El diputado de La Libertad Avanza defendió la propuesta oficialista de introducir inversión privada en Aerolíneas Argentinas, subrayando las falencias actuales en su gestión.
La posible privatización de Aerolíneas Argentinas ha abierto un nuevo capítulo en el debate sobre el rol del Estado en el manejo de empresas estratégicas. Santiago Pauli, diputado nacional fueguino por La Libertad Avanza, compartió en declaraciones a FM Master’s los fundamentos del oficialismo sobre la necesidad de buscar un modelo más eficiente, señalando que el déficit recurrente y la falta de competitividad afectan su impacto positivo en el país.
Pauli describió el modelo actual de Aerolíneas como “deficitario” y un “gasto enorme para los argentinos”, insistiendo en la necesidad de una transformación profunda. «No nos sirve el modelo que tenemos actualmente, es deficitaria, es un gasto enorme para los argentinos, no funciona como debería funcionar y la mejor manera es pasar a otro modelo. A un modelo de inversión privada, o público-privada, depende cómo termine eso después en el recinto», afirmó.
En su análisis, el legislador no tomó una posición definitiva en cuanto al grado de privatización ideal, pero subrayó que “claramente lo que tenemos no nos sirve”.
La discusión sobre la privatización de la aerolínea se ha presentado en las comisiones de la Cámara de Diputados, donde el oficialismo argumenta que una apertura hacia la inversión privada podría revitalizar la empresa y mejorar el servicio. Pauli sostuvo que las alternativas son varias y que aún no se define una forma específica. «Aerolíneas está primero dentro de una lista de empresas privatizadas, entonces vos cuando modificas el estatuto, se abre la posibilidad a algo diferente», explicó el diputado, sugiriendo que podrían evaluarse desde una venta completa hasta modelos cooperativos donde los empleados participen de la gestión.
Desde una perspectiva pragmática, Pauli destacó que el monopolio histórico de Aerolíneas Argentinas en ciertas áreas no solo ha representado un gasto para el Estado, sino también una carga económica para los usuarios. «No solo el déficit enorme que representa para los argentinos esta empresa, sino que por el monopolio que hubo un montón de tiempo el servicio aéreo se encareció muchísimo», señaló. Esta situación, argumentó, afecta directamente a los consumidores, quienes enfrentan tarifas elevadas que, en su opinión, se explican en parte por las restricciones que el monopolio impone sobre otros actores de la industria.
Si bien Pauli reconoció que en el pasado los procesos de privatización en Argentina estuvieron vinculados a casos de corrupción, rechazó que esa experiencia deba condicionar las decisiones actuales. “Hacer las cosas mal no es la única manera de hacerlo. Yo me niego a creer que, porque alguien hizo mal las cosas, las cosas no se pueden hacer”, dijo, refiriéndose a ejemplos del contexto de los años noventa. Pauli sugirió que existen vías para realizar una privatización exitosa, que evite errores del pasado y brinde beneficios tanto al Estado como a los usuarios.
Asimismo, enfatizó el impacto negativo que el modelo actual tiene en regiones periféricas y mencionó explícitamente la situación de la provincia de Tierra del Fuego. «Mi opinión personal es que el servicio que nosotros tenemos, sobre todo en una isla en la que dependemos de esto y estamos en una situación de desventaja, es que no nos sirve. No nos sirve el precio de los pasajes, no nos sirve estar rehenes de un sistema que es privativo, que es para pocos», sostuvo Pauli, subrayando que el sistema actual no responde a las necesidades específicas de las poblaciones más alejadas de los centros urbanos.
El debate sobre la posible privatización de Aerolíneas Argentinas se da en un contexto en el que distintos sectores políticos y de la sociedad civil analizan las implicancias de un cambio de gestión. A pesar del consenso en cuanto a los problemas de déficit y eficiencia de la empresa, existen divergencias en torno a la mejor solución. Si bien Pauli afirmó que “hay consenso de que no está funcionando bien”, también reconoció que existe un “sector del arco político que sostiene que hay que mantener la empresa”.
La discusión en torno a la privatización de Aerolíneas Argentinas, defendida por Santiago Pauli como una vía para mejorar la eficiencia y reducir el costo para los ciudadanos, se encuentra en una etapa preliminar de análisis legislativo.
Por el momento, la posibilidad de transformación está en manos del Congreso, que deberá definir entre sostener el statu quo actual, o acometer una eventual transferencia parcial o total de la gestión a actores privados.