COMEDORES. Por la crisis, no bajó en el verano la asistencia municipal en Río Grande

La secretaria de Género y Desarrollo Comunitario de la Municipalidad compartió información sobre el particularmente intenso funcionamiento, en enero y febrero, de los comedores y merenderos en el marco del programa alimentario municipal en la ciudad.

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La Municipalidad de Río Grande enfrenta una temporada estival inusual, con un marcado aumento en la demanda de sus comedores y merenderos, en relación con veranos anteriores. Ivana Ybars, secretaria de Género y Desarrollo Comunitario, compartió por FM Master’s detalles sobre el excepcional funcionamiento de estos programas alimentarios en enero y febrero.

“Este año es bastante atípico. Vemos mucha gente en la ciudad. Quienes se han ido, lo han hecho por menos tiempo, entonces tenemos un ritmo prácticamente de marzo. Los comedores y merenderos de la ciudad continúan trabajando muy fuertemente”, señaló Ybars.

La preocupación creciente y la incertidumbre por el contexto social y el aumento constante de personas buscando alimentos son aspectos que destacó la funcionaria. “Esto lo estamos viendo en casi todos y da cuenta de que se ha agravado la situación social”, agregó.

Ybars expresó agradecimiento al municipio y al intendente Martín Perez por el apoyo en medio de la crisis. Destacó el papel fundamental de las mujeres al frente de los comedores y merenderos, quienes dedican tiempo, energía y conocimientos para cuidar de la comunidad.

Durante el verano, la asistencia de la provincia disminuyó, generando incertidumbre en la inversión social municipal. La pérdida de empleo, especialmente en el sector de la construcción para hombres y de trabajos domésticos para mujeres, exacerbó la situación en los sectores más vulnerables.

En Río Grande, alrededor de 90 comedores reciben apoyo municipal, beneficiando a más de 3,000 familias, aproximadamente 10,000 personas. La asistencia incluye alimentos no perecederos, productos frescos y vales de pan, adaptándose a las necesidades específicas de cada comedor y las familias a las que sirven. Lo que da cuenta que la revisión constante de la inversión social es crucial para enfrentar los desafíos en curso.