La reelección es la cuestión -Por Guillermo Worman

Reelección sí, reelección no. La contraposición de posturas en torno al posible tercer mandato del intendente Walter Vuoto centraliza todas las discusiones alrededor de la reforma de la Carta Orgánica y deja de lado el resto de los artículos que entrarán en debate desde mediados de año, reduciendo así la importancia de hacer una valiosa reforma estatuyente.

Las tensiones que surgen cada vez que se habla de extensión de los mandatos no son nuevas.

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Es la cuarta vez que se abre el debate en Tierra del Fuego y esta vez desataron los mismos argumentos de siempre.

Los antireeleccionistas se oponen a un posible tercer mandato de Walter Vuoto, pero tiene que ver más con el oportunismo político del momento que se vive, más que cuestiones de principios democráticos.

Por lo menos las voces que salieron en contra hasta el momento se oponen a la reelección del actual intendente y no a las reelecciones como principio institucional. Y esto no una diferencia menor, ya que no hay una cuestión de ingeniería democrática, sino de nombres que están en juego.

Por caso, no se tiene ninguna objeción con las reelecciones ilimitadas de los legisladores provinciales, ni tampoco con los procesos de reformas que habilitaron reelecciones cuando les resultaron convenientes a quienes hoy se muestran como críticos.

En Cambiemos también son reeleccionsitas

A principios de la década del 90 la Justicia cordobesa dictó el fallo que habilitó el tercer mandato del ex gobernador radical Eduardo Angeloz, luego de haberse reformado la Constitución Provincial allá por 1986.

En Córdoba directamente estaba expresamente prohibida la figura de la reeleeción, pero el radical la logró luego de modificar la Carta Magna de la provincia y así obtuvo un segundo periodo.

Angeloz había asumido en 1983 y gobernó la provincia mediterránea hasta 1995, doce años después de su primera asunción.

No contento con dos mandatos (inicialmente solo podía cumplir uno), Angeloz fue por el tercero y logró gracias a la interpretación que los cambios a la Constitución habían sido de tamaña significación que se trataba de un formato institucional absolutamente distinto al anterior.

La militancia radical cordobesa fue primero por la reelección de su líder político con el argumento que la gente decidiría en las urnas y la misma formula usaron para explicar la necesidad de un tercer mandato consecutivo gracias a una re-re-elección.

El radicalismo también logró que otro referente cumpla tres mandatos consecutivos con la sanción de la Carta Orgánica de la ciudad de Río Grande, pero allí se apeló a una clausula transitoria donde dijeron en 2006 que ¨El mandato de las autoridades municipales en ejercicio al momento de sancionarse esta Carta Orgánica, debe ser considerado como primer período¨, a pesar que el ex jefe comunal, Ricardo Martín, estaba transitando su segundo mandato como intendente de la ciudad.

Previamente, a fines de 2001, en Ushuaia, se había producido una situación similar con la redacción de la Carta Orgánica que permitió que Jorge Garramuño ejerciera la intendencia por 12 años, entre los años 1995 y 2007.

El mismo principio usaron hace pocos meses para rehabilitar a los intendentes del conurbano bonaerense y esto hizo tronar la interna de JXC.

De alguna manera, ciertos debates que se están queriendo instalar sobre la reforma de la Carta Orgánica de Ushuaia resultan al menos contradictorios.

¿Cuál es la motivación de un legislador fueguino, que tiene habilitada su reelección indefinida, de atacar la reelección en los ejecutivos? ¿La teoría de re-re-elecciones buenas y malas, o es una simple expresión política de conveniencia y carente de lógica de calidad institucional?

¿La falta de alternancia en los ejecutivos son una afronta, mientas que las reelecciones indefinidas en la Legislatura son actos de consolidación de la democracia?

La izquierda reeleccionista

Por lo general, los gobiernos de izquierda tienen mandatos casi indefinidos. Cuba, Venezuela, China, Rusia son algunos ejemplos de mandatarios que se mantienen en el poder por interminables periodos, pero que no reciben objeciones por parte de quienes se oponen a las reelecciones en nuestro país. La lógica de celebrar afuera y condenar puertas adentro.

Se trata de detractores de las reelecciones indefinidas a la par que admiran los procesos políticos donde su lideres no tienen fecha de vencimiento para sus mandatos.

Una reforma y una nueva oportunidad

La reforma de la Carta Orgánica de Ushuaia es una oportunidad para sincerar algunas decisiones de Estado de cara al futuro de la ciudad. También de revisar determinados artículos de cara a los desafíos de los derechos de última generación que no terminan de entrar en vigencia.

Sin duda, una nueva oportunidad de reconfirmar el compromiso con la participación de la comunidad y de nuevos mecanismos de transparencia en la gestión pública.

Dentro del proceso previo a la estatuyente desentona la falta de debate sobre cuestiones de principios y la sobreabundancia de declaraciones antireeleccionistas por parte de referentes que no pueden sostener el porqué de la conveniencia en otros lugares y la gravedad si se llegará a suceder nuevamente en Ushuaia, como fue la primera re-re-elección en 2003,

Lo importante, en todo caso, es que la comunidad de Ushuaia tenga más derechos con la sanción de la reforma estatuyente y que la ciudad tenga mejores herramientas para encarar el compromiso para con el desarrollo sostenible de cara a las próximas décadas.