MARCHA DEL 3J. Masiva marcha Ni Una Menos en Ushuaia y Río Grande: Vivas, libres y desendeudadas nos queremos

Ayer, sábado 3 de junio, se llevó a cabo en Ushuaia y Río Grande una masiva marcha en el marco del movimiento Ni Una Menos. La concentración inicial tuvo lugar frente al edificio del Superior Tribunal de Justicia en Ushuaia, donde cientas de mujeres se reunieron para alzar la voz contra la violencia de género y exigir justicia.

La manifestación, que contó con la participación de diversas organizaciones y activistas, recorrió la calle San Martín y se dirigió hacia la legislatura, el Municipio de Ushuaia y la Casa de Gobierno. En cada parada, se hicieron escuchar consignas enérgicas y se reafirmó el compromiso de luchar por los derechos de las mujeres y la erradicación de la violencia machista.

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Simultáneamente, en la ciudad de Río Grande, también se llevaron a cabo manifestaciones en apoyo a la causa. La movilización de Ni Una Menos cumplió su octava edición y este año adoptó el lema “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos. Con este Poder Judicial no hay Ni Una Menos”, denunciando la falta de respuesta y acción por parte del sistema judicial ante los casos de violencia de género.

Ely, integrante de la Colectiva Feminista Río Grande, expresó en una entrevista al noticiero local I3N su indignación y determinación en relación a las actividades realizadas en la ciudad. “Queremos vivir, ser libres y no estar endeudadas. Con este Poder Judicial, no podemos permitir que haya ni una menos”, declaró.

La marcha Ni Una Menos constituye una poderosa herramienta de visibilización y reclamo contra la violencia machista en todas sus formas. A través de movilizaciones como esta, se busca generar conciencia, promover cambios en la legislación y políticas públicas, y promover una sociedad más igualitaria y segura para todas las mujeres.

La lucha contra la violencia de género continúa, y eventos como la marcha Ni Una Menos demuestran que la sociedad no tolerará más la impunidad y el silencio. La movilización de ayer en Ushuaia y Río Grande fue una muestra contundente del compromiso y la determinación de miles de personas que exigen un cambio profundo en la sociedad y en el sistema judicial para erradicar la violencia contra las mujeres.