GENTE AUDAZ. Muy pocas ideas y demasiadas candidaturas (Por Guillermo Worman)

Los meses previos a las elecciones suelen llenarse de discursos vacíos y promesas imposibles de cumplir. A esto se suma la facilidad de disponer de partidos políticos para plagar los cuartos oscuros de candidaturas que no pueden explicar ni cómo ni con qué van llevar adelante sus propuestas.

No es mucho pedir. Hasta casi es una cuestión de decoro. Podría pensarse, incluso, en que debiera tenerse algo de vergüenza antes de presentarse a las elecciones con el tremendo desafío de ejercer la descomunal responsabilidad de representar a toda una comunidad.

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¿Vieron que casi no se habla de cómo se va a ejercer el mandato de la ciudadanía? Se hablan de propuestas, proyectos e ideas faraónicas, aunque poco o nada se dice de cómo los representantes van a representar a sus representados. Porque parece asumido que después de las elecciones la dirigencia ya no necesita de los votantes que los llevaron a sus cargos.

Entonces, se monta la farsa que estamos viviendo: gente visitando lugares que solo recorrió en la elección anterior y manteniendo reuniones con grupos que no volverá a ver hasta mediados del 2027, cuando vuelva a necesitar del electorado para tratar de ganar otra elección.

Más propuestas y menos verso

En el medio de una crisis estructural como la que estamos viviendo, con altos indices de inflación, serias dificultades de acceso a la vivienda y un nivel de incertidumbre pocas veces vistas, lo menos que pueden hacer los candidatos es presentar propuestas concretas y realistas para abordar los problemas específicos que enfrenta la provincia.

En verdad, faltan iniciativas para evaluar cómo se van a tratar los residuos en las ciudades (las promesas de separación, reutilización y otras audacias que enuncias ya dejaron de ser creíbles), de qué manera se van solucionar los problemas del transporte pesado por la única ruta nacional que cruza la provincia y resolver el problema de los perros sueltos y asilvestrados. También el acceso al primer empleo de los jovenes que necesitan generar sus propios ingresos, la creación de puestos de trabajos que guarden relación con las nuevas demandas del mercado y, por sobre todo, la reconversión de nuestra matriz de productos y servicios que tengan relación con desarrollo local.

Ahora, en 2023 se están volviendo a repetir las mismas soluciones mágicas que se lanzaron irresponsablemente en 2007, también en la elección del 2011 y en las de 2015 y del 2019. Siempre lo mismo, que hasta ahora no se ha avanzado en nada: el Puerto de Río Grande, el Polo Logístico Antártico, la pesca artesanal, el valor agregado a la madera nativa, junto con otras frases hechas que no han generado un solo nuevo puesto trabajo hasta ahora.

¿Se acuerdan que estamos en el vergonzoso listado de provincias sin ley de paridad, y que las restantes 22 jurisdicciones tienen normado este derecho elemental del siglo XXI?

Además, es fundamental que se aborden temas importantes como la sustentabilidad del sistema jubilatorio, el futuro de la obra social provincial y la administración del endeudamiento público de la provincia.

Sin duda alguna, la ciudadanía tiene derecho a conocer las propuestas de los candidatos sobre estos temas, ya que afectan directamente a su bienestar y calidad de vida.

Esperemos que quienes se presentan para gobernarnos se tomen en serio su responsabilidad de presentar propuestas concretas y realistas, y que los ciudadanos tengan la oportunidad de votar por aquellos candidatos que realmente se comprometan a trabajar en la solución de los problemas de la provincia.