Ignacio Naguila, referente farmacéutico, informó que la mayoría de las farmacias en Tierra del Fuego dejaron de recibir recetas de la Obra Social del Estado Fueguino, debido a una deuda que ya alcanza los seis meses.
La situación de la salud pública en Tierra del Fuego se agrava con el creciente problema entre las farmacias locales y la Obra Social del Estado Fueguino (OSEF). Ignacio Naguila, uno de los representantes del sector farmacéutico en Ushuaia, señaló que la mayoría de las farmacias de la provincia ya no aceptan recetas de OSEF, en virtud de la abultada deuda que lleva seis meses sin ser saldada. Esta medida refleja la creciente tensión entre los prestadores privados y el organismo estatal, que atraviesa una crisis financiera con repercusiones directas en la atención a los afiliados.
«Ayer se produjo el corte total de las prestaciones, ya no es solo un porcentaje, ya se hizo el corte total», señaló Naguila en FM Master’s, explicando que los tres planes de cobertura –40%, 70% y 100%– quedaron completamente suspendidos.
En los últimos meses, la atención se había reducido al plan de menor cobertura, pero la falta de pagos llevó a las farmacias a tomar una medida definitiva.
«El último mes que efectivamente cobramos fue mayo», afirmó el farmacéutico.
La situación financiera de las farmacias se ha vuelto insostenible, obligándolas a recurrir a créditos para mantener sus operaciones. «No hay manera, hay farmacias que hemos tomado créditos para poder sostener el abastecimiento, pero ya está, llegamos al límite», explicó Naguila.
Además, aclaró que el vínculo entre las farmacias y OSEF se gestiona a través de la Federación Argentina de Cámaras de Farmacias (FACAF), desde donde la única respuesta recibida es: «No hay pago» según tristemente relató.
La falta de recursos también pone en jaque el compromiso de las farmacias con la comunidad en general, más allá de los afiliados de OSEF. «Hemos bajado los stocks todas las farmacias al máximo. Si los bajamos un poco más, ya afectamos a la salud en general», advirtió Naguila. Esto refleja una preocupación no solo por la viabilidad económica del sector, sino también por el impacto en la salud pública, dado que las farmacias abastecen a una población más amplia, incluyendo a afiliados de otras obras sociales.
También subrayó la gravedad del incumplimiento por parte de una obra social estatal, destacando su rol en el sistema de salud pública. «Eso es parte de la salud pública, de hecho, es una de las patas fundamentales de la salud pública», afirmó. Y añadió: «Pasó un mes y estamos peor todavía, no es que mejoró. Lo malo de esto es que uno se va anestesiando, y eso está mal. Cuando uno se acostumbra a que las cosas estén mal, esa situación es espantosa, no debe suceder».
El impacto emocional en el personal farmacéutico también fue señalado como un aspecto crítico de esta crisis. Según Naguila, tomar la decisión de suspender la cobertura no es solo un desafío económico, sino también emocional. «En este momento, decir a las personas que no podemos entregar la cobertura no es gratuito para nosotros. Es una decisión muy fea para tomar, y estamos pasando por una situación que nos afecta inclusive desde el punto de vista emocional», expresó.
La falta de soluciones concretas por parte de OSEF agrava la incertidumbre, tanto para los prestadores como para los afiliados. «Lo único que nosotros escuchamos por medio radial o por diarios es ‘no hay plata’. Pero no tenemos algo futuro que nos dé tranquilidad como para tomar una decisión que no sea tan drástica», lamentó finalmente Ignacio Naguila.