pandemia, se promovieron reuniones en la UOM por grupos, pero sin participar a unas 15 personas “que éramos los que no seguíamos a la UOM, no éramos convocados”.

A mediados de 2020 se convocó a los trabajadores para llevar adelante lo que se denomina fasón, manufactura a pedido de un tercero que aporta los insumos para determinado producto, en este caso para la empresa New San.

“El fasón duró solo un mes, porque ellos (la UOM) decidieron cortarlo porque vieron que nosotros estábamos ya asesorándonos con el abogado, nos estábamos poniendo al tanto de cómo venía el manejo. Entonces decidieron devolver todos los materiales y cortar los fasones” detalló Raguza, quien consideró que “está la vista que la UOM se maneja perfectamente con New San”.

Hoy los trabajadores de Ambassador se encuentran a la espera de la llegada de alguna inversión que ponga en funcionamiento la planta, o bien que se pueda implementar una especie de autogestión a través de la cooperativa que conformaron.

“Yo me reuní en Buenos Aires con Abel Furlan, el secretario nacional de la UOM y lo puse al tanto de nuestra situación. Él se puso a disposición nuestra y pidió hablar con nuestro abogado” comentó además, y reflejó que la única propuesta que recibieron hasta el momento no se concretó.

El juez trabaja ahora para definir un remate o una licitación con un plazo de aproximadamente 90 días. Esta semana hubo una audiencia entre el juez, el acreedor hipotecario AREF y el comité de acreedores al respecto.

Mientras, los trabajadores se mantienen “abiertos a cualquier posibilidad. Nuestro objetivo siempre ha sido el mismo, cobrar y trabajar. Cuando una empresa se presente, lo veremos. Sabemos que hay empresas interesadas en el mismo rubro y no sabemos si habrá otras de otro rubro, porque sabemos que ese edificio les interesa mucho por la ubicación que tiene con la cercanía a la bahía” analizó finalmente Sandra Raguza.