¨Los narcisistas no se aman, se odian… por ello fabrican una imagen bella de sí mismos»,
Javier Cercas, sobre su libro ¨El impostor¨.
¨Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie¨ es el teorema político que se le atribuye al ex presidente Carlos Menem, y que popularizó Bernardo Neustadt en la década del 90.
El cinismo en política consiste en tratar de vestir la mentira con ropas de verdad, de tal modo que la sociedad pueda soportarla emocionalmente y tratar de entenderla de la forma más simple de comprender.
El ejemplo más claro de los últimos años es el acuerdo negociado entre FORJA y el ala Löffler del Mopof. Aquel pacto firmado a principios de 2019 era de imposible de contar a la sociedad fueguina.
Lo vistieron de emocionalidad y lo simplificaron al extremo. Dijeron:¨Vamos a vivir mejor¨. Nada más.
No hubo mayores detalles para contar tamaña promesa electoral. La sociedad tampoco eligió saber la verdad. Se conformó con creer lo que le contaban.
El equipo armado con la ex dirigente social Mónica Acosta y los legisladores de extracción sindical Daniel Rivarola y Emmanuel Trentino, en tándem con la vicegobernadora Mónica Urquiza, los legisladores del MPF Pablo Villegas y ¨Loli¨Löffler, bajo el comando del actual juez de Corte Ernesto ¨Nené¨ Löffler, era una formula imposible para trazar un gobierno de orientación popular.
De hecho, el MPF con solo dos bancas legislativas y el 10,91% de los votos a legisladores copó mucho más poder real que FORJA. Urquiza vicegobernadora y presidenta de la Legislatura, Villegas integrante del Consejo de la Magistratura y ¨Lolí¨ vicepresidente de la cámara, y orquestador de la dinámica política y económica fueguina.
Además, coronaron el Puerto, IPRA, Caja Previsional y el podio del Superior Tribunal de Justicia.
Cuando Gustavo Melella se vaya del ejecutivo, Federico Greve dejé de ser legislador y Acosta procure volver algún lugar de militancia social, Ernesto Löffler seguirá siendo juez de manera indefinida. Lo mismo que su hermano Damián, que ocupa la banca de legislador desde hace más de 20 años, y seguramente irá por varios períodos más.
No podían decir: Queremos ganar para poner a ¨Nené¨ como mandamás del Poder Judicial, armar una súper élite de funcionarios, enriquecer los emprendimientos comerciales que traían de antemano, duplicar la planta política con militantes de ambos partidos ganadores, suprimir todos los mecanismos de control y transparencia, y digitar entre empresas amigas los destinos de las obras públicas. Era una confesión, más que una propuesta electoral.
Aunque la mona se vista de seda
Melella no tenía facultades , a diferencia del sistema nacional, de elegir directamente a Löffler para regentear a la Justicia, resolver sus graves problemas personales y ordenar a los juzgados para que no interfieran en su estrategia de gobierno.
En marzo de 2020 dijo que tenían que llegar a jueces personas sin condicionamientos políticos y que había que transparentar y mejorar el Consejo de la Magistratura. Esas eran dos posturas vendibles y políticamente correctas.
El juez de la corte Gonzalo Sagastume tampoco podía salir a decir que se había pactado con el gobierno y la legislatura el ingreso de Löffler. Explicó que era necesario ampliar el Superior Tribunal para que todo funcione mejor y más rápido.
No era posible decir en una radio: ¨Tenemos un pacto político de sangre y hay que cumplirlo después de ganar¨.
La vergüenza los hizo escribir que el concurso, que de antemano se sabía que era para nombrar a ¨Nené¨, iba a priorizar la perspectiva de género. Y toda esa farsa duró nada.
Y como se supo desde el primer día, Ernesto Löffler fue designado juez.
¨Nené¨ siguió el mismo guion. Prometió transformaciones en el Poder Judicial, transparencia y agilidad de los procedimientos de acceso a la Justicia.
También duró poco: Su primo, que era prosecretario de la Cámara donde él estaba, pasó de golpe a ser Camarista a dedo, con la excusa del régimen de subrogancias. Y empezaron los telefonazos a los juzgados y el Ministerio Público para instruir cómo debían salir determinadas causas. La Justicia no mejoró en nada, mientras que la suerte de Löffler y de su entorno, sí.
El esquema no termina aquí. José Galindo Rodas Fernández es el abogado que representante a los jueces y abogados de la ciudad de Río Grande en el Consejo de la Magistratura. Por lo tanto, Pablo Villegas como legislador por el MPF y Rodas, desde el estudio Löffler, tienen el control de 2 de las 7 bancas del organismo de selección de jueces.
Como queda claro, este arte de la impostura es notable, frente a una sociedad tolerante que hace oídos sordos ante todo este carnaval de favores y privilegios.
A esto se lo llama ¨captura institucional¨ y genera un permanente conflicto de intereses. Es una estructura al servicio de determinadas empresas privadas y negocios que se producen en forma cruzada desde el Estado.
Es fácil predecir en este esquema judicial cómo sale una causa judicial de antemano: Triunfa el ¨alegato de oreja judicial. No importa el derecho, sino el estudio jurídico que mejor relación tiene con el juez o el tribunal que tiene que resolver. O, a mayor escala, en un conflicto de poderes en donde el que puso a los jueces tiene la ventaja en una causa que se encuentra en marcha.
Mona se queda
El modelo quedó al desnudo y aunque se intentó vestirlo de seda, todo al descubierto quedó.
Ahora sale a la luz que la vicegobernadora Urquiza, siendo parte de un gobierno que se dice progresista, regala pasajes aéreos al ex gobernador José Estabillo, que pasará a cobrar más de 5 millones al año de jubilación, y al ¨amigo glamoroso¨ del secretario Capdevilla.
FORJA (vaya uno a saber cómo viviría esto el gran Arturo Jauretche) se vistió de progresismo para entronar de por vida a uno de los referentes de la elite estatal en la cima del Poder Judicial.
Y aunque intentaron vestir a la mona de seda, mona se queda.
Esta nota empezó citando una frase del expresidente Menem. El mismo que prometió el ¨salariazo¨ y ¨la revolución productiva¨. Al cabo de sus dos mandatos volvió más pobres a los pobres y destrozó a la industria nacional.
Cuando la Justicia sea el mayor antro de corrupción y los negociados sean el tumor que se consuma a Tierra del Fuego, habrá que recordar el cinismo de prometerle a una sociedad que una población entera disfrutaría de la utopía de ¨Vivir mejor¨, cuando de antemano mano se sabía que pocos venían a quedarse con el destino de muchos.