-Editorial-
En solo una semana noticiadetapa.com.ar pudo mostrar distintos hechos que, con el transcurso del tiempo, parecen tener un hilo conductor común.
En una realidad económico, financiera y social cercana a la catástrofe, las noticias han reflejado el corte de provisión de medicamentos por falta de pago a los proveedores del Estado, incumplimientos a los docentes privados por falta de transferencias, retención indebida de fondos a los municipios, entre otras medidas que exteriorizan un panorama crítico.
No es el apremio que impone la hora lo que sorprende. Es el contraste.
En ese mismo contexto, a los aumentos exponenciales de sueldos de funcionarios se le agregaron incrementos remunerativos ocultos del organismo que debe controlarlos, sobresueldos encubiertos a través de adicionales en concepto de vivienda, compra de joyas con dineros públicos, entre otras medidas. No son simples coincidencias. Se explican en el marco de una definición política. Lo que a algunos les falta es lo que a otros les sobra.
Pareciera importante comenzar a conceptualizar el proyecto político en curso del actual gobierno provincial. No solo por la responsabilidad que le cabe al oficialismo. También para entender el silencio de la oposición. De entre todas las medidas elegimos una, pues la repercusión que ha tenido en el contexto nacional, puede servir de espejo donde mirarse: Los incrementos tarifarios en los servicios públicos.
En el ámbito nacional, la posibilidad de establecer incrementos segmentados, en un porcentaje no superior al 30 %, o planos, en ningún caso en un porcentual mayor al 9 %, provocó no pocas discusiones en la colación de gobierno.
Zaiat, un reconocido periodista que en oportunidades ha sido citado por la propia Cristina Fernández, ha sintetizado el debate diciendo que el trasfondo hace, en definitiva, a la esencia del modelo económico (https://www.pagina12.com.ar/340536-tarifas-el-actual-modelo-energetico-no-sirve).
En TDF está sucediendo algo peculiar. Los debates de la arena nacional sirven para posicionar interlocutores o sobreactuar un discurso progresista, pero la realidad local se desplaza permanentemente hacia otro lado.
El último aumento tarifario del agua, de más de un 150 %, el mayor de la historia de Tierra del Fuego, pone el debate en un lugar distinto: el del cinismo. Es el Estado, a través de una empresa pública, que en la crisis social más grande, decide trasladar a la comunidad el costo de su fastuosidad. Parte de la estructura de costos también irá a solventar los incrementos de sueldo y viviendas que deciden abonarse en la DPOSS. Ninguna obra se menciona en el decreto que autoriza el incremento como destino de nuevos fondos.
Más, la urgencia de advertirlo, ya ni siquiera radica en eso. El Gobernador Melella ha autorizado, además del 150 %, el incremento automático de tarifas por inflación.
Indica el nuevo reglamento que “La tarifa de todos los servicios sanitarios brindados por la DPOSS se ajustará anualmente, para lo cual se calculará y posteriormente utilizará un índice de variación, basado en la estructura ponderada de costos de la DPOSS”. Dicho índice, a su vez, está formado por “ISNG: Índice Salarios Nivel General (Fuente: INDEC) IPIM: Índice de Precios al por Mayor Nivel General (Fuente: INDEC) IPC: Precios al Consumidor — Bienes y Servicios Varios (Fuente: INDEC) ICITDF: Índice Costo Const. Obras de Infraestructura en Tierra del Fuego (ICITF) (Fuente: Comisión Redeterminación de Precios TDF)”.
El Gobierno nunca llamó a audiencia pública para establecer el incremento ilimitado de tarifas. Y sin embargo lo ha hecho, en franca violación a normas nacionales que prohíben la indexación o actualización monetaria, variación de costos o cualquier otra forma de repotenciación de las deudas, impuestos, precios o tarifas de los bienes, obras o servicios.
Ilegal desde lo procedimental y sustantivo, el incremento ilimitado de tarifas públicas, comienza a mostrar el verdadero perfil.
Un progresismo de cartón. Ni Macri se atrevió a tanto.
*Portada: cuadro de Eduardo Nicolai