El investigador Gustavo Lovrich expresó su inquietud sobre la preservación de la centolla en el canal Beagle, luego de que la Secretaría de Pesca realizara una evaluación cuyos resultados aún no han sido divulgados.
Las recientes evaluaciones sobre la centolla en el canal Beagle dejan un manto de incertidumbre entre los especialistas, ya que el estado de conservación de este recurso continúa sin esclarecerse. A pesar de que la Secretaría de Pesca llevó a cabo relevamientos en la zona, los datos aún no son de acceso público, lo cual genera preocupación en la comunidad científica.
En este contexto, Gustavo Lovrich, investigador del CONICET y el CADIC en Ushuaia, manifestó en FM Master’s su preocupación ante la falta de información clara y la necesidad urgente de implementar un monitoreo continuo para asegurar la sostenibilidad de la centolla en la región.
Lovrich explicó que, si bien la Secretaría de Pesca tomó la iniciativa de recabar datos durante el año en curso, esta información aún no está disponible. «La buena noticia es que la Secretaría de Pesca está recabando datos, hizo en dos etapas durante este año relevamientos en las lanchas pesqueras y hay datos», afirmó. Sin embargo, señaló que es difícil evaluar la situación debido a la falta de acceso a estos registros. “Los datos los tiene la Secretaría de Pesca. Además, están tomando datos pesqueros que son muy auspiciosos, pero tendríamos que haber empezado a tomar hace 30 años atrás”, lamentó, destacando la importancia de haber iniciado este monitoreo en el pasado.
El especialista aclaró que no culpa a la Secretaría de Pesca por esta falta de información histórica, sino que responsabiliza al Estado en general por no haber implementado un sistema de monitoreo continuo y sistemático. “No estoy culpando a la Secretaría de Pesca, sino que como Estado nunca fuimos capaces de mantener un sistema de datos pesqueros de centolla en forma activa y responsable”, comentó, resaltando la necesidad de un enfoque a largo plazo en la gestión de recursos pesqueros.
En cuanto a los datos disponibles, Lovrich explicó que, debido a un acuerdo de confidencialidad con la Secretaría de Pesca, no puede discutir la información recabada recientemente. Comparó la situación con una incertidumbre climática: “Para mí es ver el monte Susana medio oscuro. La referencia es de nieve, de tormenta de nieve, o que va a pasar algo feo o no, no se sabe. No lo sé, pero los datos ciertos que tengo son los del 2016 y en ese momento la situación del recurso no era auspiciosa”. La comparación revela su inquietud sobre lo que podrían mostrar los relevamientos actuales, manteniendo la incógnita sobre el verdadero estado del recurso en el canal Beagle.
La pesca de centolla fuera del canal Beagle parece presentar una situación más favorable. Lovrich indicó que la captura realizada por un buque en aguas de jurisdicción nacional, muestra mejores resultados. “Hay captura fuera del canal, un buque que hace capturas principalmente en aguas de jurisdicción nacional entre la milla 12 y la milla 200”, explicó. Aunque las capturas son modestas para una pesquería industrial, están controladas temporalmente y supervisadas en colaboración con el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), lo que garantiza un monitoreo constante y una toma de decisiones oportuna. Según Lovrich, el recurso en esta área «está mucho más saludable de lo que está acá», en referencia al canal Beagle, lo que subraya la importancia del monitoreo en la preservación de la especie.
Además, el investigador señaló que la situación de la centolla en el Golfo San Jorge, al norte, es más estable que en el canal Beagle. “Si uno compara la pesquería de un poco más al norte, la del Golfo San Jorge y fuera del Golfo San Jorge, que está desde hace 15 años explotando centolla, está mejor el estado poblacional que el del canal», afirmó. Esta diferencia es evidente en los parámetros que se registran en las áreas pesqueras. El INIDEP también desempeña un papel crucial en este control, ya que cuenta con observadores a bordo que registran datos de manera continua, lo que permite ajustes inmediatos en la pesca para evitar la sobreexplotación.
En Tierra del Fuego, la pesca en el canal Beagle comenzó nuevamente este año, y aún se desconoce cómo evolucionará. Gustavo Lovrich destacó la importancia de observar cómo se desarrolla esta actividad en el futuro. Al mismo tiempo, hizo referencia al elevado precio del kilo de centolla, que actualmente ronda los 100.000 pesos, atribuyendo este costo a la escasez del recurso. “Es una cuestión de mercado. Yo no soy economista, pero me contaron que cuando un recurso es escaso, se encarece”, explicó, por último, sugiriendo que la demanda y la limitada oferta son los factores que influyen en el alto valor de la centolla en el mercado.
La situación de la centolla en el canal Beagle sigue siendo incierta, y tanto los científicos como los responsables de la pesca se encuentran a la espera de los resultados de los relevamientos más recientes. Mientras tanto, la importancia de un monitoreo continuo y transparente se vuelve cada vez más evidente para garantizar la sostenibilidad de este recurso tan preciado en la región.