El subsecretario de Salud compartió detalles de la campaña instrumentada destinada a niños, niñas y adolescentes de 3 a 14 años que no cuenten con obra social, consistente en los estudios y análisis para matricularse en el próximo período escolar.
El Municipio de Río Grande lanzó una nueva edición de la campaña de apto escolar, destinada a los niños y niñas de 3 a 14 años en edad de matricularse, con el objetivo de anticiparse a la creciente demanda de certificados médicos necesarios para el inicio del ciclo lectivo.
La iniciativa, que históricamente se realizaba en los meses previos al inicio de clases, busca este año brindar mayores facilidades a las familias que enfrentan dificultades económicas y evitar la saturación de servicios médicos en el período de mayor demanda.
“Es una campaña que hacemos todos los años antes de iniciar la actividad escolar. Nos ha pasado en otras oportunidades que en el mes de marzo todos están muy apurados con el apto escolar. Por eso, este año decidimos iniciar con tiempo”, explicó por radio Provincia Agustín Pérez, médico psiquiatra y subsecretario de Salud del Municipio de Río Grande.
La propuesta incluye una revisión médica integral en la que los niños pasan primero por controles básicos realizados por promotores de salud, como antropometría, agudeza visual y actualización de carnets de vacunación.
Posteriormente, se les realizan los controles físicos con pediatría, necesarios para emitir el certificado de apto escolar, y los controles odontológicos, que permiten garantizar también la entrega del certificado bucodental. “Es una oportunidad para hacer una revisión completa de salud”, destacó Pérez.
Uno de los aspectos centrales de la campaña es la priorización de las familias sin cobertura médica. Según el subsecretario de Salud, el incremento en la cantidad de niños sin acceso a obra social o medicina prepaga refleja una problemática social de gran magnitud. “Hemos priorizado la franja de niños que no tiene cobertura médica, que cada vez es mayor. Lamentablemente son muchísimas familias que no tienen obra social activa porque se han quedado sin trabajo, porque no tienen la posibilidad de pagar una prepaga. Aprovechamos también esta situación para hacer un control de salud”, subrayó.
El costo económico de obtener un apto escolar en el ámbito privado es otro de los factores que impulsan la alta demanda de la campaña municipal. Según los datos aportados por Pérez, una consulta con un pediatra privado puede costar alrededor de $35.000, cifra que se duplica al incluir el control odontológico. Para familias con más de un hijo, el gasto total puede superar los $70.000. “Es caro y, encima, hay que sumar los gastos de útiles escolares y todo lo que involucra el inicio de año. Por eso es una oportunidad que nos proponemos desde la salud, desde el área de prevención, para evitar algún tipo de enfermedad o algún padecimiento de algún niño”, señaló.
El año pasado, la campaña sorprendió a las autoridades municipales por la alta demanda registrada, con más de 2.000 niños atendidos en febrero. Este año, la inscripción se abrió de manera anticipada y ya registró más de 600 niños en solo dos días, todos provenientes de familias sin cobertura médica. “Abrimos las inscripciones el día de ayer (jueves) y tuvimos un cupo de 600 personas para filtrar si cuentan o no con una obra social. Lo hacemos con el sistema nacional. Volvimos a abrir otra vez la inscripción el viernes, pero ya están casi 600 personas y vamos a seguir abriendo números porque si en un día ya llenamos con 600 niños que no tienen cobertura, a medida que se va acercando la época escolar van a ir los números aumentando”, detalló Pérez.
No obstante, desde la Subsecretaría de Salud advirtieron sobre la necesidad de equilibrar la demanda para no sobrecargar el sistema municipal. Los pediatras, odontólogos y promotores de salud involucrados en la campaña son parte del plantel destinado exclusivamente a esta actividad. Por ello, se busca garantizar que las familias puedan completar todo el circuito en un solo día, optimizando los recursos disponibles. “Es una buena oportunidad para hacer un control de salud”, concluyó el subsecretario.
Esta campaña, que combina prevención y accesibilidad, se erige como una respuesta concreta a las necesidades de las familias en contextos de creciente vulnerabilidad, consolidando al sistema municipal de salud como un actor clave en la atención primaria y el cuidado integral de la niñez.