El científico del CADIC planteó distintas alternativas que pueden presentarse, dependiendo del daño que el fuego haya causado en el suelo del bosque quemado en el Corazón de la Isla. La recuperación de los árboles puede llevar décadas. La de los turbales, siglos.
El doctor en Biología e investigador principal de CADIC-CONICET de la ciudad de Ushuaia, Adrián Schiavini, realizó un diagnóstico sobre los efectos que el voraz incendio de la reserva Corazón de la Isla está causando en el bosque nativo. A su vez, planteó distintas alternativas para la eventual recuperación de, al menos, un sector del bosque.
Entrevistado en Radio Provincia, el biólogo consideró que el tiempo de recuperación de la vegetación quemada “va a depender de hacia dónde vaya el clima en términos regionales, si continúa la tendencia de aumento de temperaturas y aridización en la Patagonia, le va a ser más difícil al bosque recuperarse que en una condición más húmeda”.
Consideró prematuro dar precisiones sobre la posible recuperación del bosque, que, evaluó, “puede ser bastante rápida si no se quemó mucho el suelo donde se alojan los organismos que son sustento de otros organismos, entre ellos los árboles. Eso es vital”.
Para sustentar su presunción, informó que en Tierra del Fuego hay evidencias de incendios del siglo pasado, de hace 70 u 80 años, “donde hoy uno recorre y parece un bosque normal -entre comillas-, distinto de lo que había antes. Pero se va a recuperar, va a tardar décadas y en algunos casos centurias” apreció.
En cambio, los turbales que sufrieron el efecto del fuego no se van a recuperar en miles de años, según advirtió: “su ritmo de crecimiento es muy lento, los turbales de placa en algunos sectores de la reserva, su recuperación llevará siglos”.
En términos de presunciones, Schiavini apostó porque “lo más probable que suceda es que esos lugares donde había vegetación, ésta sea reemplazada por otra cosa mucho más rápida en crecimiento como arbustales o lenga, que es muy adaptable y crece muy rápido”.
Por eso avizoró un futuro “muy distinto a lo que estuvo” hasta que se desató el incendio. Pero cualquier recuperación solo será posible si “mantenemos a raya a los herbívoros domésticos para que no suceda lo de El Quemado, que no se recuperó porque le metieron vacas” señaló, en referencia al sector entre el lago Fagnano y la ruta 3.
Explicó Schiavini cómo es el proceso de regeneración en el bosque fueguino: “tiene una dinámica muy asociada a la generación de claros. Cuando se produce volteo de árboles, esa luz permite que las plantas crezcan. En el caso del incendio es algo parecido, se produce un clareo, pero las plántulas podrán crecer donde el fuego pasó por arriba y no quemó el suelo”, donde se encuentra la matriz orgánica, el sustrato donde podrían crecer.
Pero, si continúan sucediéndose años de prolongada escasez de lluvias, eso va a facilitar la instalación de especies que se adaptan a condiciones de menor humedad como arbustos y pastizales. “Eso compite con las plántulas de bosque, no las deja crecer. Ahí habría que ver si hacer una intervención para mejorar la capacidad de adaptación de los árboles” recomendó finalmente Adrián Schavini.