La crisis en el sector textil de Tierra del Fuego se intensifica con la pérdida de empleos debido a la caída del consumo y la apertura de importaciones. La falta de políticas nacionales y el cierre de empresas agravan aún más la situación.
La crisis en el sector textil de Tierra del Fuego se profundiza con una creciente ola de despidos, que está afectando a numerosos trabajadores. Rodrigo Cárcamo, secretario General del Sindicato de Empleados Textiles y Afines (SETIA), señaló que en los últimos meses se han perdido significativamente empleos en la industria.
El fenómeno responde, según expresó, a una combinación de factores, como la reducción del poder adquisitivo de los consumidores, la drástica disminución en las ventas y la reciente apertura a importaciones.
La disminución del poder adquisitivo de la población ha llevado a una notable reducción en las ventas de productos textiles, según expresó en FM Master’s: «La caída tan profunda de consumo obviamente iba a repercutir en los puestos laborales de nuestro sector, porque la gente necesita priorizar sus ingresos en hacerse de comida y otras cuestiones esenciales y obviamente la ropa y otras cuestiones como el calzado quedan en un segundo o tercer plano», afirmó Cárcamo en relación a la crítica situación que comenzó a agudizarse desde enero pasado.
Cárcamo también destacó que alrededor de 200 familias han perdido su fuente de trabajo desde diciembre. «Yo soy parte de uno de los tres gremios que tenemos la representación de los compañeros textiles e indumentarias en la provincia, pero alrededor de 200 familias han perdido su fuente de trabajo de diciembre a la fecha», lamentó. La pérdida de poder adquisitivo ha sido un factor clave en esta crisis, agravada por la apertura de importaciones que permite etiquetar productos posteriormente, generando incertidumbre sobre la calidad y el origen de las mercancías.
«Es muy peligrosa esa forma de trabajar porque no sabemos qué es lo que está ingresando», explicó. La presencia de prendas importadas no se limita a los locales de venta, sino que también se observa en la calle, a través de los vendedores ambulantes. «Hay un combo de varios factores que hoy por hoy se resiente y lamentablemente repercute directamente en nuestro sector. Como pasó en la construcción, en el calzado y con un montón de otros sectores que responden a la misma situación», añadió.
La falta de políticas nacionales que protejan a la industria textil agrava aún más la situación. «No hay tampoco políticas a nivel nacional de contención de ningún tipo. No hay un discurso o algún tipo de ley o algo que proteja a la industria nacional en su conjunto, no solamente hablando del sector. Pero vemos que no sucede esto. No hay ningún tipo de medida que acompañe la producción nacional», subrayó el gremialista.
En este contexto, la fábrica Textil Río Grande enfrenta serias dificultades. Esta empresa, que alguna vez fue parte de un grupo empresarial más grande, ha visto una disminución constante en su producción y actualmente no cuenta con respaldo financiero para pagar suspensiones. Según explicó, «es una fábrica que en un inicio era parte de un grupo empresarial que fue cerrando y al día de la fecha no tiene ningún tipo de respaldo. Es diferente a las otras empresas que están dentro de un grupo y tienen otra espalda».
La situación ha llevado a los empleados a tomar medidas legales para asegurar sus indemnizaciones: «Lamentablemente, hoy la situación que plantea la empresa es que no tienen más dinero para pagar ni siquiera las suspensiones. Entendiendo esa situación, los compañeros se ponen a resguardo enviando los telegramas y procediendo después a iniciar algún tipo de acción legal para, en todo caso, cobrar sus indemnizaciones como corresponde». En total, unas 63 personas se ven afectadas por esta situación.
El sector textil en Tierra del Fuego enfrenta una crisis multifacética que requiere atención urgente y medidas concretas para proteger a los trabajadores y revitalizar la industria local.