PLUMAS INVITADAS

QUINO POSIBLEMENTE EN EL PASEO DE LAS ROSAS (Por Alejandro Rojo Vivot)

Sep 22, 2024 | Cultura

Al humor universal de Quino bien podríamos ubicarlo también en el Paseo de las Rosas.

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UN LIBRO PARA ATESORAR

Para conocer en profundidad el genio de Quino, al menos, es necesario revisar reflexivamente “¡Cuánta bondad!” (1999), que tuvo varias exitosas ediciones.

Está estructurada en partes temáticas, las que se van sucediendo sin anuncios previos con subtítulos aclaratorios o anticipatorios pues no son necesarios.

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Cuanta Bondad!, Quino, Ed Lumen 1999

Es un claro ejemplo de lo ya expresado por algunos especialistas ingleses en cuanto a que, como mucho, existen unas cincuenta u ochenta formas del humor con millares de variaciones.

El análisis costumbrista tan caro al humor necesita la complicidad del tercero.

En cada una de sus páginas también es fácilmente observar y experimentar claro está, que el humor significa incluir la capacidad de observar a través del agua o de comprender entre líneas tanto en la creación como en la interpretación de los destinatarios.

En apretada síntesis, posiblemente el pensamiento concreto poco aporta al humor y sí el pensamiento abstracto como bien lo encontramos en “¡Cuánta bondad!”, página 17.

PASÓ UN CUARTO DE SIGLO

(Imaginemos el Paseo de las Rosas, un día cálido) En un banco de plaza una pareja adulta, formalmente vestida, conversa amorosamente en una bella imagen casi idílica, destacándose en el bolsillo de él un gran teléfono celular negro que, veladamente, nos da una pista como las tramas policiales.

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Quino, Cuánta Bondad!

Mientras los dos cariñosamente entrecruzan sus manos suena fuertemente su aparato de comunicación portátil; lo atiende disolviendo la escena romántica y ella desolada baja sus manos mirando a su alrededor casi con la vista perdida donde tres perros felices corretean mientras los seis restantes y diversos personajes hablan mediante sus respectivos celulares, cada uno ignorando a los demás y a la naturaleza urbana que los rodea; integran un conjunto de soledades desinteresados por cambiar las aparentes urgencias impostergables autoconstruidas.

Dejan pasar una vez más la oportunidad del disfrute y al finalizar el día expresarán que están agotados medios dormidos frente a una pantalla electrónica.

Nada sabemos qué pasó después pues es un final abierto tan difícil de lograr donde cada uno puede construir el propio destino en libertad… si se anima.

En las tres instancias, casi como el teatro clásico, “la comedia está finita” ya desatado el drama en toda su fuerza como en la ópera bufa “Pagliacci” de Ruggero Leoncavallo (1857-1919).

Lo aquí transcrito ¿es solamente un chiste de época o es, asimismo, una clara aplicación a la centenaria cuestión sobre qué es el humor?

TAN DIVERSO COMO GENIAL

Al analizar la obra íntegra del humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado Tejón (Quino) (1932-2022), Premio Princesa de Asturias (2014), es posible comprender su relevante capacidad creativa en cuanto a sorprender al otro provocando al menos una sonrisa; también por caso generar incongruencias que pueden desencadenar comicidad.

Aquí omitimos su nacionalidad pues gran parte de sus trabajos son universales, además de ser el humorista de habla castellana más diversamente traducido, contradiciendo así la reiterada afirmación de algunos especialistas en cuanto a que, en general el humor es tan particularmente local que trasladar u otro idioma es sumamente difícil cuando no imposible.

En tal sentido, reforzando lo antedicho, el humor más íntimo en definitiva está hablando de la aldea que describe al mundo como lo apuntado por Lev Nikoláyevich Tolstoi (1828-1910).

ADEMÁS

El humor es cosa seria, muy seria pues, entre otras cosas, es un rasgo de la inteligencia.

En los procesos humorísticos se interrelacionan varios componentes siendo el principal el receptor que es donde radica la gracia iniciada por un emisor, sea ex profeso o circunstancialmente.

A veces las risas o sonrisas surgen cuando nos vemos reflejados en otros aunque lo hayamos negado o velado hasta ese entonces: reír para no llorar.

También lo disruptivo del remate intencionado contribuye a la meta de hacer reír a otros.

Pero, más allá de algunas seguridades conceptuales, varias cuestiones principales están lejos de haberse resuelto: maravilloso misterio y más trabajo para los que disfrutan andando en endemoniadosberenjenales.

Además, muchas veces, el humor es una herramienta eficaz para la crítica social y el análisis político; es una velada o manifiesta invitación a participar de un juego o algo parecido.

Con frecuencia, el humor es una senda que bordea abismos o traspasa límites creados por quien vaya uno a saber por quienes arbitrariamente estipularon afirmando que hay temas que no dan para la risa.

Quino, con tan extenso nombre y apellido, eligió su célebre seudónimo manteniendo la célebre elipsis de Baltazar Gracián (1601-1658): “La brevedad es lisongera, y más negociante; gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y aun lo malo, si poco, no tan malo”. (‘Oráculo manual y arte de prudencia. (…) Lo bien dicho se dize presto”. (1647).

REFLEXIÓN Y ACCIÓN

Los debates continuarán por mucho tiempo más, inclusive ante la eminentemente posible destrucción total de la humanidad en manos de unos pocos autócratas nucleares. Quizá, luego de la hecatombe final permanecerán las discusiones en alguna otra instancia.

Mientras tanto, con respecto a los relevantes temas atinentes a dilucidar es interesante aplicarlos a los resultados de las labores de los humoristas para, al menos, constatar la solidez de algunas teorías generales en casos particulares.

Quino es una muy buena oportunidad en ese sentido; vale la pena probar.

Así mismo es oportuno traer a colación aquí al célebre y divertido “Manifiesto del Humorismo” del español Antonio Polanco (1898-1956): “Quien no advierte la burla radical que hay en la vida de nuestro tiempo, no puede querer o no una cosa que no conoce; pero al tomar en serio esa vida que es radicalmente burla, es humorista sin saberlo ni quererlo. (…)

Aún la oposición al humorismo es humorista, porque hay en nuestro tiempo dos clases de humorismo, el que toma en serio y el que se burla de lo que hay de burla en nuestra vida. (…)

Aunque lo verdaderamente trascendental del humorista consciente consista en capitalizar humorismo con la esperanza de ahorrárselo al futuro”. (1)

Además como apuntó el destacado especialista Pepe Pelayo “Cuando nos sumergimos de lleno en este mar encrespado y turbulento de la teoría del humor, con lo primero que chocamos fue con el inmenso caos de definiciones y conceptos.

Desde que se tiene noticia, hasta el siglo XX, fueron varios los pensadores que intentaron definir, explicar y ordenar lo relacionado con la teoría del humor. Dije varios, porque no son muchos.

Lamentablemente, por alguna extraña razón, las mentes brillantes que han proliferado a lo largo de la Historia de la Humanidad, han esquivado un poco ese deber, o lo han hecho de forma muy parcial.

Dicen ciertos autores que se debe a lo difícil de abordar y llegar a buen puerto en el estudio y comprensión del humor, aunque otros afirman que se debe a la subestimación del asunto, ya que estudiar algo ‘tan ligero, ordinario y frívolo’ como es el humor y la risa, les quitaba tiempo para dedicárselo a temas más importantes y trascendentales, y además les restaba prestigio.

‘¡Que otros de menor alcurnia intelectual se encarguen de eso!’, es probable que dijeran”. (2)

NOTA Y REFERENCIAS

Alejandro Rojo Vivot es autor del ensayo “Humor y Cultura”. Revista del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS). Año XXXV. N° 354. Buenos Aires, Argentina. 1986.

1) Botín Polanco, Antonio. Manifiesto del Humorismo. Revista de Occidente. Páginas 30 y 31. Madrid, España. 1951.

2) Pelayo, Pepe. Teoría Humor Sapiens. Lo cómico, el humor y el chiste. Humor Sapiens Ediciones. Página 19. Santiago, Chile. Agosto de 2022.

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