El Laboratorio Municipal de Río Grande comenzó a utilizar tecnología de vanguardia para detectar tuberculosis de manera rápida y precisa, con acceso para la comunidad local a un eficiente diagnóstico temprano de la enfermedad.
El Laboratorio Municipal de Análisis Clínicos y Biología Molecular «Dr. Fernando Carlos Matera» de Río Grande puso en marcha un innovador sistema de detección de tuberculosis, una patología que, pese a los avances en salud pública, sigue afectando a muchas personas. Con esta tecnología, basada en métodos de biología molecular, los resultados se obtienen de manera más veloz y precisa, mejorando las posibilidades de tratamiento temprano y, por lo tanto, la recuperación de los pacientes.
Marcela Vargas, directora del laboratorio, destacó por FM Master’s la importancia de esta nueva modalidad de diagnóstico que ofrece a la comunidad la posibilidad de obtener resultados en el mismo día. «El objetivo es trabajar en algunos temas de investigación, pero hoy en día nuestro laboratorio también es referente en el diagnóstico de tuberculosis en la provincia. También se adquirió un equipamiento», explicó Vargas.
Este nuevo equipo permite detectar el genoma de las bacterias causantes de la tuberculosis en pocas horas, contrastando con el método tradicional basado en cultivos que puede tardar hasta 40 días. Este avance no solo acorta el tiempo de espera, sino que también mejora la capacidad de respuesta ante posibles brotes o casos individuales.
La tuberculosis es una enfermedad que ha afectado a la humanidad por siglos, y su diagnóstico ha sido históricamente lento debido a las características de las micobacterias. Estas bacterias, responsables de la enfermedad, se desarrollan de manera muy lenta, lo que hace que el cultivo para confirmación pueda demorar semanas. Sin embargo, Vargas subrayó que el nuevo equipamiento de biología molecular representa «lo último que existe en el diagnóstico de la tuberculosis». El proceso permite no solo identificar la presencia de la bacteria, sino también determinar si la cepa es sensible a los antibióticos utilizados en el tratamiento, lo cual es clave para ajustar rápidamente las terapias.
Un aspecto fundamental en el tratamiento de la tuberculosis es la administración de antibióticos. El régimen habitual consta de cuatro antibióticos administrados durante seis meses. Sin embargo, un desafío que enfrentan los profesionales de la salud es la posibilidad de que los pacientes no respondan adecuadamente a los medicamentos. Vargas señaló que «el tratamiento, que son cuatro antibióticos por seis meses, a veces no es eficaz desde el inicio, y al cabo de uno o dos meses nos encontramos con que el cultivo sigue siendo positivo porque esos antibióticos no eran sensibles». Gracias a la nueva técnica, es posible determinar la sensibilidad de la cepa a los antibióticos en el mismo día, lo que permite ajustar el tratamiento de manera inmediata y evitar complicaciones derivadas de la resistencia bacteriana.
El laboratorio de Río Grande atiende a un promedio de 25 pacientes por día, lo que refleja la demanda constante por este tipo de servicios en la comunidad. «Entre 120 y 130 personas se atienden por semana en el laboratorio», comentó Vargas, quien destacó además la fluidez del sistema de turnos, que permite a los pacientes solicitar un turno o recibir resultados llamando al número habilitado. Este sistema asegura un proceso eficiente para los pacientes, quienes pueden acceder al diagnóstico sin la necesidad de largos tiempos de espera.
El laboratorio ha establecido un convenio con el prestigioso Instituto Malbrán, lo que fortalece su capacidad diagnóstica y refuerza la calidad de los servicios brindados. Según Marcela Vargas, este acuerdo termina siendo una posibilidad para los vecinos y vecinas de un diagnóstico inmediato de tuberculosis, lo que permite detectar la enfermedad en etapas tempranas y, en consecuencia, iniciar el tratamiento adecuado lo antes posible.
El avance tecnológico en el diagnóstico de tuberculosis implementado en el Laboratorio Municipal de Río Grande representa un hecho importante en el sistema de salud local. La rapidez y precisión en la detección de la enfermedad, combinadas con la capacidad de evaluar la sensibilidad de las bacterias a los antibióticos, ofrece una herramienta valiosa para el tratamiento efectivo de los pacientes.
