La postergación de nombramientos judiciales refleja una profunda reestructuración del sistema, con cambios de fondo en el STJ, el Consejo de la Magistratura y la llegada de la legisladora Victoria Vuoto. Las elecciones en los colegios de abogados, con listas únicas, señalan el declive de un sector que dominó el Poder Judicial durante los últimos cinco años. Löffler presidió ayer sin poder.
El Consejo de la Magistratura encabezado por el Juez Ernesto Löffler, reunido ayer solo para dejar en evidencia el desplazamiento de poder en su funcionamiento, no solo pospuso decisiones clave sobre nombramientos judiciales, sino que reflejó la puesta en marcha de un proceso más amplio de reestructuración del Poder Judicial provincial.
Entre líneas, quedaron al desnudo intensos cambios que se producirían en la cúpula del Superior Tribunal de Justicia y en el propio organismo encargado de la selección y remoción de magistrados.
La postergación de las designaciones y ratificaciones en varios juzgados y secretarias se explica en gran medida por la inminente renovación de la presidencia del Consejo de la Magistratura. Para esto, es necesario entender la decisión del Superior Tribunal de Justicia de no reelegir a Ernesto Löffler como presidente del organismo, factor que marcaría un punto de inflexión.
A esto se le suma la inminente modificación en la integración de la legislatura provincial, con la salida próxima salida del legislador Jorge Lechman y su reemplazo por la legisladora y abogada Victoria Vuoto, del bloque del Partido Justicialista (PJ).
Este recambio, sin embargo, va más allá de simples enroques de figuras. Las elecciones en los colegios de abogados de Ushuaia y Río Grande, realizadas con listas únicas, revelan una significativa pérdida de poder para el sector que monopolizó la operación del Poder Judicial durante los últimos cinco años. Este hecho, deja en evidencia un cambio de poder político profundo, que se extiende más allá de la simple renovación de cargos y tiene importantes implicancias para el funcionamiento futuro del sistema judicial fueguino.
Con claridad se observa que la reestructuración en marcha es profunda, impactando no solo en la composición del Consejo de la Magistratura y el Superior Tribunal de Justicia, sino también en el equilibrio de poder dentro del sistema judicial y su relación con un nuevo eje de consenso político- judicial que ya rige para el funcionamiento institucional en la Provincia.
La llegada de la legisladora Vuoto y la ausencia de competencia interna en los colegios de abogados apuntan a un cambio de paradigma que deberá ser observado con atención en los próximos meses.
Sin duda alguna, la postergación de los nombramientos judiciales en la jornada de ayer se entiende como una medida estratégica para consolidar el nuevo orden político en el sistema de justicia fueguino y, por supuesto, un desaire para los integrantes que ya no cuentan con capacidad de incidencia suficiente en las resoluciones del órgano encargado de la selección y remoción de magistrados.
Un verdadero cambio de época.