FIN DEL VERANO. Excelente temporada turística, pero con problemas a resolver

El presidente de la Cámara de Turismo de la provincia realizó un auspicioso balance de la temporada de verano en el sector, la primera al 100% luego de la pandemia. Pero identificó dos problemas importantes: falta de vuelos y de recurso humano.

Ángel Brisighelli, referente de turismo en Ushuaia y Tierra del Fuego, presidente de la Cámara provincial de Turismo, en virtud de que históricamente se considera que la temporada de verano termina en Semana Santa, hizo una muy buena evaluación del desempeño de la temporada, en volumen de pasajeros, en prácticamente casi todos los segmentos del mercado.

Consignó un récord en el movimiento de cruceros respecto de los récords históricos. La temporada 2019-2020 cerró con 420 recaladas, mientras que este año se llega al final de la temporada con 485, quedando aún 4 o 5 barcos durante abril.

El movimiento más importante lo reveló Brisighelli en cuanto a turismo nacional, ayudado en parte por la situación económica, “donde el argentino que deseaba o solía vacacionar en el exterior, en Brasil o donde fuera, las condiciones económicas desgraciadamente no lo ayudan, entonces ha decidido viajar dentro de Argentina” situación que potenció a todos los destinos del país, no solamente Ushuaia.

Consideró que con seguridad el corolario de este verano será Semana Santa, que viene con indicadores muy buenos en términos de vuelos y ocupación hotelera y reservas y perspectivas altas, en lo que se espera ser una muy buena semana.

Sin embargo, detectó una importante limitación sufrida a lo largo de toda la temporada de verano relacionada con los vuelos: “efectivamente no hay lugares en los vuelos para volar a Ushuaia durante esta semana, si aparece algún lugar, las tarifas son extremadamente altas”.

De tal forma, entendió que “no podemos pensar en recibir una demanda mayor, más allá de la falta que tenga el destino, porque no tenemos los lugares en los vuelos, y cuando aparecen vuelos aparecen a una tarifa que hacen inviable pensar en una escapada de un fin de semana”.

Si bien se cuenta con el acompañamiento estatal, el mismo está limitado por la realidad macroeconómica de la Argentina, donde se percibe más voluntarismo que capacidades reales de desarrollar las inversiones responsabilidad del Estado en el acompañamiento al sector.

Reconoció la voluntad y buena predisposición de la aerolínea de bandera al respecto, “pero Aerolíneas Argentinas, por más buena voluntad que tenga, no puede hacer magia y tiene la flota que tiene y puede poner los vuelos que puede poner. Sus limitaciones operativas son inevitables y eso lo hemos sufrido”.

Al respecto evaluó que actualmente, con la temporada a full, “estamos sufriendo las consecuencias de la salida de LAN de hace tres años atrás, porque esos tres vuelos por día que tenía LAN los hemos extrañado este año de una forma terrible”.

Ese escollo se vio parcialmente remediado con la presencia de vuelos de Jetsmart y Flybondi, con una buena oferta de vuelos, pero insuficiente. Ambas aerolíneas “están con una política agresiva de crecimiento en Ushuaia y esperamos que para la temporada que viene y para invierno tener más vuelos de ellos llegando a Ushuaia.  Nosotros necesitamos vuelos, aviones, lugares para que la gente venga”.

También el hecho de que fue una temporada en la que se volvió a trabajar al 100% después del COVID, identificó otro severo problema en cuanto a recurso humano: “mucha gente que estaba en turismo se reinventó en otra actividad en estos dos años y después simplemente descubrió que estaba mejor, más cómoda en la nueva actividad y no volvió al turismo”.

Este faltante de gente que debería haberse incorporado a trabajar en el turismo durante dos años, “se notó muchísimo en el recurso humano en absolutamente todas las áreas del turismo, en agencias, en guías, en choferes, en restaurantes, en hotelería, en todos lados”. Aunque admitió que el problema no es específico de Ushuaia, sino general de todos los destinos turísticos.