Río Grande, Tolhuin y Ushuaia: Rehenes de la lógica del mercado aerocomercial.
En el reciente proyecto conocido como ¨Ley Bases¨ presentado por el gobierno, plantea la privatización, entre varias empresas públicas estatales, de Aerolíneas Argentinas, una decisión que podría tener graves consecuencias para Tierra del Fuego, particularmente para la ciudad de Río Grande.
En un país donde esta provincia es la única absolutamente aerodependiente, la propuesta de privatizar la empresa estatal de aviación no solo pone en riesgo la conectividad de sus habitantes, sino también la viabilidad económica y social provincial.
Tierra del Fuego, con sus ciudades de Ushuaia, Tolhuin y Río Grande, dependen en gran medida de los servicios aéreos para el transporte de personas y bienes. Ushuaia, a pesar de su atractivo turístico, solo es rentable durante las temporadas invernal y de verano. En los meses de temporada baja, la ciudad estaría a merced de la libre oferta y demanda del mercado, lo que implica una drástica reducción en la frecuencia de vuelos y un aumento en los costos de pasajes. Esto afectará no solo a los residentes, sino también al turismo y al comercio local, pilares fundamentales de la economía de Ushuaia.
La situación en Río Grande es aún más preocupante. La ciudad no cuenta con la misma atracción turística que Ushuaia y depende casi exclusivamente de los vuelos de Aerolíneas Argentinas para mantenerse conectada con el resto del país. Por esto mismo, la privatización podría resultar en la eliminación de rutas no rentables bajo la lógica de superávit empresarial, aislando aún más a una ciudad que ya enfrenta desafíos de conectividad. La pérdida de vuelos regulares y accesibles afectaría a la población local, comprometiendo el acceso a servicios esenciales, educación y oportunidades laborales.
En lugar de una privatización total, se necesita una Aerolíneas Argentinas robusta, que bien podría incorporar capitales y gestión privada para mejorar su eficiencia y competitividad, pero donde el Estado nunca debe perder la mayoría en el proceso de toma de decisiones. La empresa tiene responsabilidades sociales y estratégicas que van más allá del simple lucro empresarial. La conectividad aérea en un país tan extenso y con regiones tan remotas como Tierra del Fuego es una cuestión de soberanía y desarrollo equilibrado.
Es imperativo que los cinco diputados nacionales y los tres senadores por Tierra del Fuego consideren estas implicancias antes de avanzar con la privatización de Aerolíneas Argentinas. La falta de vuelos regulares y asequibles podría tener efectos devastadores en la vida cotidiana de los fueguinos, además de socavar el desarrollo económico provincial. De allí que, la privatización irreflexiva, guiada únicamente por criterios de rentabilidad, ignora la realidad de las necesidades regionales y las responsabilidades estratégicas del Estado.
Por esto mismo, Aerolíneas Argentinas debe mantenerse como una empresa fuerte y estatal, con una visión a largo plazo que incorpore la inversión y la eficiencia privada, pero siempre bajo el control mayoritario del Estado, siendo una empresa estatal o con integración minoritaria privada.
Solo así se puede asegurar que se cumplan las responsabilidades sociales y estratégicas, especialmente para una provincia como Tierra del Fuego, que los traslados por vía terrestres implican el cruce del Estrecho de Magallanes a través de barcazas de empresas chilenas, además del obligado tránsito por rutas transandinas para reingresar a la provincia de Santa Cruz.