Los empleados de ambos organismos llevan adelante asambleas y suspensiones de actividades informáticas entre las 10 y las 12, en rechazo a la eliminación de la AFIP, iniciativa del presidente Javier Milei.
El personal de la Administración Federal de Ingresos Públicos y de la Aduana inició una serie de medidas de fuerza esta semana, tras la sorpresiva decisión del gobierno de suprimir la AFIP. La protesta, que incluye asambleas en los lugares de trabajo y apagones informáticos durante dos horas diarias, se prolongará hasta el viernes. Los trabajadores argumentan que la disolución del organismo representa un «ataque directo» a sus derechos y a la estabilidad institucional del sistema tributario nacional.
Andrés Molina, vocal de la mesa nacional de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP) y secretario de Finanzas de la seccional Comodoro Rivadavia, que abarca Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, fue enfático en su rechazo a los anuncios del gobierno. “Va a ser tanto en el ámbito de la Aduana como en el ámbito de la DGI, que somos los entes recaudadores que integramos AFIP. Es un paro en respuesta a los anuncios que hizo el gobierno respecto de este avasallamiento, este atropello de la AFIP con un falso planteo de ingresos irregulares, donde no plantean en ningún momento razones funcionales”, explicó en FM Master’s.
La protesta se origina en lo que los trabajadores ven como una falta de justificación para la medida anunciada, y consideran que detrás de la disolución de la AFIP hay intereses más profundos. Según Molina, «creemos que detrás de esto hay cosas que son más complejas, que viendo notas de algunos diarios nacionales y todo lo demás, la cuestión estratégica de la AFIP, están tratando de imponer determinada política y además es una cuestión que hasta pareciera que está dentro de la interna del gobierno”. En ese sentido, sugirió que el anuncio podría estar vinculado a disputas políticas dentro del propio oficialismo.
Uno de los aspectos que más preocupa a los trabajadores es el ataque directo a la labor que realiza el organismo en la recaudación de impuestos. Molina señaló que, bajo este gobierno, los evasores fiscales han sido celebrados, mientras que los trabajadores de la AFIP han sido tratados como «burócratas» que persiguen a los contribuyentes. “Lo que más queremos responder es que en este gobierno, que el presidente dice que los evasores son héroes y que nos trata a nosotros como burócratas que perseguimos, nunca nos había pasado esto”, enfatizó.
El dirigente gremial también destacó la importancia histórica de la AFIP, recordando que su creación fue impulsada durante el gobierno de Carlos Menem, referente de Javier Milei, como una iniciativa estratégica apoyada por el Banco Mundial. La profesionalización del organismo y su capacidad para combatir la evasión fiscal, además de colaborar con otros entes del Estado, han sido fundamentales para mejorar la recaudación en el país. “El organismo terminó siendo tan preparado que hemos podido colaborar con otros organismos del Estado con información, con la cuestión informática, etc.”, subrayó.
En cuanto a las acciones futuras, Molina no descartó la posibilidad de que las medidas de fuerza se intensifiquen en caso de que el gobierno avance con la disolución de la AFIP. “Creo que las medidas van a impactar en todo. Quizás ahora no son medidas muy grandes, pero si hacemos un paro, que es lo que vamos a tratar en las asambleas, de 24 horas, o medidas más fuertes una vez que aparezca el decreto”, anticipó.
La preocupación de los trabajadores no solo se centra en la continuidad de la AFIP como entidad recaudadora, sino también en el impacto que esta decisión podría tener en el país. Molina acusó al gobierno de generar caos con sus anuncios, sin ofrecer claridad sobre cómo se implementarán las medidas. “Este gobierno es especialista en generar caos, porque hace un anuncio semejante que pareciera que tiran la bomba atómica y después no sale en decreto. Nosotros queremos que AFIP siga funcionando porque es algo beneficioso para el país”, declaró.
El trasfondo político de la medida, según Molina, beneficia a los grandes grupos concentrados de poder, quienes serían los principales favorecidos por una eventual disolución del ente recaudador. “En el fondo se busca plantear una política donde los grandes grupos concentrados de poder salen a festejar la medida, y son los que más deberían aportar, los que más se benefician”, afirmó.
También hizo referencia a la estructura interna de la AFIP, subrayando que la mayoría de los empleados no tiene cargos políticos y que los puestos jerárquicos están ocupados por personas designadas por el propio gobierno, con salarios desproporcionados. “Más del 99% del personal de AFIP no tiene cargos políticos. Es un ente de recaudación de jerarquía, nosotros recaudamos. Hay cargos políticos dentro de AFIP que son los cargos de dirección. Hay 21 cargos con sueldos desproporcionados que justamente este gobierno que dice una cosa y hace otra, el administrador anterior cobraba un tercio de lo que cobran estos administradores que asumieron, están fuera de convenio, se aumentan ellos mismos”, puntualizó.
La medida de fuerza de los trabajadores de AFIP y Aduana se mantendrá en tanto persista la incertidumbre sobre el futuro del organismo, y no se descarta que las protestas puedan incrementarse si el gobierno avanza con el decreto que formalice la disolución de la AFIP.
