CRISIS. En el merendero de Andorra, menos donaciones y más demanda

Sulma Paredes, responsable del merendero en el valle de Andorra, reveló la grave situación que enfrentan debido a la escasez de donaciones y el crecimiento exponencial de personas en situación de vulnerabilidad que requieren asistencia alimentaria.

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En el valle de Andorra, el merendero dirigido por Sulma Paredes se ha convertido en un bastión de esperanza para cientos de personas afectadas por la creciente pobreza y la falta de recursos. Sin embargo, la situación actual es desalentadora.

Paredes, por FM Master’s, explicó que la demanda de ayuda ha aumentado significativamente en los últimos meses, pero desafortunadamente, las donaciones no han seguido el mismo ritmo. “Estamos recibiendo mensajes de gente para que la podamos ayudar”, señaló Paredes. “Hay mucha gente de la construcción que quedaron paradas, de las empresas privadas, y gente de las fábricas que son un montonazo. Así que tenemos un montón de gente y no nos da para darle a tanta gente”.

La escasez de donaciones de alimentos básicos como carne y pollo ha llevado al merendero a reducir la frecuencia de distribución de comidas. “Antes llevábamos tres veces a la semana el almuerzo, después dos veces y ahora ya es una vez a la semana, y a veces es cuando hay”, lamentó. “Porque no tenemos un insumo, el pollo, la carne, a veces hacemos solamente verduras para no dejar a la gente sin comer”.

La situación se agrava cuando incluso las instituciones educativas enfrentan dificultades para proporcionar desayunos completos a los niños. “En la escuela, estuve escuchando las quejas de las mamás, que están dando desayuno, pero sin el pan. Están pasando muchas cosas”, comentó Paredes.

A pesar de estos desafíos, el merendero continúa operando con la ayuda de madres trabajadoras que colaboran entre ellas para asegurarse de que todos reciban comida. “La gente viene, las mamás vienen con su tupper o su olla, retiran su comida y se llevan a sus casas para comer como corresponde. Son ellas las que colaboran entre ellas, porque somos el ejemplo de nuestros hijos. Que nos vean trabajando es el orgullo más grande. Que vean que nadie nos regala nada”.

Sin embargo, la situación se ve agravada por la falta de apoyo gubernamental. “Ha dejado de donar el municipio, y el gobierno provincial también”, reveló Paredes. “Esta fue la única ayuda que hubo desde este año, dicen ellos que, capaz no va a haber más ayuda”.

En medio de estas dificultades, las voluntarias están explorando nuevas formas de obtener recursos, como la posibilidad de vender empanadas elaboradas con carne molida donada. “Estamos viendo si alguien nos puede donar carne molida. Una vez que consigamos una buena cantidad de carne molida, podemos hacer una venta de empanadas para que de eso podamos hacer otra cosa, vender, y de esa forma ir sacando plata y poder cocinar y dividir la comida”, explicó.

A pesar de los desafíos, la Fundación de Sulma Paredes sigue siendo un faro de esperanza en medio de la adversidad, proporcionando no solo alimentos, sino también apoyo emocional y comunitario a aquellos que lo necesitan en el valle de Andorra.

Quienes estén en condiciones de realizar donaciones o prestar algún tipo de ayuda, pueden comunicarse al teléfono 2901-587576.