El experto en Biología Gustavo Lovrich expuso la necesidad de regulaciones efectivas para la pesca de centolla en Tierra del Fuego. Su análisis destaca la importancia de la investigación y la colaboración en la conservación del recurso emblemático.
Gustavo Lovrich, Doctor en Biología e investigador principal del CADIC CONICET, examinó detenidamente las regulaciones y controles esenciales que deben implementarse por parte del Estado para preservar el valioso recurso de la centolla, reconocido por su alta relevancia gastronómica en Tierra del Fuego.
«Un abogado ambientalista dijo alguna vez que la informalidad aumenta con la latitud, pensando en Argentina. Cuanto más al sur te vas, más informal es la pesca. Hablaba de la pesca en general, y se aplica también a la pesca de centolla», señaló Lovrich, destacando los desafíos que rodean la pesca de la centolla en las regiones australes.
En sus declaraciones por FM Master’s, Lovrich también abordó el papel del Estado en la regulación y control de la pesca: «El Estado provincial, no hablo de los gobiernos, siempre tuvo un rol secundario. No le dio bolilla. Era relativamente indolente respecto del control de la pesca. Siempre se pescó en forma ilegal y los controles fueron ineficientes», explicó.
Haciendo hincapié en la legislación, el investigador subrayó que la ley tiene deficiencias, “pero al no tener reglamentación, no se puede aplicar. Se reguló 11 años después, y parcialmente, porque tampoco es una regulación completa. Son paliativos para la coyuntura que permite regular. Pero si no hay fiscalización, no vamos a tener un resultado óptimo» consideró.
En cuanto a los riesgos asociados con la disminución de la centolla en la región, advirtió sobre la falta de reposición de nuevos individuos y la necesidad de regulaciones efectivas: «El riesgo es que no se puede pescar más en el canal cerca de Ushuaia, y desde Almanza hacia el Este, va a estar relativamente limitado», expresó.
Para contrarrestar estas dificultades, el experto destacó la importancia de la investigación y la colaboración entre diferentes actores: “el pescador artesanal se puede estirar e ir para Moat, para el lado del canal hacia el Este. Pero así y todo no sabemos cuál es el estado de esa población y no sabemos si es factible el intercambio de esa población con la que está dentro del canal», agregó.
Finalmente, Gustavo Lovrich compartió avances en la investigación sobre la cría de centolla en laboratorio y su transporte para la conservación. «En el 2017 logramos tener 25.000 centollas, para un experimento piloto. Nosotros lo que damos es la receta. Pero se pueden hacer miles de centollas en el laboratorio para tirar en el canal. Encontramos que las centollas uno las puede tener en el agua, en una jaula, durante cuatro meses sin comer y se la banca muy bien. Uno podría pasar toda la temporada de verano sacando centollas sin ir a pescar, sino que las pesco antes”, concluyó el investigador.