Tierra del Fuego, segunda en el ranking nacional de aumentos del transporte público, registró una suba del 994% en las tarifas de colectivo durante 2024, sólo detrás de Santiago del Estero. El ajuste impacta fuertemente en el bolsillo de los usuarios.
El transporte público en Argentina experimentó un incremento sin precedentes durante el año 2024, con fuertes ajustes tarifarios en todo el país como parte de las medidas implementadas por el gobierno nacional para reducir el gasto en subsidios.
En este contexto, un estudio elaborado por la Fundación Innovación con Inclusión y basado en datos de la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) reveló que Tierra del Fuego ocupó el segundo lugar entre las provincias con mayores aumentos en el costo del transporte público, alcanzando una suba promedio del 994%.
El estudio también incluyó un análisis del peso del transporte público en relación con el salario promedio, lo que permitió visibilizar su creciente incidencia en la economía de los trabajadores.
Según los cálculos realizados, el costo mensual de utilizar el transporte público para desplazarse diariamente al trabajo representa un porcentaje significativo del ingreso promedio, marcando un claro deterioro en el poder adquisitivo.
Esta situación reabre el debate sobre la sustentabilidad del sistema de transporte público en el país y la necesidad de buscar alternativas que garanticen su accesibilidad sin trasladar el ajuste directamente al usuario final.
Los especialistas señalan que la eliminación o reducción de subsidios al transporte, aunque necesaria para equilibrar las cuentas fiscales, ha profundizado las desigualdades entre regiones.
Provincias como Santiago del Estero y Tierra del Fuego, que no cuentan con sistemas de transporte de gran escala como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), enfrentaron incrementos porcentuales más altos debido a su dependencia de recursos locales para sostener los servicios. En contraste, la provincia de Buenos Aires, donde se concentra una mayor parte del presupuesto nacional en subsidios, registró los menores aumentos del país, una disparidad que ha sido objeto de críticas por parte de diversos actores sociales y políticos.
“El aumento del transporte público ha generado un impacto desigual en los hogares argentinos, siendo más pronunciado en aquellas regiones donde los ingresos son inferiores al promedio nacional”, advirtió el informe. Estas disparidades refuerzan la necesidad de un análisis más integral de las políticas tarifarias que contemple no solo la sostenibilidad económica del sistema, sino también su equidad y accesibilidad para los sectores más vulnerables.
Además de los desafíos económicos, el impacto de los ajustes tarifarios también plantea interrogantes sobre el futuro del transporte público como opción prioritaria frente a otros medios de movilidad. En un contexto de creciente inflación y pérdida de poder adquisitivo, la necesidad de priorizar los gastos básicos lleva a muchas personas a replantear sus hábitos de traslado.
Por otro lado, expertos del sector han planteado que una posible solución a esta problemática podría incluir una reestructuración del esquema de subsidios para garantizar una distribución más equitativa entre las provincias. “Es necesario reconsiderar los mecanismos de financiamiento del transporte público en el país para evitar que las provincias más alejadas y con menor densidad poblacional sigan soportando los ajustes más desproporcionados”, indicó un economista consultado por la Fundación Innovación con Inclusión.