A nueve años del primer «Ni una menos», la referente del movimiento de mujeres reflexionó sobre la lucha feminista en Argentina
En una entrevista por FM Masters, Connie Ojeda compartió sus reflexiones sobre la lucha feminista en Argentina. A nueve años del primer Ni Una Menos analizando el camino recorrido y los desafíos que aún persisten.
«Cada año ha sido distinto en esta lucha,» comenzó Ojeda, recordando cómo la primera convocatoria del movimiento fue motivada por un femicidio. «Nos auto convocamos en la calle, impulsadas por periodistas a nivel nacional. Fue con temor, sin saber cuántas íbamos a ser, pero año tras año ha sorprendido la cantidad de mujeres de todas las edades que se fueron sumando.»
Ojeda reflexionó sobre el despertar feminista que muchas mujeres han experimentado, un cambio de mirada sobre la vida y la violencia que enfrentan a diario. «No es fácil reconocer la violencia con la que vivimos constantemente,» afirmó. «Sentimos impotencia por distintas situaciones y eso es algo que todas compartimos.»
Una experiencia que la marcó profundamente fue su participación en la presentación del primer índice de violencia machista a nivel nacional en Tierra del Fuego. «En esa oportunidad la colega Ingrid Beck preguntó cuántas personas en el auditorio habían sufrido abuso o conocían a alguien que lo hubiera sufrido. La mayoría levantó la mano. Esto se repite siempre y, lamentablemente, hemos llegado a normalizarlo,» contó.
Ojeda destacó la necesidad de desnormalizar la violencia y cambiar la narrativa que responsabiliza a las víctimas. «Siempre la responsabilidad recaía en nosotras: ‘Fíjate cómo te vestís’, ‘Deja de provocar’. Lo peor es que muchas veces no te creen,» lamentó.
La situación en Tierra del Fuego refleja los desafíos que aún enfrenta el movimiento. «Aunque hay esfuerzos por recabar datos sobre violencia, todavía tenemos muchas áreas donde los abusos son comunes y no se denuncian adecuadamente. En Rio Grande, la mayoría de los médicos son objetores de conciencia y las mujeres deben viajar a Ushuaia para abortar,» explicó Ojeda y agregó «y ni hablar de Tolhuin donde las mujeres no solo no pueden abortar, tampoco pueden tener a sus hijos.»
A pesar de estos obstáculos, Ojeda mantiene una visión optimista sobre la resiliencia y la fuerza del movimiento de mujeres. «El movimiento de mujeres es una llama que se prendió hace nueve años y está más viva que nunca. Aunque el contexto político y económico no siempre nos acompaña, no debemos bajar los brazos. La red está tejida y somos muchísimas en todo el país,» afirmó con convicción.
Mirando hacia el futuro, Ojeda se prepara para el próximo Encuentro Nacional de Mujeres, que este año se realizará en Jujuy del 11 al 13 de octubre. «Será increíble. Estos encuentros son profundos y se debaten cuestiones políticas que nos afectan. Este año será más fuerte que los anteriores,» anticipó.
Connie Ojeda sigue siendo una voz infatigable y fundamental en la lucha por los derechos de las mujeres. Su dedicación y fortaleza inspiran a muchas a continuar alzando la voz y a seguir adelante, con la certeza de que la llama del movimiento de mujeres sigue ardiendo con más fuerza que nunca.