Tiempos modernos muy actuales (Por Alejandro Rojo Vivot)

Reflexiones sobre la última película del cien mudo

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“La revelación del automatismo psíquico pertenece a la técnica de lo cómico, como todo lo que consiste en arrancar un antifaz o provocar una autodelación”. (1) -Sigmund Freud (1856-1939)-

El humor, a veces, es como una mesa bien servida, donde cada uno de los comensales posee la libertad de elegir y saborear de manera personal, aunque esté rodeado de otras personas con gustos e intereses diferentes; todos comparten la alimentación aunque cada uno lo hará a su manera.

Por eso, insistimos, el humor principalmente reside en el receptor, aunque sean notorios los méritos de quien lo genera.

HOY COMO AYER

Con frecuencia algunos procesos políticos y económicos acarrean también consecuencias nefastas, ya sea acrecentando la cantidad de excluidos, cercenamiento de libertades individuales, avances de corruptos, concentración del poder, etcétera. Asiduamente se desenvuelven hasta que estallan profundas crisis con altos costos sociales o, como en otros casos, implosionan levantando férreas barreras opresoras.

Sin duda, un crac producido en democracia significa un camino mientras que en dictaduras autocráticas los abismos están más próximos.

EL GENIO

El extraordinario artista inglés Charles Spencer Chaplin estrenó en 1936 “Tiempos modernos”, (2) considerada como su última película muda (3) ya que posee una banda de sonido que incluye parlamentos, aunque se mantienen los textos impresos.

La trama, con distintas secuencias bien diferenciadas pero con un claro hilo conductor, está focalizada en la crisis económica, financiera y social de Estados Unidos de Norte América, a fines de la década de 1920 y su paulatina resolución mediante la reactivación con un plan integral sin improvisaciones.

La mirada humorística, mientras relata una historia de amor con final feliz, se focaliza en una aguda crítica a la producción en serie, que había permitido bajar notoriamente los costes de algunos bienes favoreciendo la expansión del consumo interno con alto endeudamiento, el agudo desempleo, los regímenes de producción con explotación humana en aras de la obtención del mayor lucro posible, la amplia paranoia por el avance del comunismo, las relaciones entre los compañeros laborales buscando sobrevivir con un sálvese quien pueda, las corriente migratorias empobrecidas que habían huido de Europa autoritaria y empobrecida, el déficit habitacional, la infancia y adolescencia desvalida, la sobrevivencia por el hambre, etcétera.

Casi todas las escenas son extraordinarias por su concepción, escenografía, fotografía, dirección y actuación. La calidad contribuye en mucho a acentuar con éxito los agudos señalamientos políticos, sin frases hechas vacías de contenido.

Es de antología la plasticidad actoral de Charlot, en su última escena, tanto patinando con rueditas en espacios relativamente reducidos en una amplia tienda por departamentos, ejerciendo infructuosamente como mozo en un restaurante danzante muy concurrido y con las enormes máquinas en una fábrica metalúrgica.

En la propuesta artística queda en claro que el trabajo, el mérito como el esfuerzo, son el gran camino para el progreso individual, familiar y de la sociedad, mientras que la falta del mismo genera gran parte de los problemas de las personas y del pueblo en su conjunto.

A pesar de las distancias las escenas humorísticas nos siguen interpelando.

Finaliza con la pareja feliz emprendiendo, con esfuerzo, nuevas búsquedas esperanzadoras donde la conclusión queda abierta favoreciendo el debate, sin duda, en democracia sin reyezuelos autoritarios y gritones.

Hoy todavía disfrutamos con las vicisitudes desarrolladas artísticamente con magistral humor, aunque perduren algunas cuestiones como el desempleo, déficit de viviendas dignas, etcétera, que nos laceran mientras otros nos explican con erróneos gráficos y una gran cuota de sarasa.

CUIDÁNDONOS

Ahora o dentro de unos días, ojalá que más familias, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, etcétera, se reúnan para disfrutar y comentar “Tiempos modernos” totalmente actual, casi como el diario de mañana.

NOTAS Y REFERENCIAS

1) Freud, Sigmund. El chiste y su relación con lo inconsciente. Biblioteca Nueva. Tercera edición. Tomo I. Página 1064. Madrid, España. 1973

2) Autor, actor, compositor de la música, director y productor.

3) Al final el personaje protagónico canta “Je cherche a après Titine”, (1917) de Léo Daniderff, (1878-1943) improvisando la célebre letra, pues no la recuerda, mezclando el inglés, francés y el italiano en una suerte de charabia, de lo que resulta más graciosa, en una escena muy cómica, dramática y desesperanzadora.

Charabia: galicismo. Alegría estentórea y desenfrenada.