El MPF se desintegra por los personalismos (por Guillermo Worman)

Los resultados de las últimas elecciones solo reflejan la realidad de un partido que se ha transformado en un vehículo para intentar satisfacer las necesidades personales de unos pocos dirigentes. 

En lugar de aglutinar para fortalecerse, el MPF atraviesa unos de sus peores momentos. 

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Fruto de las aspiraciones personales de la vicegobernadora Mónica Urquiza y los legisladores Pablo Villegas y Damián ¨Loli¨ Löffler, uno de los partidos fundadores de Tierra del Fuego como provincia diluye su poder ante la mirada de una sociedad que deja de verlos como alternativa de poder. 

La salida de Ricardo Garramuño, Fernando Oyarzun, Jorge Lechman, Marcos Lugones, entre otras figuras de peso interno muestran la decadencia del modelo partidario al servicio del cuarteto Löffler-Urquiza-Villegas-Löffler.

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Pablo Villegas y Damian Löffler

Mónica Urquiza logró enquistarse en la presidencia de la Legislatura para intentar (ahora cada vez más lejano) catapultarse a la intendencia de Ushuaia. Pablo Villegas se metió en el Consejo de la Magistratura para operar desde allí los procesos de selección de jueces y determinadas causas judiciales. El hermano Löffler Legislador, con su comando subterráneo del poder político provincial, profundizó su poder de lobby, a la par que amplió su influencia en toda la esfera del gobierno. Mientras que el hermano Löffler Juez se autoconstruyó como un altergobernador de Tierra del Fuego, con una vocación desaforada de construcción de poder mucho más amplia que el radio de acción del Superior Tribunal de Justicia.

Nadie más creció gracias al Movimiento Popular Fueguino. 

¨Nos usan a todos para provecho de ellos cuatro, que nunca piensan en la proyección de nadie más dentro del partido¨ , explicaba anoche un afiliado nuevamente decepcionado por el triste resultado que obtuvo el MPF en la elección estatuyente.

¨Esta forma de hacer política está agotada. No es atractivo militar en el Movimiento solo para que los Löffler y Urquiza traten de tener cada vez más poder ¨, sintetizaba entre broncas el afiliado que amenazaba con dejar las filas del partido después de un nuevo resultado electoral lastimoso. 

CINISMO Y CONTRADICCIÓN: la formula del fracaso

La campaña electoral que terminó el pasado jueves del MOPOF se basó en dos ejes: atacar la re-re-reelección del intendente Walter Vuoto y promover la figura del atornillamiento en el poder del jefe comunal. 

Urquiza y Villegas repitieron la misma receta durante las últimas semanas. 

Lo hicieron a la par que comparten transacciones con el legislador ¨Loli ¨ Löffler, que ocupa su banca de forma ininterrumpida desde 1999 y todo indica que en 2023 va a ir por su re-re-re-re-re-re-reelección. ¨Loli¨ es el ejemplo más claro de atornillarse a un sillón de poder en provecho propio, de allí que a la sociedad de Ushuaia no le resulto convincente el discurso anti eternizador del poder de dos figuras que no sueltas sus cargos desde hace, al menos, 20 años.

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publicación de la vicegobernador Urquiza

Una contradicción similar quedó al descubierto en el juego del gobernador Gustavo Melella en favor de la reelección del intendente Vuoto, mientras que la vicegobernadora Urquiza atacaba el mismo intento minutos antes de fundirse en falsos abrazos con el presidente Alberto Fernández.

La foto conjunta de Urquiza con Melella pro Vuoto y Fernández pro reeleccción conjunta de Gustavo y Walter no cuajó. 

FORJA y el MOPOF formaron gobierno en 2019. Una fuerza identificada abiertamente con Alberto Fernández y Cristina Krichner en alianza con el espacio provincial que supo identificarse con los sectores medios y conservador de Tierra del Fuego. El rejunte de Mónica Acosta con el Juez Ernesto ¨Nene¨ Löffler. Eso fue el rejunte que se consagró como gobierno. 

Ahora, desde la elección a diputados y hasta la propia estatuyente, corren como fuerzas separadas y en sentidos contrarios. 

Tanto se les ha licuado el poder que fueron construyendo, que todas las campanas dan por descartada la continuidad de Urquiza como vicegobernadora y el pobre resultado del domingo electoral descartan la posibilidad de su candidatura a la intendencia de Ushuaia en 2023. 

Algo queda cada vez más claro: los cuatro que comandan a su gusto al MPF siguen por el mismo rumbo político (acumular cada vez más poder personal) y el partido dejó de ser una alternativa de construcción colectiva. 

Esto implica renunciar al modelo de provincia que dijeron soñar a principios de la década del 90.

Cuando las personas confirman que las instituciones no las representan no dejan de creer en la democracia. Solo empiezan a buscar una nueva alternativa de representación.

Justamente eso le pasa al partido que gobernó durante 8 años Tierra del Fuego y durante 3 periodos la municipalidad de Ushuaia. 

Atornillarse en sus propios cargos no les acaba de dar el resultado electoral que esperaban, y nada indica que los caciques del partido vean como alternativa la democratización que tanta falta le hace al MOPOF.

¿Alguien votaría al partido de los Löffler si están en contra de las re-re-reelecciones?