La presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego expresó su beneplácito tras el anuncio de una nueva línea de créditos destinada a productores ovinos de la región, lanzada por el Gobierno Nacional, además de la reactivación del plan Prolana.
El gobierno nacional puso en marcha un conjunto de iniciativas enfocadas en el fortalecimiento del sector ovino en la Patagonia, lo que generó un sentimiento optimista entre los productores. Estos recursos son considerados fundamentales, especialmente en un escenario desafiante marcado por adversidades climáticas y problemas económicos persistentes que afectan la producción ovina.
Lucila Apolinaire, presidenta de la Asociación Rural de Tierra del Fuego, expresó en FM Master’s su reconocimiento hacia el gobierno nacional, particularmente por la creación de una línea de créditos específica para los productores ovinos de la Patagonia, gestionada a través del Banco Nación.
Esta línea de crédito no solo abarca a Tierra del Fuego, sino que también incluye a otras provincias como Río Negro, Chubut y Santa Cruz, todas de gran relevancia para la actividad ovina en el país.
En sus declaraciones, Apolinaire remarcó: “Cuando asumió el gobierno del presidente Javier Milei, las asociaciones y federaciones de productores de Patagonia, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, pedimos varias reuniones. Nos reunimos varias veces desde marzo hasta la última reunión del otro día que ya fue con funcionarios de cada provincia y con la gente de Nación. Planteamos una serie de dificultades que venimos atravesando hace años. Por suerte salió este anuncio de financiamiento para ovinos que no es exclusivo de Tierra del Fuego, sino que abarca todas las provincias patagónicas. Son líneas de crédito del Banco Nación”.
El sector ovino en la Patagonia representa una de las principales actividades económicas de la región, siendo, en el sector rural, prácticamente el único motor productivo. Apolinaire destacó la relevancia de la iniciativa gubernamental en este contexto: “Como parte de Patagonia, estamos contentos porque básicamente Santa Cruz y Chubut, por ejemplo, son zonas ovinas, no hay otra cosa. La oveja es como un monocultivo, no hay muchas posibilidades más respecto a lo productivo ganadero. Que el gobierno haya escuchado, es bueno”.
Según la dirigente, las condiciones del financiamiento ofrecen un alivio a los productores, quienes enfrentan desafíos constantes para mantener y mejorar sus actividades. Los créditos están diseñados para cubrir aspectos esenciales de la producción ovina, tales como alambrados, bebederos, comederos y maquinaria, con una tasa de interés accesible del 19% y un período de gracia de un año. Sin embargo, también subrayó que el acceso a estos créditos estará fuertemente regulado: “Está súper restringido y tenés que presentar un plan con profesionales que avalen, te controlan, te fiscalizan, como debería ser todo. Hay que ver después quién está en condiciones de tomar esos créditos” explicó.
Otro aspecto relevante del apoyo gubernamental es la reactivación del plan Prolana, un programa que permite acondicionar y clasificar la lana bajo estándares internacionales. Apolinaire resaltó la importancia de esta medida, afirmando que “es importante, es un sistema a través de la Ley ovina, que es para acondicionar y clasificar la lana para que pueda ser vendida con estándares internacionales. Eso también se había caído y por suerte el Gobierno escuchó. Se tomaron un tiempo, hablaron con uno, con otro, con otro y volvieron a reactivarlo”. El Prolana es visto como un instrumento clave para mejorar la competitividad de la lana argentina en los mercados internacionales, lo que redundaría en mejores ingresos para los productores ovinos.
La implementación de estas medidas llega en un momento crítico para los productores patagónicos, después de un invierno particularmente duro, con la consecuente pérdida de cabezas de ganado. En este contexto, las nuevas herramientas financieras y la revitalización del Prolana brindan una esperanza para el futuro del sector. Tal como lo describió Apolinaire, “en un grupo que tenemos con muchachos de distintas provincias decían que dan ganas de seguir trabajando después de un invierno tan duro, en particular en Patagonia que se perdieron tantas cabezas de ganado”.
Con este tipo de medidas, el gobierno nacional busca revitalizar la actividad ganadera ovina, un sector históricamente clave para la economía de la Patagonia y que, a pesar de las dificultades, continúa siendo una fuente de sustento para muchas familias de la región.