Sebastián Ferrari, cercano colaborador del diputado fallecido, recordó con afecto a su líder político, resaltando tanto su trayectoria como su calidad humana.
El fallecimiento reciente de Héctor «Tito» Stefani, diputado nacional, ha dejado una profunda huella tanto en la política local como en quienes compartieron su camino. En medio de las muchas expresiones de respeto y admiración, sobresale el tributo ofrecido por Sebastián Ferrari, colaborador y amigo del legislador, quien, en una entrevista con FM Master’s, repasó no solo el legado público de Stefani, sino también su generosidad y cercanía como persona.
Ferrari comenzó expresando la profunda conexión personal que tenía con el diputado: «Agradezco lo de familia porque es como lo siento. Yo estoy en Buenos Aires, viajé para verlo, para estar con la familia. Yo me siento afortunado de haber compartido con él todos estos años”.
Esta cercanía no solo se forjó en el ámbito laboral, sino también en un vínculo fraterno que se desarrolló a lo largo de años de colaboración.
El recuerdo de Ferrari se remonta a 2015, cuando comenzó a involucrarse con el proyecto político de Stefani. Sin embargo, el inicio de su relación con él fue en un contexto académico, durante su paso por el CENT 11, donde Stefani era docente de Desarrollo Local. “Desde el 2015 me empecé a involucrar con el proyecto de él, con las ideas de él. Nunca lo vi como algo laboral. Lo nuestro arranca en el CENT 11, cuando él era docente de Desarrollo Local», recordó Ferrari, subrayando la pasión que Stefani ponía en la enseñanza. «Al único examen que yo iba, porque sentía que yo aprendía algo, eran los exámenes finales cuando me convocaban para Desarrollo Local que el docente era Tito, porque realmente se lo tomaba con mucha pasión. Creía firmemente en el desarrollo, de una manera transversal en el ámbito público”.
Más allá de su rol como docente, Stefani se destacó por su inquebrantable interés en los temas de política pública y desarrollo. Según Ferrari, Stefani no solo se limitaba a ejercer su cargo, sino que dedicaba su tiempo al estudio y la planificación, siempre con una visión amplia y global. «No quiero faltarle al respeto a nadie, pero yo algo conozco del ámbito de lo público y no me imagino a nadie que conozca que esté… Lo llamabas y estaba leyendo 3, 4 libros de cosas que iban a pasar», afirmó Ferrari. Esa capacidad de anticiparse a los problemas y de investigar soluciones comparadas con otras islas similares a Tierra del Fuego refleja su compromiso con el bienestar de la provincia.
A lo largo de su trayectoria, Stefani supo equilibrar su visión política con un profundo respeto por los valores éticos y morales. Ferrari lo describe como un líder cívico más que un líder político, destacando su integridad en la gestión pública: “En el camino que yo llevo en esto de lo público, nunca me hizo pasar por una situación ética ni moral que a mí me incomode. Siempre me llevó y me guió por el camino que corresponde”. Esta visión resalta la coherencia y la rectitud que caracterizaron la carrera de Stefani, quien no solo buscaba el éxito electoral, sino que también defendía principios que trascienden las estrategias políticas.
Sin embargo, la realidad electoral del país lo obligó en ocasiones a adaptarse a las tensiones ideológicas que dominan la política argentina. Ferrari hizo referencia a la necesidad de ubicarse en los extremos en algunos momentos para evitar quedar en una nebulosa política: “Lamentablemente, la cuestión electoral de este país de hace muchas décadas te va llevando a tener que ubicarse en los extremos para no quedar en la nebulosa del medio y a veces el discurso, por una cuestión electoral, se termina yendo a un extremo o a otro”. A pesar de estas circunstancias, Stefani siempre mantuvo sus principios intactos, logrando que su discurso no perdiera de vista el objetivo central de sus propuestas.
Uno de los proyectos en los que estaba trabajando antes de su fallecimiento era un libro sobre la Ley 19.640, pieza clave en el régimen industrial de Tierra del Fuego. Según Ferrari, esta obra quedó inconclusa junto a otros proyectos que el diputado tenía en mente, reflejando el compromiso constante de Stefani con la provincia y su desarrollo económico. «Él estaba terminando de escribir un libro sobre la 19640. Y así quedaron proyectos…”, lamentó.
La semblanza trazada por Sebastián Ferrari resalta la figura de Héctor Stefani como un referente tanto en lo profesional como en lo personal. Su capacidad para liderar y su pasión por el desarrollo local fueron características que lo definieron, así como su integridad y respeto por los valores éticos. En palabras de Ferrari, “yo creo que lo que más repetí, por lo menos desde lo personal, es que fue un líder cívico. Porque me dicen mucho que fue un líder político. Pero para mí no, para mí fue un líder cívico”, sintetizando así el impacto que “Tito” tuvo en quienes lo conocieron, tanto en su rol público como en la cercanía personal.
Su legado perdurará en la memoria de aquellos que trabajaron junto a él y en la comunidad fueguina, que lo recordará no solo como un político comprometido, sino como un referente cívico que nunca perdió de vista los principios éticos que guiaron su carrera.