Acusado de cometer el crimen de Marianela Rago fue denunciado por violencia de género y familiar

El único acusado del crimen de la joven fueguina Marianela Rago Zapata (19) hallada degollada y con 23 puñaladas en el barrio porteño de Balvanera en 2010, fue denunciado judicialmente por violencia de género en perjuicio de una ex pareja con la que se relacionó después del asesinato de Rago Zapata y con quien tuvo un hijo, confirmaron fuentes judiciales.


Francisco Amador (35) un ex novio de la estudiante de periodismo a la que mataron dentro del departamento donde vivía, es el único imputado del caso y aguarda el juicio oral y público que aún no tiene una fecha cierta de realización.

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Durante el transcurso de la investigación fue sobreseído en cinco oportunidades, aunque en 2018 la Sala VI de la Cámara del Crimen lo procesó en forma directa en base a una nueva data de muerte, al pasado violento del acusado y a lesiones que presentaba y podrían haber sido producidas por la víctima en su defensa.


Mientras tanto, Amador retornó a la ciudad de Río Grande, en Tierra del Fuego, de donde es oriundo igual que Marianela Rago, y en 2018 entabló una relación con una mujer y tuvo un hijo.


Esa ex pareja es la que terminó denunciándolo por violencia de género (tanto contra ella como contra su hijo) a partir de 2020, y la que en las últimas horas aceptó hablar públicamente del “calvario” por el que atraviesa.


La mujer que tiene “una carrera, un trabajo, un departamento y un hijo de otra pareja” le concedió una entrevista exclusiva a la periodista de Río Grande especialista en temas de género, Lorena Uribe, en la que pidió “el resguardo completo de su identidad”.


En ese reportaje contó que Amador volvió a Tierra del Fuego luego del crimen y “siguió haciendo su vida laboral y personal sin ningún tipo de impedimento”.


También explicó que lo conoció sin saber que estaba imputado en el crimen de Marianela, y que después de un tiempo de relación, ella quedó embarazada producto de un “engaño” del hombre.


“Me aseguró que no podía concebir hijos. Jamás vi un estudio que así lo dijera pero confié plenamente en su palabra. No dudaba de él, pasó el tiempo y quedé embarazada”, relató la mujer.


Dijo que después de ello Amador “desapareció un tiempo” mientras “buscaba el consentimiento de sus padres para hacerse cargo de su paternidad”, hasta que finalmente regresó a la casa de la joven y comenzó una convivencia en la que se habrían desencadenado los casos de violencia.


“Al principio pensé que sus enojos eran normales, pero después de mucho tiempo entendí que no. Ante cada hecho de violencia, física o psicológica, volvía y pedía perdón, agradeciendo que no lo denunciara”, aseguró la mujer en el reportaje.


Incluso reveló que algunos de los casos de violencia involucraron al hijo de ambos, que ya tiene dos años.


Tras las denuncias, si bien la Justicia estableció prohibiciones de acercamiento, “la que no salgo soy yo porque todavía no estoy segura de lo que me pueda pasar. Él va al club, trabaja, y yo no salgo”, señaló.


La joven agregó que hasta el momento “la gente no sabía de mi caso, porque me daba vergüenza, miedo y culpa. Y tengo miedo porque él es un violento, aún sabiendo que está acusado del femicidio”, aseguró.


Fuentes judiciales consultadas por Télam confirmaron que las denuncias por “violencia de género” y “violencia familiar” contra Amador, formuladas por su ex pareja, tramitan en el Juzgado de Familia y Minoridad Nº1 de Río Grande, a cargo del juez Fernando González Cárcamo.


En abril de 2021, el juez dictó una “prohibición de acercamiento” de Amador a su ex pareja, su hijo y el domicilio donde viven, que todavía sigue vigente.


En tanto, el acusado del crimen de Marianela inició ante el mismo juzgado un juicio para que le establezcan un régimen de visitas con su hijo, aunque el juzgado aún no se lo concede y en su lugar solicitó que le practiquen al hombre una serie de “pericias psiquiátricas y psicológicas”.
A esta presentación se le sumó un pedido de los abuelos paternos del chico (los padres de Amador) para poder comunicarse con el niño, lo que está siendo evaluado por el Juzgado, dijeron los voceros consultados.


Por su parte, Patricia Zapata, la madre de Marianela Rago, sostuvo que está en conocimiento de las denuncias por violencia de género contra Amador aunque “no conozco la identidad de la joven denunciante, su ex pareja, y aunque la supiera no la revelaría respetando su voluntad”, afirmó en dialogo con Télam.


Zapata pidió que la joven “sea ayudada” para poder salir de toda la situación que atraviesa” y que la investigación de ese caso “pueda servir en algo para esclarecer lo que le pasó a mi hija”.


Sobre el juicio oral y público por el crimen de Marianela, su madre informó que “seguimos esperando el establecimiento de una fecha y esperamos que sea dentro de este año”, indicó.


El debate que tendrá como acusado a Amador se realizará ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29, integrado por los jueces Rodolfo Goerner, Juan María Ramos Padilla y María Cecilia Maiza.


Amador llegará al juicio acusado de “homicidio simple” -con pena de 8 a 25 años de prisión-, ya que la figura del “femicidio” recién se incorporó al Código Penal a partir de 2013.


La acusación estará a cargo del fiscal general Sandro Abraldes -uno de los que en 2015 logró la prisión perpetua del portero Jorge Mangeri por el femicidio de Ángeles Rawson-, quien ya actuó en la causa en las apelaciones ante la Cámara de Crimen.


Abraldes intentará llegar a una condena y defender en el juicio la convicción que siempre tuvo la fiscal de instrucción de la causa, Marcela Sánchez, respecto a que Amador fue el asesino.


Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción de la causa, Karina Zucconi, sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.


Pero la fiscal Sánchez apeló una y otra vez y finalmente el 23 de octubre de 2018, la Sala VI de la Cámara del Crimen procesó a Amador y la causa fue elevada a juicio.
Marianela Rago estaba en Buenos Aires estudiando periodismo en el ETER cuando el 27 de junio de 2010 no asistió a una juntada con sus amigos para ver el partido que la selección Argentina le ganó 3 a 1 a México por los octavos de final en el Mundial de Sudáfrica 2010.


Todos se preocuparon porque Marianela no contestaba mensajes ni atendía llamados y así fue como el 28 de junio por la noche, su hermano la halló asesinada en el living del departamento 7° “A” que alquilaba en la calle Tucumán 2080.


Según la autopsia, Marianela murió degollada y quien la asesinó le aplicó 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina de la casa.


El asesino también se llevó un juego de llaves, dos teléfonos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.
La madrugada del domingo 27, Marianela había organizado en su casa una “previa” a la que sus amigos del sur fueron a jugar a las cartas antes de ir al boliche “El Bárvaro”, de Cabrera y Anchorena, Palermo, donde la vieron por última vez a las 8.


Su ex novio, Amador, un técnico informático también oriundo de Tierra del Fuego, se transformó de inmediato en sospechoso cuando el círculo de amistados y allegados de la víctima contó una serie de episodios de maltrato del pasado.


Incluso, en el mismo momento en el que Matías Rago hallaba a su hermana asesinada en el departamento de Balvanera, Amador tocaba portero eléctrico en la puerta del edificio al que también había ido, según dijo, preocupado por su ex.


Amador fue detenido, le allanaron la casa, le secuestraron ropas y se declaró inocente.


Siempre se creyó que Marianela había sido asesinada durante la mañana del 27 de junio de 2010, cuando regresó del boliche, pero una Junta Médica modificó la data de muerte y estableció el horario del crimen entre las 19.10 de ese domingo y las 7.10 del día siguiente, cuando por la noche fue hallada asesinada.


Si bien el acusado siempre tuvo coartada para la madrugada y la mañana del día 27, los camaristas que lo procesaron sostuvieron en su fallo que “se desconoce de manera certera qué hizo y dónde estaba Amador en la franja horaria del día en el que aconteció el evento, lapso en el cual su celular dejó de tener actividad”.


También remarcaron que en la casa de Amador se hallaron recién lavados una remera y un pantalón de corderoy con una pequeña mancha de sangre en un bolsillo -cuyo análisis no arrojó resultados por lo escaso de la muestra y la mala preservación de la prueba-, y que se le secuestraron dos cuchillos que podrían ser compatibles con el arma homicida.


Como posible móvil, la Sala VI indicó que el propio Amador “reconoció que antes de romper su relación amorosa tenían discusiones fuertes, sobre todo en el último mes” y que en su último encuentro con la víctima -tres días antes del crimen-, Marianela “le contó que salía con otra persona”.