“En este punto prescindimos ya de la persona observada y nos conducimos como si quisiéramos lograr por nuestra cuenta el fin al que el movimiento tiende. Estas dos posibilidades de representación nos llevan a una comparación del movimiento observado con el nuestro propio. Ante un movimiento inadecuado y excesivo de la persona observada, nuestro incremento de gasto para la comprensión es cohibido en el acto, in statu mascendi, esto es, declarado superfluo en el mismo momento de su movilización, y queda libre para un distinto empleo o, eventualmente, para su descarga por medio de la risa. De esta clase sería, coadyuvando otras condiciones favorables, la génesis del placer producido por los movimientos cómicos: un gasto de inervación devenido inútil, como exceso, en la comparación del movimiento ajeno con el propio”. (Sigmund Freud)
La guerra es la matanza generalizada e indiscriminada entre seres humanos, legalmente establecida, como una alternativa política que en el siglo XXI se mantiene vigente.
Esa aberrante determinación es altamente cuestionada y, en algunos casos, el humor efectúa sus críticas inclusive a riesgo de ser endilgado de antipatria.
“Lo cómico es la visión del mundo más seria que existe”. (Peter Ludwing Berger).
El 20 de octubre de 1918, con guion, montaje, dirección, actuación y producción de Sir Charles Spencer (Charlie) Chaplin (1889-1977), se estrenó el mediometraje mudo “Shoulder Arms” (¡Armas al hombro!), afianzando rápidamente su muy exitosa carrera internacional que en el Siglo XXI sigue siendo actual. También compuso la extraordinaria música, que sigue vigente hoy en día, aunque pocos recuerden su autoría.
La primera humorada está en los títulos iniciales con los créditos. Hay que verla con detenimiento.
Es una magnífica obra política, donde el pacifismo alza su voz entre el estruendo de los combates.
HUMOR EN SERIO
Sin duda, es una cómica visión de la guerra que se estaba desarrollando principalmente en Europa, realizando una muy inteligente crítica a la política de ese entonces en cuanto al bajo valor de la vida humana en función a la obtención de los logros buscados con relación al poder ejercido por algunos dirigentes sociales, políticos y empresariales, en contra de otros.
Cabe recordar que, según algunas estimaciones, en los 52 meses que duró la contienda, fallecieron violentamente unas 10.000.000 de personas y 20.000.000 fueron heridas; las consecuencias negativas económicas fueron ingentes, incluyendo millones de puestos de trabajo perdidos, pérdida o disminución de las capacidades laborales de muchos de los que sobrevivieron, centenares de miles de huérfanos, viviendas destruidas, etcétera.
HAY VERLA Y REVERLA
En sus 46 minutos de la versión definitiva, pues se descartaron numerosas escenas, con vergüenza nos reímos de las condiciones infrahumanas de las trincheras que constantemente se anegaban, de la proliferación de roedores, del hambre, del frío, etcétera.
Posiblemente las escenas cómicas mejor logradas son próximas al humor absurdo como cuando duermen en un refugio inundado y el célebre disparate en donde disfrazado de árbol protagoniza éxitos bélicos.
Las secuencias principales son parte de un ensueño que el protagonista tiene durante su entrenamiento, como una poco creativa tangente narrativa para relatar la pesadilla.
“Armas al hombro” sigue siendo un valioso material para la reflexión sobre la paz, la política, y, además, vale la pena disfrutarla atentamente. ¡Qué buen programa familiar! En estas épocas violentas y de degradación política.