Imputaron a policías por la detención ilegal de una familia quechua aymara en Ushuaia

Un fiscal de la ciudad de Ushuaia imputó de varios delitos a los policías acusados de detener ilegalmente a una familia del pueblo quechua aymara mientras participaba de un ritual ancestral por el día de los muertos en el cementerio Parque del Mar de la capital de Tierra del Fuego, confirmaron hoy fuentes judiciales.

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Según la denuncia presentada por una de las damnificadas, Mariana Daniela Quisver, tanto ella como su padre y su hermano fueron interceptados el pasado 2 de noviembre a la salida del cementerio, torturados en un patrullero y llevados por la fuerza a una comisaría donde permanecieron varias horas.

La causa judicial quedó en manos del fiscal mayor de Ushuaia, Eduardo Urquiza, quien en las últimas horas firmó un “requerimiento de instrucción” en el que acusó a los policías investigados.

De acuerdo al requerimiento fiscal, los efectivos policiales (unos 19 que se movilizaban en dos patrulleros, según los datos preliminares) fueron imputados de los presuntos delitos de “lesiones leves, apremios ilegales y abuso de autoridad”.

Urquiza solicitó también una serie de medidas probatorias que fueron elevadas al juez de instrucción 1, Javier De Gamas Soler, a cargo de la investigación, agregaron los voceros consultados.

Quisver relató en su denuncia que cada 2 de noviembre, su pueblo celebra la “ayamarkayquilla” o “fiesta de los muertos”, una celebración cultural y ancestral por medio de la que se reciben y se despiden con alegría las almas de los fallecidos.

La mujer que es socióloga, docente, periodista y música dijo que fue invitada por la viuda de un amigo, junto a su padre y su hermano, a tocar música y participar del ritual en el cementerio.

También explicó que la fiesta comienza en la casa del homenajeado y continúa en el lugar de su sepultura, para lo que se elaboran comidas y bebidas caseras destinadas a compartir con invitados.

“Es parte de una práctica de los pueblos preexistentes a los Estados Nacionales, y la sostenemos como reconocimiento de nuestra identidad quechua aymara (…)

Es parte de un derecho de los pueblos andinos”, señaló la mujer en la denuncia.

Según Quisver, los policías primero los acusaron de producir “ruidos molestos” y después de consumir bebidas alcohólicas, ya que en el ritual se consume “chicha”, una bebida casera de “leve a mediana graduación alcohólica”.

También dijo que como consecuencia del maltrato policial sufrió lesiones sangrantes, le quedaron moretones en las piernas y el brazo izquierdo hinchado.
Incluso describió como, estando detenida junto a su familia, los trataron de “sucios”, “indios” y “bolitas”, “se rieron de nuestro apellido y de lo que estábamos haciendo en el cementerio, y nos dijeron que nos volviéramos a nuestro país”, relató.

La exponente del pueblo quechua aymara le dijo a Télam que existen precedentes en el país de “persecuciones a nuestras celebraciones ancestrales en distintos lugares del territorio, como es el caso del Cementerio de Flores, donde cada 2 de noviembre se monta un operativo de control policial arbitrario y violento”, aseguró.

La abogada de Quisver, Solange Verón, requirió la intervención del Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) y que se informe lo sucedido al Comité Nacional para la Prevención de la Tortura creado por la ley 26.827.