VIOLENCIA DE GÉNERO. “Me preguntaron la marca del borceguí” con el que Marcelo Guzmán la pateaba

Carla K relató el segundo calvario que debió padecer en los pasillos del Poder Judicial fueguino, a esta altura indefendible. Perdió la cuenta de la cantidad de veces que le hicieron repetir, y revivir, el relato. Y refirió las insólitas preguntas en las pericias psicológicas en una causa por violencia de género.

En la tercera y última parte de la extensa entrevista que Carla K brindó a Radio Provincia, en el programa del periodista Sergio Sarmiento, la mujer reclama a viva voz, urgentemente, cambios de fondo en el Poder Judicial de Tierra del Fuego. Se basa en las increíbles circunstancias que tuvo que padecer después de denunciar por violencia a su propio marido, el abogado Marcelo Guzmán, y de exponer su sufrir públicamente para preservar su seguridad.

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“Hay muchas cosas de fondo que hay que cambiar, para que una mujer no tenga que repetir diez veces lo mismo en distintas secretarías, distintos lugares y continuamente estar reviviendo el horror” definió básicamente el problema central que ella debió afrontar y que cree que es indispensable modificar.

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Carla en la marcha de mujeres de la semana pasada

Este segundo calvario que soportó -el primero fue la propia violencia de su esposo- quedó reflejado en su respuesta ante la pregunta del periodista de cuántas veces debió relatar su padecimiento en distintos ámbitos de la justicia: “Perdí la cuenta de cuántas veces. Tuve que declarar primero ante la asistente social en la Comisaría de la Mujer; después a la persona que escribió la denuncia en la Comisaría de la Mujer; después le conté lo mismo, horas y horas, el martes en la Fiscalía de la parte penal; el miércoles tuve que decirle lo mismo a la psicóloga del Juzgado de Familia; después lo mismo varias veces a varias asistentes sociales” continuó Carla en una interminable y vergonzante enumeración responsabilidad de los funcionarios judiciales.

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Marcelo Guzmán en el Consejo de la Magistratura

Adentrándose en el contenido de las pericias a las cuales fue sometida, Carla K se refirió a una versión que en estos días circuló en redes sociales y algunos medios, incluso de poca fiabilidad por lo inverosímil. Aunque suene increíble, la víctima lo confirmó: “Sí, me preguntaron la marca del borceguí”

Su comentario se refiere a una de las pericias psicológicas en donde debió relatar uno de los tantos hechos de violencia que sufrió: “Había un zapato de por medio y me preguntaron la marca del zapato. Yo fui empujada por una escalera y pateada, el hecho está caratulado como lesiones leves. Me preguntaron la marca, y con qué parte del pie me había pateado, si la punta, si el talón… ‘¿me estás cargando?’”.

Ante el insólito cuestionamiento, reconoció que “más de una vez no sé si es por protocolo, por supuesto es la primera vez que lo había denunciado”. Agregó que, cuando finalizó esa declaración puntual, “le pregunté a la persona que me tomó la pericia ¿cómo crees que me siento? a mí me han tratado, vos me has tratado, como si la delincuente fuera yo”.

Otra de las increíbles alternativas que sufrió fue cuando, presuntamente una psicóloga, le pidió que dibuje cómo sucedió el hecho de violencia, que le haga un croquis: “Me pidió que dibujara cómo me agredió” repite, aún sin poder creerlo. 

Otra de las preguntas que llamó su atención fue la referida a la ropa tenía puesta el agresor mientras ejercía uno de los hechos de violencia: “Creo que tal cosa, no sé, por el horario, más o menos en qué pasó el hecho” recuerda que respondió en medio de una gran sorpresa, dado que “si a vos te están pateando, no decís ‘espera, a ver, me voy a fijar con qué parte del pie me está pateando, con qué marca de zapatos me está pateando. Una lo único que quiere es protegerse y no morirse en ese momento” apreció con contundente lógica.

Por eso reclama al Poder Judicial algo tan elemental como “ponerse en el lugar del que está contando. Esto no es fácil, son años y años de hechos que inconscientemente va borrando un montón de cosas para protegerse, para seguir adelante”

Se resiste a creer que sea culpa de los profesionales, “ellos están encargados de tomar estas cosas, pero los protocolos y las formas deben cambiar”. Casi se esfuerza por convencerse de que estos mecanismos que se utilizan en las pericias “seguramente tendrán algún fin”. Pero, basada en su propio padecimiento, exigió que “algunas cosas de fondo tienen que cambiar para que no pasen estas cosas. Tienen que cambiar de protocolo, de forma de proceder, para que una no tenga que pasar por estas cosas”.

Quiso aprovechar el momento de la entrevista para agradecer a tanta gente que en estos días le tendió una mano: “El acompañamiento que he tenido, no me alcanzaría la semana para nombrar a todos. A todas las personas que, aunque sea con un mensaje de apoyo han hecho muchísimo. Gente que se ofreció a llevarme al trabajo, gente que me ofreció su casa. Hay gente muy solidaria en la ciudad y en el país”, y remarcó la distinción de gente, de a pie, como ella.

Dedicó un especial párrafo a su provincia natal, Chaco, donde encontró un gran interés por ayudarla en su caso, por parte de funcionarios del Gobierno provincial que se contactaron con ella en nombre del gobernador Jorge Capitanich. E incluso intervinieron, diputados y gente de alto rango, “para que esto empezara a moverse un poco en el Poder Judicial de acá”. También se pusieron a disposición para adquirir los pasajes de retorno a esa provincia si así lo decidieran ella y sus hijas.

Mencionó también a la doctora Laura Buyatti, titular del Juzgado de Familia y Minoridad de Villa Ángela, de quien dijo “se cargó esto en el hombro”.

“Las cosas tienen que cambiar. La denuncia estaba hecha cuando yo hice el video, tener que llegar a este nivel de exposición, fue un momento de desesperación” resume Carla ya cerca del final de la entrevista.

Intenta por todos los medios correrse del protagonismo, no ocupar el centro de la escena y en cambio aprovechar esta impensada exposición mediática para que quede una enseñanza que abarque a todas las mujeres que están padeciendo lo que ella padeció: “Todos los días en el país hay una mujer muerta, una mujer golpeada. En 2022 tenemos condiciones laborales desiguales, en muchos lugares. Hay mucho que cambiar no solo en el Poder Judicial, también desde la educación, desde las leyes, que se tienen que cumplir, porque en los papeles es todo muy bonito, pero hay que implementarlas” señaló, en tiro por elevación al gobierno provincial de Tierra del Fuego, que cajonea una Ley sancionada por la Legislatura de creación de un cuerpo especial de abogados para intervenir en este tipo de casos.

Reclama urgentemente de la educación “crear hombres y mujeres de bien, que los niños crezcan y sean educados como personas de bien y que las mujeres sepan desde que son niñas y van creciendo que hay cosas que no hay que aguantar”

“Ojalá mis hijas me perdonen alguna vez, por haber esperado tanto”, elige como reflexión final Carla K. Y deja definitivamente expresada, en cada una de sus palabras, la huella imborrable de su padecimiento. Pero, sobre todo, la firme convicción y la luz de esperanza para que su sufrimiento haya servido en algo para transformar la realidad.