Alika Kinán apeló la ampliación de condena a sus captores y criticó a la justicia

-Telam-

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Alika Kinán, la primera víctima del delito de trata de personas en convertirse en querellante de sus captores, apeló el fallo que amplió la condena a sus explotadores y les impuso el pago de una indemnización, a la vez que criticó con dureza el desempeño de la justicia, según confirmó en dialogo con Télam.


El Tribunal Oral en lo Criminal de Tierra del Fuego dictó sentencia este mes en el segundo juicio del caso Kinán, y les impuso a los implicados, penas de entre 4 y 8 años de prisión, además del pago de un monto indemnizatorio por “daños y perjuicios” de $960 mil más intereses.


Sin embargo, la mujer rescatada de un prostíbulo de la ciudad de Ushuaia en 2012 y convertida en una conocida activista contra la explotación sexual y la trata, mostró su desacuerdo con el desempeño judicial.

“Creo en la justicia pero no en el sistema judicial. Las condenas siempre son bajas en este país. Los tribunales, casi siempre conformados totalmente por hombres aún para juzgar estos delitos, no tienen en cuenta el derecho de las víctimas”, se quejó Kinán.

Entre los cuestionamientos a los jueces del juicio que acaba de finalizar, la activista sostuvo que “permitieron una revictimización” de las mujeres, al “permitir el trato que algunas de las partes nos profirieron, sin ningún tipo de límite. Me sentí muy poco cuidada”, indicó.


También consideró “ridículo” el resarcimiento económico impuesto a los condenados en conjunto con el Municipio de Ushuaia, responsable de la habilitación comercial del prostíbulo Sheik, donde se comprobó el funcionamiento de una red de trata.

“Los jueces no tuvieron en cuenta que durante 9 años se expuso mi vida íntima ante la sociedad. Todo el mundo se enteró cómo las víctimas de esta explotación inhumana nos poníamos esponjas en la vagina para seguir prostituyéndonos en los días de menstruación. Y pareciera que todo ese daño no fue merituado por la justicia”, evaluó Kinán.

Incluso mencionó que “no fue investigado debidamente el patrimonio de los acusados”, uno de los cuales “tiene doce departamentos en alquiler en Ushuaia”, reveló la activista.

Los jueces Guillermo Quadrini, Mario Reynaldi y Alejandro Ruggero aplicaron una pena de 8 años de prisión a Pedro Montoya, dueño del prostíbulo Sheik.

También condenaron a 5 años de prisión a Ivana García, pareja de Montoya, y a 4 años a Lucy Alberca Campos, la encargada del local.
La Justicia ya había condenado en 2016 a los tres acusados, pero en 2018, la Cámara Federal de Casación Penal decidió que debía realizarse un nuevo juicio, para evaluar si correspondía la aplicación de penas mayores.

En 2016, Montoya había recibido una condena de 7 años de prisión, mientras García y Alberca Campos habían sido sentenciadas a 3 años de prisión en suspenso.

En el nuevo juicio, todos fueron considerados responsables del delito de “trata de personas con fines de explotación sexual agravado por la pluralidad de víctimas y por la participación de tres personas”.

Por su parte el caso Kinán podría tener un tercer enjuiciamiento, ya que la justicia federal acaba de confirmar los procesamientos de Claudia Mabel Quiroga, una socia de Montoya en el prostíbulo, y de Corina Sánchez, otra encargada del local.

Quiroga y Sánchez habían sido sobreseídas en primera instancia, pero la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia consideró que había evidencias para su juzgamiento y ese criterio no fue modificado por las instancias judiciales superiores.

Alika Kinán se animó a ser querellante contra sus explotadores en este caso, luego de aceptarse como víctima del delito de trata.
Con el tiempo se convirtió en una conocida activista contra ese delito y la prostitución, creó una fundación y recibió reconocimientos a nivel nacional e internacional.