BIBLIOTECAS POPULARES. Con foco en la causa Malvinas, Ushuaia fue el centro de los festejos del Día de las Bibliotecas Populares

El ministro de Cultura Tristán Bauer, la presidenta de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) María del Carmen Bianchi y un grupo de escritores y escritoras participaron hoy en la ciudad fueguina de Ushuaia del acto central y de una serie de actividades complementarias por el Día de las Bibliotecas Populares y el 152 aniversario de la Conabip.

El organismo focalizó los eventos en el 40 aniversario del conflicto bélico de 1982, y por eso la ceremonia principal se realizó esta tarde en la Biblioteca Popular Sarmiento de la capital fueguina donde se presentó el libro “Malvinas: memorias de infancias en tiempos de guerra” con la presencia de algunos de sus autoras y autores.

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Ese acto fue transmitido en vivo por streaming a través del canal de YouTube de la Conabip y se complementó con actividades simultáneas en otras provincias del país, informaron fuentes oficiales de la comisión de bibliotecas.


bibliotecas populares
Biblioteca Popular Sarmiento en Ushuaia

En Ushuaia, Bauer felicitó y agradeció “de corazón” a “todos los bibliotecarios y colaboradores de las bibliotecas en todo el país”.

“Desde el Ministerio de Cultura les decimos que lo que hacen es realmente excepcional y es una maravilla. La función de las bibliotecas como focos culturales es esencial y también lo es la centralidad que tienen para nuestra educación y nuestra formación”, enfatizó el funcionario.
El ministro también rindió homenaje a los ex combatientes de Malvinas, a 40 años de la guerra, y llamó a seguir luchando “contra todas las espantosas formas del colonialismo”.

En ese sentido, ponderó la presentación del libro sobre las memorias de la infancia y sostuvo que esas lecturas (algunas de ellas leídas por sus autores en el acto) sirven para “redescubrir los recuerdos propios en aquellos tiempos de guerra”.

A su vez, Bianchi remarcó que “muchos de los escritores destacados de nuestro país se formaron en bibliotecas populares. Esa es la siembra, pero también mucha gente encontró su vocación o una mano amiga en un momento difícil de la vida. La biblioteca popular es un corazón de la comunidad que late con la excusa de la lectura”, afirmó.

La titular de la Conabip agregó que el organismo “es una institución que atravesó tres siglos y muchas vicisitudes, reconvirtiéndose cada vez y buscando nuevas maneras de pensar la lectura y de prestar un servicio a la comunidad”.

Sobre la causa Malvinas, la funcionaria opinó que “en estos tiempos donde el colonialismo ha adoptado formas de bestialidad cultural y de arrasamiento, pensamos que la lectura y la escritura son actos de resistencia ante esta propuesta de individualismo feroz”.

En ese sentido, explicó que la propuesta del libro apuntó a que los escritores contaran sus experiencias personales desde los ojos de niños.

“El resultado es un libro precioso, donde hay relatos tiernos y otros educativos y son distintas formas de pensar el conflicto desde el hoy. La guerra fue un episodio doloroso, triste y con secuelas que aun hoy nos marcan, pero la lucha por la soberanía no termina y es capaz de reconvertirse en palabras”, señaló Bianchi durante su alocución en la capital fueguina.

“Me dio gusto que me invitaran y no dudé en sentirlo como una causa común, en el sentido de las pocas cosas que nos unen en Argentina. Malvinas es de esas causas que merecen que todos nos sumemos y para mí fue un honor”, admitió el escritor Eduardo Sacheri, uno de los invitados al evento, en diálogo con Télam.

El autor de “La pregunta de sus ojos” y “La noche de la usina”, explicó que recordar Malvinas representa “una tristeza y al mismo tiempo un orgullo”.
“Tristeza porque la guerra de Malvinas implica remover el sufrimiento de argentinos que padecieron mucho en ese tiempo. Pero al mismo tiempo es una de las pocas grandes causas que nos unen. Y creo que está bien que tengamos algo que nos une más allá de nuestras profundas diferencias”, indicó.

También recordó que tenía 14 años cuando se produjo el conflicto bélico y no pudo evitar “esa montaña rusa de emociones que generó la guerra en la sociedad. Una mezcla de sorpresa, alegría e ingenuidad. Con el correr del tiempo uno se da cuenta de los errores que cometió, en el sentido de no prever cuánto dolor podía desatar la algarabía”, señaló.

Sobre aquellos días, el escritor contó que “a mi escasa edad, recuerdo lo que pasaba en mi barrio, en mi escuela y en todos lados cómo los adultos participaban de esa algarabía ingenua. En ese entonces, a nosotros que vivíamos, como en mi caso, en un barrio del Gran Buenos Aires, la guerra nos quedaba lejos. Nos quedaba solo ese decorado festivo del que no fuimos capaces de entender sus terribles consecuencias”.

“Me parece que eso es una enseñanza que nos quedó y que en algún momento opacó la comunicación los combatientes. Porque era tanto el pesar y tanta la culpa que ese silencio lo padecieron ellos. Por suerte esa situación ahora está mucho más equilibrada con el reconocimiento a los veteranos de guerra”, reflexionó también el creador de “Papeles en el viento” y “El funcionamiento general del mundo”.

Por su parte, Sacheri reconoció que el recuerdo de la guerra es distinto en la región patagónica: “Desde Río Negro hacia el sur, se nota una memoria diferente sobre la guerra. Una memoria de haberse vista toda la Patagonia involucrada de un modo absolutamente particular. Y me parece que Ushuaia es un estupendo ejemplo de eso. Aquí vivieron la guerra, no solo la reivindicación”, afirmó.


En otro orden, el cuentista y novelista respaldó la tarea de las bibliotecas populares a lo largo del territorio nacional.


“Si la lectura tiene un valor imperecedero para cualquier sociedad, las bibliotecas que están en cada pueblo, en cada ciudad y en cada barrio, son esenciales y hacen un trabajo importantísimo. Esa es otra causa en la que todos, más allá de nuestras posturas sobre la política, deberíamos coincidir”, concluyó el autor de “Lo mucho que te amé” y “Esperándolo a Tito”, entre otros títulos reconocidos.


Sacheri leyó en público parte de su relato publicado en el libro de memorias de la infancia, sobre un vendedor de pescados de su barrio, de origen italiano, que se animaba a tener un discurso antibélico en los días en que el país saludaba la recuperación de las islas.


Otros relatos recordaron a madres llorando o corrigiendo a sus hijos por festejar la guerra, o pintaron la escena de niños de un jardín de infantes participando con extrañeza de un simulacro de ataque bélico.