El comandante del buque, a punto de amarrar en Ushuaia, relató las dos misiones que más lo ocuparon en este período en el continente blanco: el retiro de una enorme cantidad de basura de las bases, y la asistencia a un marinero herido en la zona de Georgias.
El comandante del rompehielos Almirante Irizar, Carlos Recio, por FM Master’s relató las dos principales tareas que ocuparon a la dotación del buque, en momentos que se encuentran fondeados en la bahía de Ushuaia aguardando para amarrar en el muelle del puerto capitalino.
La primera función que le tocó cumplir al Irizar, en esta segunda etapa de la campaña antártica, fue el retiro de una inusitada cantidad de basura que fue recolectando en todas las bases argentinas en el continente blanco.
El rompehielos salió de servicio entre los años 2007 y 2017. En esa década “se produjo una acumulación de residuos tremenda, porque los medios contratados se dedicaban exclusivamente a llevar la carga y los científicos” consignó el capitán.
El Irizar, tratándose de un buque del Estado comprometido con la actividad antártica, no solamente lleva los abastecimientos, científicos y tripulaciones de las dotaciones de las bases durante el año, “sino que, además, este año, como uno de los objetivos principales del Ministerio de Defensa y del Comando Conjunto Antártico, fue tratar de sacar todos los residuos históricos que durante los años se habían acumulado en las distintas bases”.
Fue así como, solo en la base Belgrano, se retiraron 15 años de residuos históricos, más los que generaron las dotaciones el año pasado. Esto se está efectuando en cada una de las bases.
Fruto de un convenio entre las autoridades de Tierra del Fuego con las del Ministerio de Defensa, todos los residuos generados en la Antártida, como parte de la provincia, son tratados y entregado el certificado de deposición final en Ushuaia. “Eso operativamente para todos los busques que trabajan en la Antártica fue el día y la noche”, manifestó Recio.
Relató que antes “teníamos que ir con todos esos residuos hasta Buenos Aires y hacer el trabajo de deposición final allá. Teníamos muchísimos problemas para realizar esos operativos, porque todos esos residuos de toda la campaña nos ocupaban un montón de lugar en el buque, que era carga que no podíamos llevar”.
Este año, una vez que el Almirante Irízar entre a muelle, calcula que se prolongará por aproximadamente seis días la descarga de residuos.
Por otro lado, Carlos Recio relató la ayuda que desde el buque se prestó a una persona accidentada en islas Georgias. Estando a dos horas de ingresar al canal Beagle, por teléfono requirieron sus servicios en el archipiélago.
Se trató de un marinero del buque Víctor Angelescu, del INIDEP, Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero, que efectuando maniobras sufrió un aplastamiento en sus piernas, con la consecuencia de fractura de peroné.
“En el buque tenían un enfermero, no tenían médico ni aparatología para poder determinar cuál era la lesión ni los insumos médicos necesarios” dijo. Así, el subcentro coordinador Ushuaia decidió desviar al rompehielos pidiendo su asistencia para el tripulante herido.
Arribados a la bahía de Ushuaia, en helicóptero se desembarcó al marino herido, y fue recibido por una ambulancia en la estación Aeronaval de Ushuaia para su derivación.