SANTIAGO ARMAS. “Argentina 1985 vino a concientizar a los pibes de ahora”

El actor de quince años que personifica al hijo del fiscal Strassera, dijo que la celebrada película sirve “para hacer saber a todas las nuevas generaciones” lo terrible de la dictadura. Compartió los detalles del casting, de su elección y de cómo fue compartir set con Ricardo Darín.

Ushuaia a tu lado banner 728x90 1

Mientras transcurre esta semana la segunda edición del Festival Internacional de Cine del Fin del Mundo que se lleva a cabo en Ushuaia, que oficialmente comenzará este jueves con la proyección de la película “Argentina 1985” en la sala del Paseo del Fuego, uno de los actores del laureado film, Santiago Armas (15), que personifica al hijo del fiscal Julio Strassera, compartió por FM Master’s su experiencia cinematográfica.

“Me queda un día más de colegio y ya estoy por allá” compartió el miércoles Santiago desde Buenos Aires aún, en el día previo a su llegada a Ushuaia para participar del Festival Internacional de Cine del Fin del Mundo.

Contó luego que empezó a actuar a los cinco años en publicidades “por mi hermano, que también hacía. Empecé a hacer castings, publicidades y después ya a los diez años empecé a hacer teatro, ahí me copó más la actuación posta posta, me empezó a gustar y me fueron saliendo proyectos, cortometraje, bolos, una obra”.

Asiste a una escuela de teatro, donde se enteraron que productores buscaban un perfil actoral para el papel. “Mandaron mi perfil a la producción, y llegué a audicionar, básicamente a través de la escuela” dijo Santiago.

santiago armas 02
Santiago Armas en “Argentina 1985”.

El pequeño actor reconoció haberse puesto muy feliz la primea vez que vio la película terminada: “el hecho de verla y lo que causó en la gente me puso muy contento”. Acerca específicamente de su papel, “la verdad es que me puso muy contento que a la gente le haya gustado, que me feliciten en Instagram y todo eso. De hecho, eso es una cosa que modificó bastante mi vida, me empezó a seguir un montón de gente, me llegaban un montón de mensajes con la mejor onda”.

También saludó los resultados de la película, un contundente éxito de púbico y críticas: “me han dado un montón de críticas muy buenas, me han felicitado un montón”.

Confesó que, en lo laboral, no ha estado “muy atento en eso, estoy como muy con el colegio. Creo que, si el día de mañana me pusiese un poco más centrado a buscar castings, mandar fotos a productoras y demás, del perfil, del currículum, a lo mejor me saldrían más cosas, es lo que me encanta hacer”, reiterando que es el colegio el que lo ocupa porque “estaba con las materias al cuello”.

Santiago recordó cuando en una instancia de segundo casting, “nos habían dicho que estábamos entre creo que tres pibes”, para luego, cuando supo que había sido elegido “fue lo mejor del mundo, estaba con toda mi familia, toda mi familia me anunció que quedé para la película, yo estaba saltando y gritando”.

Con respecto a compartir plató con actores de la talla de Ricardo Darín y Peter Lanzani, expresó su gran satisfacción al respecto: “trabajar con Darín fue increíble, increíble fue estar ahí, hacer chistes con él, aprender de él, porque ves como el chabón labura, cómo está ahí, cómo se mueve con la gente. Es realmente aprendizaje de vida en su totalidad”.

Cuando recibió la noticia de que iba a interpretar el papel del hijo del fiscal Strassera, en una historia que profundiza sobre un gran drama argentino de finales del siglo pasado, Santiago aceptó que “no estaba del todo enterado de cómo iba a ser la película. Yo en ese momento no sabía, creo que tampoco ahora sé tanto, tanto, de la dictadura. Entiendo un poco más, más ahora que crecí y entendés cada vez más cosas”. En ese sentido agradeció que “me enriquecieron un montón los de ahí, mi familia también me ayudó a enriquecer un montón en el tema, en saber cómo fue, entenderlo, sentirlo, ponerte un poquito en el lugar de la gente que vivió ahí y decir ‘eu, ponete a pensar, posta’. Hacer una película de esa índole y de ese tema, realmente es un regalo para mí y para lo que sea en la vida”.

Renovó su gratitud al compartir su satisfacción porque “todo ese laburo sirvió para un montón de gente, que la gente se haya emocionado, que salga del cine feliz o un poco conmovida. Pero que haya generado cosas en la gente, me mueve un montón a mí también”.

Para el final, Santiago Armas, de solo quince años, ensayó una acertada conceptualización del significado de la película, que, según aprecia, “vino a dar un mensaje, a concientizar a los pibes ahora, a la gente que a lo mejor no está muy entrada como yo en su momento. Creo que la película sirve para un montón de cosas, para la memoria de toda la gente y además para hacer saber a todas las nuevas generaciones”.