PLUMAS INVITADAS. Benito Quinquela Martín en Ushuaia (Por Alejandro Rojo Vivot)

Es posible que muchos opinen que Ushuaia es, al menos, una ciudad contradictoria pues tiene algunas calles y avenidas destrozadas, bastantes veredas ilegales en cuanto a las barreras urbanísticasautos y camiones estacionados a la que te criaste.

“Sin el arte, la crudeza de la realidad haría que el mundo fuese insoportable”.

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George Bernrd Shaw

Ushuaia pareciera ser el resultado de décadas de prioridades fisiocráticas: “Dejen hacer y dejen pasar, el mundo va solo” (Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même), propuesto en el Siglo XVIII por el francés Jacques Claude Marie Vincent de Gournay.

AQUÍ Y AHORA

Es posible que muchos opinen que Ushuaia es, al menos, una ciudad contradictoria pues tiene algunas calles y avenidas destrozadas, bastantes veredas ilegales en cuanto a las barreras urbanísticasautos y camiones estacionados a la que te criaste, barrios sin servicios cloacales, marcada ausencia de tenencia responsable de animales domésticos, contenedores de residuos a cielo abierto por no estar cerrados mediante las correspondientes tapas, etcétera, mientras parte de su gente arraigada localmente vive del turismo, además de beneficios impositivos y económicos extraordinarios.

Desde luego que existen algunos logros urbanísticos muy destacables.

Benito Quinquela Martin og
Pintura de Benito Quinquela Martín

Mediante importantes inversiones personales, ¿los visitantes vienen únicamente a ver bellísimas montañas y probar el cordero patagónico o, principalmente, a conocer la zona incluyendo a su población y sus peculiaridades culturales?

En la respuesta está el escenario posible.

¡PROHIBIDO PASAR!

Ushuaia, ciudad puerto vedado a la población, ni siquiera incluye un área para los aficionados a la pesca deportiva como el de Puerto Madryn donde siempre está aprovechado y disfrutado por familias como por solitarios entusiastas.

Mientras tanto aquí, enormes contenedores apilados y altas cercas de alambre limitan la libre circulación por una parte de la ciudad costera que podría ser muy bella.

Por lo menos en parte, Ushuaia es el resultado de muchos años de gestiones públicas y privadas con prioridades y precarias improvisaciones alejadas de visiones integrales, quizá apreciadas por algunos de sus habitantes con endeble arraigo.

Increíblemente, además, todavía subsisten falsarios que hace años prometen un futuro mejor buscando velar un generalizado presente que, al menos, le falta mucho.

El debate sigue abierto.

LA INTELIGENCIA EN ACCIÓN

Ushuaia bien podría incorporar a su acervo la memoria de un extraordinario artista autor de una obra pictórica monumental, donde su eje principal es el puerto y su gente, que sigue reconocido y valorado en muchos países.

Benito Quinquela Martín (1890-1977) podría ser un integrante ilustre de Ushuaia que, sin duda, atraerá a miles de vecinos y turistas como, posiblemente, un atractivo más para prolongar la estadía de los visitantes y un nuevo sitio de interés para la población local.

Sin duda, hay espacio suficiente en el oprobioso descampado baldío de parte del predio prohibido del Puerto de Ushuaia, como otras secciones costeras urbanas.

Por ejemplo, una construcción de vidrio que podría llamarse Casa de Quinquela que, innovadoramente, permita a los visitantes locales y de otras latitudes en el mundo adentrarse en la historia del afamado artista y su monumental obra donde el puerto y su gente es el foco principal.

También se puede incluir un servicio gastronómico donde cada propuesta lleve, como homenaje, el nombre de alguno de sus numerosos y valiosos cuadros: Café “Puente Viejo”, Torta “Atracando”, Empanadas “A pleno Sol”, Ensalada “Dos Amigos”Té completo “Día Luminoso”Panqueque “Puente de Barracas”Helados “Reflejos”, etcétera.

En sus pinturas, el trabajo humano, con sus luces y sombras, es una constante sin incluir el asistencialismo y sí, por caso en el accionar político partidario iniciado cuando era menor de edad colaborando activamente en la campaña en la que triunfó el socialista Alfredo Palacios, creación de bibliotecas y medios de comunicación social, servicios de salud, etcétera.

Ya a los 14 años de edad integró el centro cultural vecinal “Sociedad Unión de La Boca” que reunía a obreros y estudiantes, desarrollando una significativa acción de capacitación política.

Se abrió camino con convencimiento y esfuerzo como cuando fue rechazado para exponer en prestigioso Salón Nacional se presentó exitosamente en el Salón de Recusados (1914).

La primera venta la logró con “El Carbonero” (1916).

Mediante el detalle de las cuantiosas donaciones sociales que realizó, fácilmente se aprecian sus prioridades para sus convecinos, sin discursos futuristas de un horizonte que siempre se traslada más lejos incrementándose la anomia de muchos.

Cuando la presentó en Roma su bellísima creación artística “Crepúsculo” en el momento de mayor poder político, el dictador Il Duce Benito Mussolini, le ofreció adquirirla mediante un cheque en blanco que rechazó mirándolo de frente por “razones patrióticas”.

En tal sentido vale recordar que un tiempo después, el entonces presidente Marcelo T. de Alvear (UCR), en 1925, dispone la compra con recursos estatales del genial“Puente en La Boca”(1924), además de apoyarlo económicamente con alguna regularidad.

Una parte significativa de sus ganancias las donó comprando siete terrenos colindantes destinados a la “Escuela N° 9 Pedro de Mendoza” (1936), “Museo de Bellas Artes de Artistas de la Boca”, un novedoso “Lactarium”, el Teatro de La Ribera”, el “Instituto Odontológico Infantil”, etcétera.

El artista se negó a que llevara su nombre pues tenía en claro lo nefasto del personalismo. Más adelante se denominó a la Escuela Técnica Nº 31 “Maestro Quinquela”.

Lo mismo sucedió con el Hospital Municipal de Odontología Don Benito Quinquela Martí.

Cuando el diputado radical Arturo Poblet Videla propuso en el Recinto que llevara el nombre del pintor, Quinquela, que estaba presente, le gritó “que no, todavía no había fallecido”…

Fue enterrado en un ataúd pintado por el mismo con motivos portuarios de barrio que dignificó con su activa vida.

Su legado al crear y pintar “El Caminito” sigue siendo parte actual del destino de millones de personas que, por lo menos, una vez en la vida, lo deben transitar, donde se puede apreciar “Regreso de la pesca”.

En vida tuvo admiradores y detractores de su obra disruptiva en varios sentidos, incluyendo su casi ambivalente accionar con respecto a la dictadura de Edelmiro Farrel y Juan Domingo Perón proclives al autoritario fascismo europeo.

Mayor es la relación en el período democrático: “El acercamiento del artista boquense al poder político durante los años del peronismo, a través de su participación en actos oficiales, su aparición en medios de comunicación vinculados al gobierno (sirva como caso testigo la revista ¡Aquí está!), la aparición de Perón y Eva en los inicios de la construcción de la Escuela-Museo llevada adelante recién a partir de 1947, la utilización de las obras del artista por parte de funcionarios peronistas (Zocchi, como director del Museo Nacional de Bellas Artes; Freire, como Ministro de Previsión y Trabajo). (1)

“El pueblo argentino es triste porque rinde un opresivo tributo a la falta de colores. Lo que hice en esta calle que se llama Caminito quisiera extenderlo a la barriada entera y, si fuera posible, a la ciudad y al país”. (Revista Así, 1962). (2) ¡Hoy en día, qué bien vendría cumplir con su ensueño!

Cabe tener presente que en Ushuaia existe el céntrico restaurante “Café Bar & Pizzas” que incluye un mural de amplia dimensión que recrea en colores vivos un retazo quinqueliano fácilmente reconocible valorando el diseño interior del local.

En Buenos Aires, desde 1932, las pizzerías “Banchero” incorporaron en cada local una destacada reproducción de la obra de Quinquela como en su escudo institucional un velero y una paleta de pintor. En sus instalaciones con frecuencia el “Club del Tornillo” realizaba sus divertidas e interesantes reuniones.

ADEMÁS

Su particular abierta al público vale la pena conocer detalladamente recordando que allí recibía a muchas celebridades ofreciéndoles un plato tallarines en caballetes acostados y sin mantel de ningún tipo, como a los integrantes de los miembros de la “Orden del Tornillo” para darle “coherencia a la locura”; “Todo el mundo puede ser candidato. No todos pueden merecer ser declarados locos ‘honoris causa’. Se reserva el collar de la ‘Orden del Tornillo’ para los que tengan la monomanía del bien y la belleza, y para ceñirlo hay que tener por lo menos un poco de Francisco de Asís y un mucho de Quijote”(1948).

En las frecuentes ceremonias siempre muy divertidas, como “Gran Maestre” vestía su frac naval, con tornillos como botones y sus condecoraciones, a su decir, “ganadas en mil batallas contra el hastío”.

CON SUS PROPIAS PALABRAS

“Mi obra tiene un sentido argentino. Pintar cosas nuestras. Yo tengo un punto de vista completamente argentino. Y, no el orgullo, sino el placer de que mis cuadros en todas partes del mundo son argentinos” (Vosotras, 1962).

PARADOJA

Ushuaia, ciudad puerto forjada por muchos italianos y argentinos: ¿cuántas calles, plazas y escuelas se denominan Benito Quinquela Martin?

NOTA Y REFERENCIAS

Alejandro Rojo Vivot fue Director de Educación y Cultura en la Municipalidad de Ushuaia.

1) Ochoa, Miguel Ángel. Benito Quinquela Martín vida pública y poder político 1922-1974. Página 49 Universidad Nacional de Luján.

2) Batalla, Juan. Quinquela Martín, el niño abandonado que se transformó en el pintor del pueblo. Infobae. Buenos Aires, Argentina. 1 de marzo de 2020.