La provincia lidera la exploración offshore en Argentina con el proyecto Fénix, del consorcio encabezado por TotalEnergies. La iniciativa aporta el 8% del gas nacional y refuerza el potencial energético de la Cuenca Austral.
La provincia de Tierra del Fuego se consolida como epicentro del desarrollo offshore en la Argentina, con la reciente entrada en producción de la plataforma Fénix, liderada por TotalEnergies. Este avance marca un hito en la exploración marítima nacional, especialmente en la Cuenca Austral, y plantea una renovada esperanza para el crecimiento de las reservas de hidrocarburos en el país, según analiza el periodista Ignacio Ortiz en el sitio Mejor Energía.
Con una inversión de 700 millones de dólares, la plataforma Fénix alcanzó su capacidad máxima de 10 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/d) de gas natural, lo que representa aproximadamente el 8% de la producción nacional. Este gas es procesado en la planta onshore de Río Cullen, en el norte fueguino, tras recorrer un gasoducto submarino de 36 kilómetros que conecta a Fénix con la plataforma Vega Pléyade. Este logro refuerza el rol estratégico de Tierra del Fuego en la matriz energética nacional, donde ya operan seis plataformas offshore, de las cuales solo una produce petróleo.
La exploración en el Mar Austral ha sido históricamente una constante, pero los últimos años han traído un renovado interés en las áreas cercanas a Tierra del Fuego. En los bloques AUS105 y AUS106, situados a 25 kilómetros de la isla, YPF y CGC lideran tareas prospectivas tras asumir mayor control de estas concesiones que anteriormente eran lideradas por Equinor. La colaboración entre estas compañías nacionales abre camino a nuevos descubrimientos en una región clave para el país.
Por otro lado, la perspectiva offshore de Argentina aún está lejos de alcanzar su potencial. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), el 30% de los hidrocarburos a nivel mundial provienen del mar, pero en Argentina esta cifra se sitúa por debajo del 18% en gas natural y apenas alcanza el 1,7% en petróleo. La histórica dependencia de Vaca Muerta, combinada con un lento avance en los proyectos offshore, ha limitado la diversificación de las reservas de hidrocarburos nacionales.
El interés por replicar el éxito de yacimientos africanos, como los descubiertos por TotalEnergies y Shell en Namibia, ha llevado a la industria a enfocarse en el litoral argentino, desde las costas bonaerenses hasta el extremo sur. Sin embargo, los resultados del pozo Argerich en la Cuenca Argentina Norte (CAN100), que resultó ser «seco» en 2024, y la reversión de permisos en los bloques CAN111 y CAN113 a manos del Estado reflejan los desafíos de esta apuesta.
Actualmente, el buque PXGEO 2 de Shell realiza prospección sísmica en los bloques CAN 107 y CAN 109, frente a Mar del Plata, un esfuerzo que busca obtener información clave sobre el potencial de estas áreas. La exploración también continúa en la Cuenca Malvinas Oeste, donde Total Austral, YPF y Equinor lideran iniciativas similares en los bloques MLO123 y MLO124, con el reciente ingreso de Pan American Energy en una de las concesiones.
Pese a los avances, el ritmo de la actividad offshore en Argentina ha sido lento. De las 18 áreas adjudicadas durante la gestión de Mauricio Macri en 2019, con compromisos de inversión de más de 780 millones de dólares, pocas han superado las etapas iniciales. La necesidad de acelerar el desarrollo de estas concesiones se torna crucial para responder a la creciente demanda energética y aprovechar las riquezas del lecho marino.
Tierra del Fuego sigue siendo la punta de lanza de esta industria, con el proyecto Fénix como su mayor emblema. La provincia no solo aporta recursos esenciales a la producción nacional, sino que también se posiciona como un eje estratégico para futuras inversiones que permitan a Argentina consolidar su potencial offshore en un contexto global cada vez más competitivo.