ELECCIONES 2023. La política reducida a la rosca electoral  (Por Guillermo Worman)

Mañana a la noche vencen los plazos para presentar los frentes electorales para las elecciones del 14 de mayo. Y es el tema más silenciado que acapara el mayor interés público. 

Nuestro momento ciudadano por excelencia (decidimos quiénes nos van a representar) se ha transformado en un momento donde la sociedad no partidaria tiene poca o nada de información sobre qué va a suceder nada menos que en el momento de las elecciones.  

Lo de mañana pone al descubierto otra vez que la mayor parte de los partidos políticos fueguinos son solamente partidos electorales, sin ningún tipo de actividad cuando la sociedad necesita de la política para resolver sus problemas cotidianos. 

Se sabe que los ejecutivos irán juntos en un frente electoral por estamentos para activar sus respectivas reelecciones (la legislatura y los concejos deliberantes quedan afuera de ese acuerdo) y que Juntos por el Cambio desconoce más que lo que sabe sobre su futuro electoral inmediato, y que en lugar de trabajar juntos se pelean entre todos para dejar en claro que están extremadamente separados.

Los libertarios anunciaron que no irán en alianzas y que en los próximos días presentarán en público sus candidaturas para todos los estamentos.

Somos fueguinos hasta hoy mismo es un partido político sin ningún tipo de vida pública, donde todo es rumores y especulaciones.

A su vez, el MPF, partido que gobernó Tierra del Fuego durante 8 años, no puede o no quiere dar una definición sobre qué hará de cara a las elecciones de mayo.

Lo mismo pasa con el PSP, que vive un momento parecido: nadie cuenta nada de nada, como sí hacer política fuese un juego de escondidas. 

La izquierda, sí es que hay izquierda en Tierra del Fuego, no ha dado fe de vida desde la última elección que se conozca.

Este juego de escondidas sucederá el próximo 30 de marzo donde van a salir a superficie candidaturas de gente que no ha hecho política entre una elección y otra; pero allí estarán con vocación de intentar representarnos y lograr alguna que otra banca.

Mientras, la política pasa por otro lado. O directamente no pasa, porque este consenso insulso que todo lo domina se tragó hasta la dinámica política. 

Nunca antes una elección tuvo tan poca campaña política.

Faltan horas y sobra desconocimiento.  

Faltan horas, y el tema de mayor interés público es el que se maneja con mayor reserva. 

Durante la jornada de mañana y después de las doce campanadas se sabrán cuáles son los frentes electorales. Aunque nunca sabremos la trama de cómo se construyeron las listas de quienes nos van a representar hasta fines del 2027.

Tan poca democracia en el año que cumplimos 40 años de democracia ininterrumpida. Pero que solo la celebramos organizando actos y recitales.