La mesopotámica es la provincia con el combustible más caro de todo el país. Y la nuestra, donde el litro vale menos, en promedio $868, según un informe nacional.
La diferencia en los precios de los combustibles a nivel nacional ha alcanzado niveles significativos, revelando una amplia brecha entre las provincias patagónicas y las del norte del país.
Un reciente informe nacional muestra que mientras en Tierra del Fuego el litro de nafta súper se comercializa a $868, en Misiones, el valor asciende a $1.226, marcando una diferencia del 41%.
Los incrementos aplicados por las principales petroleras que operan en el país, como el ajuste promedio del 1,75% registrado el pasado viernes, han impactado de manera desigual según la región. Si bien el aumento se aplicó en todas las provincias, las variaciones se intensificaron en función de los subsidios y las políticas locales que regulan los precios del combustible.
En la provincia de Misiones, donde los precios son los más altos de Argentina, llenar el tanque de un vehículo con capacidad de 50 litros cuesta $61.300, una cifra que contrasta fuertemente con los $43.400 que se pagan por la misma operación en Tierra del Fuego. Esta diferencia resalta la disparidad en el costo de vida entre el norte y el sur del país, exacerbada por los costos del transporte y la logística.
Además de Misiones, otras provincias del Nordeste como Formosa y Corrientes presentan precios elevados. En Formosa, el litro de nafta alcanza los $1.219, mientras que en Corrientes el promedio es de $1.216.
En contraste, las jurisdicciones patagónicas lideran el ranking de precios bajos: Santa Cruz ($917), Río Negro ($972), Chubut ($978) y La Pampa ($980) se encuentran por debajo de los $1.000 por litro, un hecho que se atribuye a la cercanía con las áreas de producción y a los subsidios que reducen el costo final al consumidor.
“Las diferencias de precios son notables entre el sur y el norte del país”, señala el informe basado en datos proporcionados por YPF al Gobierno nacional. Estas brechas reflejan no solo la desigualdad económica entre regiones, sino también la influencia de factores estructurales como la infraestructura de transporte, la distancia a los centros de refinación y la disponibilidad de subsidios.
Si bien los precios informados corresponden a promedios y pueden variar entre estaciones y marcas, la tendencia general subraya la creciente presión económica que enfrentan los consumidores en ciertas provincias.
