CHUBUT. Despliegan operativo para encontrar a una ballena “enmallada”

El ejemplar de ballena franca austral fue visto en la zona de “Punta Pirámides” con una malla de pesca adherida a la cola con evidentes dificultades para el desplazamiento.

Una embarcación rápida de la “red de varamientos” de Chubut busca desde este domingo una ballena “enmallada” que fue divisada en el Golfo Nuevo, al sur de Península Valdés.

Ushuaia a tu lado banner 728x90 1

El ejemplar de ballena franca austral fue divisado en la zona conocida como “Punta Pirámides” con una malla de pesca adherida a la cola con evidentes dificultades para el desplazamiento.

https://twitter.com/AgenciaTelam/status/1676199183433252865

Investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) evaluaron el impacto de redes y sogas de pesca sobre las ballenas francas de Península Valdés en un informe realizado en conjunto con colaboradores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral. 

Con el fin de detectar el impacto de estas actividades humanas sobre las ballenas de Península Valdés a lo largo del tiempo, los investigadores del ICB realizaron un análisis temporal para comparar la tasa de incidencia de estas heridas a lo largo de cinco décadas, desde 1971. Algunos datos que se desprenden del informe encienden alarmas:

  • De un total de 3.811 ballenas francas foto-identificadas en Península Valdés entre 1971 y 2017, se detectaron heridas de origen posiblemente antrópico en 141 ballenas, que representaron el 3,7% de todos los individuos del catálogo y entre el 1 y 2% de las ballenas identificadas en cada década.
  • De estas 141 ballenas con diversos tipos de lesiones, las ballenas con heridas por enmalles en 1971-1979 eran el 3% mientras que en 2010-2017 ese porcentaje fue ocho veces superior, llegando al 26%. Es decir que los enmalles afectan una proporción cada vez mayor de ballenas respecto de otros impactos humanos.
  • Entre 1971 y 1979, las ballenas con heridas por enmalles representan el 7% del total de ballenas con heridas de origen antrópico, mientras que en 2010-2017 ese porcentaje se quintuplicó, siendo del 35%.