EMERGENCIAS. Destacan la importancia de las maniobras de resucitación cardiopulmonar

Rodolfo Canseco, comandante del Cuerpo Bomberos Voluntarios de Ushuaia, relató la emergencia del sábado con un hombre desvanecido al que hubo que practicarle RCP y desfibrilador, salvándole la vida.

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Luego que bomberos voluntarios Ushuaia participaran en un operativo de emergencia mediante el cual se le salvó la vida a un hombre de 60 años con maniobras de RCP y uso de desfibrilador, el comandante del Cuerpo Bomberos Voluntarios de Ushuaia, Rodolfo Canseco, puntualizó sobre la importancia de la resucitación cario respiratoria y la disponibilidad de desfibriladores, muchas veces marcando la diferencia entre la vida y la muerte.

Canseco, que además es instructor en rescate y socorrismo, relató que el sábado pasado, a las 22:10, fueron alertados sobre una persona sin signos vitales en Gobernador Paz al 1200. “Se destacó la unidad con la dotación, cuando arribamos al lugar se encontraba personal policial que había sacado a este conductor del camión y estaban iniciando las maniobras”.

Inmediatamente procedieron a la colocación de desfibrilador y a las maniobras de compresiones toráxicas, hasta que arribó el personal médico, quienes dispusieron los cuidados avanzados: “Ese proceso duró aproximadamente 40 minutos. Esta persona dio respuesta, se le hicieron dos descargas con el desfibrilador, tuvo pulso, aunque débil, y una ventilación autónoma”, continuó con la descripción del suceso. El médico decidió trasladar a la persona al hospital, donde se recupera en terapia intensiva, aún en estado delicado.

El bombero rescató lo importante que resulta, ante una persona con una parada cardíaca, “activar rápidamente el sistema, no hay que dudar ni un segundo porque por cada minuto que una persona no tiene asistencia, se pierde el 10% de chance de sobrevida” cuantificó.

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Rodolfo Canseco, comandante del Cuerpo Bomberos Voluntarios de Ushuaia.

La maniobra de compresión toráxica consiste en “realizar lo que el corazón dejó de hacer, bombear sangre”. Es comprimir a la altura del tórax entre el esternón y las tetillas, 5 cm a un ritmo de 100 o 120 veces por minuto El desfibrilador externo automático, cuando se localiza un ACV, fibrilación ventricular, se aconseja la descarga para revertir esa situación de un desorden eléctrico del corazón que no lo deja bombear sangre.

Cuando llegue el personal del sistema de emergencia, podrán colocar el desfibrilador automático y brindar los cuidados avanzados, poner una droga, asegurar la vía aérea y de esa forma tener gran chance de sobrevida. “Si algún eslabón falla, empezamos a fracasar todos”. Y reparó en la costumbre de “mucha gente que lo primero que hace es sacar el celular y no para llamar, sino para filmar. Ahí se pierden minutos vitales que esa persona realmente necesita”.

Canseco consideró que, ante una emergencia como la que describe, “lego es cualquier persona, cualquier vecino se convierte en un rescatador. Solamente se tienen que comprometer. Las maniobras de evaluación no llevan más de 10 segundos, simplemente golpear por los hombros a la persona y decirle ‘señor, señor’, si no responde, si observa que el tórax no expande, que no respira, inmediatamente a los 10 segundos el protocolo indica que debo iniciar compresiones toráxicas” explicó con claridad.

En ese contexto, Canseco anunció que trabajan en un proyecto para convertir a Ushuaia en una ciudad “cardio segura”. Esto implica tener desfibriladores externos automáticos en la vía pública, de acceso al público. “Nuestro proyecto abarca toda la ciudad, donde las chances de sobrevida de muchas personas pueden ser mucho más exitosas. Esto tiene que estar acompañado con la población que se involucre en hacer las maniobras”.

Anualmente se realizan entre 30 y 35 reanimaciones cardiopulmonares en la vía pública o en domicilios. Estos altos índices son reflejo, según su parecer, de factores de riesgo particulares del estilo de vida en la ciudad: “Sedentarismo, tabaquismo, obesidad, mala alimentación, diabetes, hipertensión, drogas, alcoholismo, todos son factores de riesgo que, sumados a la edad y al género, estamos en una ciudad realmente compleja”.

Ante esta realidad, Rodolfo Canseco consideró que tenemos herramientas para mejorar, “porque somos una ciudad relativamente chicas y muchas de estas cosas se pueden corregir”.