PLUMAS INVITADAS. Sí yo fuera diputado ( Por Alejandro Rojo Vivot)

Los discursos vacíos de contenidos y propalados con violentos gritos e insultos desdeñables son aberrantemente notorios

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“Una fachada cómica favorece en diversos modos el efecto del chiste, no sólo facilitando el automatismo del proceso chistoso por el encadenamiento de la
atención, sino coadyuvando a la descarga producto del chiste con la producción de una descarga preliminar, debida a lo cómico. La comicidad actúa
aquí a manera de soborno, como el placer preliminar, y de este modo comprendemos que algunos chistes puedan prescindir por completo de dicho
placer, que por muy diversos medios podrían hacer surgir, y utilicen tan sólo la comicidad como tal placer preliminar”. (1) Sigmund Freud

La anomia generalizada incluye particularmente a gran parte de las agrupaciones políticas anquilosadas y degradadas;. Además está el resto, por suerte.
El humor, muchas veces, apela a un lenguaje de semejanzas donde la agudeza intelectual delinea figuras uniendo los puntos presentados
aparentemente dispersos; es el humor de la ficción compitiendo con la realidad.

En ese sentido el cine cuenta con numerosos y valiosos aportes.

DOS DE LOS MUCHOS

La película cómica, en blanco y negro, del genial mexicano Cantinflas o Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes (1911-1993), “Si yo fuera diputado” (1951), de
absoluta actualidad, nos cuenta, con final abierto, la historia de un barbero que observa como sufren sus convecinos, sobre todo los más indefensos, por
lo que decide postularse y competir, en forma independiente, con los demás candidatos de los partidos políticos: “El mundo debería reírse más, pero
después de haber comido”. Cuando falleció, el Congreso de los Estados Unidos lo homenajeó con un minuto de silencio.

En el desarrollo de la trama deja a la vista, como fractura expuesta, a la política partidaria en general y a un proceso electoral en particular, donde existen
hechos de violencia, contubernios y, desde luego, militantes honrados que bregan por el bienestar general; varias décadas después muchos de esos chistes son cotidianamente frecuentes.


DANDO VUELTA LA PÁGINA
Otro ejemplo, totalmente distinto al anterior, es la película estadounidense “El candidato” (1972) protagonizada por Charles Robert Redford (1936), ganador
de numerosos prestigiosos premios. Es un relato, con mucho de verídico y actualidad en toda su extensión, de unas elecciones primarias de aspirantes a
una senaduría nacional por el Estado de California. El personaje, al ser novato y al considerar que tiene pocas posibilidades de triunfar, se anima a decir todo lo que piensa incluyendo las más dispares promesas electorales y a ensayar chistes para evadir la ausencia de respuestas, en audaces y grotescas salidas o evasivas.

Es una oportuna síntesis como, frecuentemente, los discursos políticos y otros, inician humorísticamente, intercalan chistes y finalizan, a veces, con alguna
humorada. Por ejemplo, dado lo avanzado del proceso electoral, cuando presentan al candidato por primera vez, en una reunión partidaria, para que
comience a ser conocido, todo el discurso de introducción es una sucesión chistes concatenados, generando así empatía con el público presente.

Además, el guion, ganador del Oscar, incluye aún pasajes de alta tensión, algún chiste o escenas graciosas a la manera de pases de comedia como la
referida a la máquina expendedora de bebidas gaseosas; quizá recordando al alemán Friedrich Wilhelm Nietzche (1844-1900): “El hombre sufre tan
terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa”.

RECORDANDO

Mediante el extraordinario invento de los hermanos franceses Auguste Marie Louis Nicolás Lumière (1862-1954) y Louis Jean Lumière (1864–1948), el
séptimo arte también, al que ellos mismos le vaticinaron “es una invención sin ningún futuro”, se ocupó de otros procesos electorales, en forma humorística o
con una gran cuota de humor.


Con extraordinaria inteligencia, hubo quienes construyeron vívidas historias y personajes políticos, como una suerte de parábolas, con alta carga simbólica, en que los perspicaces descubren el juego de espejos donde se ven únicamente reflejos de la realidad que, necesariamente, deben ser comprendidos e interpretados para reír y, a veces al mismo tiempo, llorar por vergüenza ajena.


Es probable que en la actualidad los asiduos espectadores cinematográficos como los interesados en política las hayan visto quizá más de una vez; los
demás están a tiempo de hacerlo.


NOTA Y REFERENCIA
Alejandro Rojo Vivot es autor del ensayo “El humor y sus variantes”. Revista del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS). Año XXXV. N° 355. Buenos
Aires, Argentina. 1986.
1) Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca
Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1115. Madrid, España. 1973.