El director del Coro del Fin del Mundo, Pablo Dzodan, fue distinguido como personalidad destacada por la Legislatura de CABA. En una entrevista, compartió sus reflexiones sobre la música y el arte, así como los proyectos que ha llevado a cabo y los desafíos en Tierra del Fuego.
El maestro Pablo Dzodan, director del Coro del Fin del Mundo, recibió un importante reconocimiento por su destacada trayectoria en el ámbito musical. En una entrevista realizada por FM Matser’s, Dzodan expresó su alegría por este logro y compartió sus reflexiones sobre la música y el arte: “estoy muy contento con este reconocimiento a la trayectoria, y al perfil de proyectos que vengo desarrollando hace tanto tiempo”.
Dzodan, quien también es compositor y profesor, manifestó su interés por dirigir y componer música desde temprana edad: “me gustaban las dos cosas, dirigir y componer, también compongo, siempre me interesó poder escribir música. También hice la carrera de profesor superior, una titulación que te permite dar clase en todos los niveles”.
Su vínculo con Tierra del Fuego comenzó a través del Festival Internacional de Ushuaia, donde tuvo la oportunidad de dirigir reconocidas orquestas internacionales: “tuve experiencias fantásticas, pudiendo dirigir las maravillosas orquestas que ustedes han podido disfrutar, como la Sinfónica de Moscú, la de Berlín, la orquestra de Teto Colón de Buenos Aires y tantas otras. Fue una experiencia súper interesante”.
Fue en el marco de este festival donde surgió el Coro del Fin del Mundo, un proyecto que arraigó profundamente en Tierra del Fuego y dio lugar a la realización de otros proyectos y festivales: “ahí es donde yo terminé echando raíz fuerte en Tierra de Fuego, a través del proyecto del Coro, que a su vez trajo consigo otros proyectos y otros festivales también”.
La actividad desarrollada con el Coro permitió a Dzodan detectar diversas necesidades en la comunidad local.
Con miras a impulsar el crecimiento musical en Tierra del Fuego, el maestro resaltó la importancia de generar nuevos coros para brindar oportunidades a jóvenes talentosos: “algo que sucede en general en la música coral en todo el mundo es que los coros se van renovando año a año, entra gente nueva, otros se van. Pero en Tierra del Fuego también hay una particularidad, que tampoco hay tanto público formado musicalmente como para que esa rotación permita que un coro se sostenga a los años con gente nueva, como sucede en todos lados. Nos vimos en la obligación de generar coros nuevos como para dar semillero y que se genere más, que haya más gente cantando y haciendo música coral”.
Mencionó a destacados referentes artísticos que han influido en su carrera, tanto argentinos como extranjeros: “tengo mis objetivos bastante claros. Hay referentes artísticos que me gustan muchísimo. Yo con Calderón he sido alumno varios años, por ejemplo, fue un gran maestro, está un poco retirado porque está grande, es un gran referente de la música argentina. Después hay referentes extranjeros, hay grandes directores de orquesta, argentinos y extranjeros que ya no están más en este mundo, que son referentes”.
Para Dzodan, el arte tiene un poder magnético que conecta con la belleza estética y lo divino, impulsándolo a compartirlo con los demás: “el hecho artístico tiene un magnetismo muy especial, es contemplar la belleza estética, ese ideal de perfección, que tiene que ver con lo divino. Y eso magnetiza y nos lleva también hacia la idea de lo bueno. Se hace inevitable querer compartirlo. Creo que ahí es donde se transforma en virtuoso, porque mientras sea algo solo para mi disfrute y para mi enaltecimiento, está buenísimo, pero queda para mí. Pero cuando uno ya empieza a tener la necesidad de que los demás vean, si uno tiene esa experiencia transformadora, vos crees que lo demás también se transformen” según definió.
Con la Fundación de Música del Fin del Mundo, Dzodan y su equipo buscan transformar la provincia, generando proyectos y oportunidades para que más personas puedan experimentar la vibración y el impulso que la música brinda: “nos pasa a nosotros con la Fundación de Música del Fin del Mundo, queremos transformar la provincia, queremos eso, queremos que empiezan a suceder cosas, queremos que mucha gente sienta esa vibración que te da la música y ese empuje”.
De tal forma, uno de los principales objetivos de la Fundación es la consolidación de una escuela de música en Tierra del Fuego, para que los jóvenes talentos no tengan que abandonar la provincia en busca de formación musical: “nuestro proyecto es terminar de consolidar una escuela de música en Tierra del Fuego. Y empezar a partir de ese lugar a reconstruirse también en su nivel musical. Hoy por hoy hay músicos muy buenos en Tierra de Fuego, pero que no se han formado ahí. Entonces, lo importante es que los jóvenes no tengan que salir, porque el talento que tiene que ir a formarse en muchos casos no vuelve. Yo he visto muchos casos que no han vuelto”.
Dzodan, finalmente, reflexionó sobre la importancia de recuperar los talentos locales y lamentó la pérdida de voces que se van a estudiar música fuera de la provincia, sin regresar: “muchos de los coreutas del Coro del Fin del Mundo que quedaron muy entusiasmados con la actividad coral, al punto de que se fueron a estudiar carreras musicales, se fueron y no volvieron más. Es una pena eso para nosotros. Fue buenísimo haber despertado esas vocaciones, pero es una pena no haber recuperado ese talento”.